ay una lógica contradictoria que baja desde el poder real del imperio USA,
el lobby económico proisraelí que controla EEUU por encima de la Casa Blanca,
que se proyecta sobre la estructura gerencial de los políticos locales, y se expande a
la estructura gerencial politica y a la propia sociedad norteamericana y europea.
El sistema de poder
capitalista, nivelado a escala global, que controla Wall Street, la
Reserva Federal, el dólar y el Complejo Militar Industrial
norteamericano, es una estructura corporativa hegemónica conformada por no
más de 200 bancos y empresas trasnacionales con asentamiento territorial y
operativo en EEUU y la Unión Europea.
Empresas multinacionales
industriales, bancarias, de servicios, armamentistas, petroleras, con vasos
comunicantes en sus paquetes accionarios. Que a su vez compiten entre
si por el control de los mercados y los negocios a nivel mundial.
Ese poder,
que hace lobby de influencias en la Casa Blanca, el Congreso y el Pentágono, y
en toda la estructura del poder europeo y norteamericano , en cuanto a la
resolución del conflicto con Siria, esta
dividido, no por causas políticas sino por razones estratégicas de intereses
económicos.
El ataque unilateral, que compró
el gerente Obama, está impulsado por el sector halcón, con intereses en las
armamentistas, empresas de servicios y petroleras que extraen su
rentabilidad comercial de la guerra, y no por el sector que hace negocios
financieros y comerciales con Medio Oriente.
Este sector se beneficia mas
con la paz que con la guerra, evalúa críticamente la situación, y se
da cuenta que los frentes de conflicto que puede detonar un ataque militar a
Siria supera la implicancia regional y puede desatar una crisis
internacional.
Esta dinámica contradictoria del
poder económico imperial se refleja a su vez en el poder político
gerencial. Y explica porque un sector de los demócratas en el gobierno se
unen a los republicanos para rechazar la operación militar unilateral de
Washington.
La división de la clase política
respecto del plan de ataque de Obama sólo refleja la división del poder
económico frente al tablero sirio. Y toda esta dinámica del centro
imperial USA, se proyecta a su vez a Europa y al resto de las potencias,
emergentes y centrales.
Lo que explica porqué Obama, en la Cumbre del G-20, está siendo presionado por el
BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), las propias naciones aliadas, para que desista del proyecto de
atacar a Siria sin aval de la ONU y del resto de las potencias nucleadas en
la OTAN.