(IAR-Noticias)
26-Dic-05
Uno de los misterios más
desconcertantes del 11-S es lo que terminó por ocurrir a las grabadoras de datos
de vuelo y conversaciones de los dos aviones que se estrellaron contra las
torres del World Trade Center. Ahora parece que después de todo no se perdieron.
Por Dave Lindorff -
CounterPunch / Rebelión
Counterpunch ha averiguado que están en posesión del FBI.
Las grabadoras de vuelo (conocidas comúnmente como cajas negras, aunque en la
actualidad son generalmente de color naranja brillante) son exigidas en todos
los aviones de pasajeros. Siempre hay dos grabadoras por vuelo que registran la
velocidad, la altitud, el curso y las maniobras de un avión, y una grabadora de
voz en la cabina de mando que mantiene un registro en continuo de los últimos 30
minutos de conversación en su interior.
Estos aparatos son construidos para
que sean extremadamente durables, y están instalados en la sección de cola del
avión, donde es menos probable que sufran daños si hay un impacto. Son diseñados
para que resistan hasta 30 minutos a 1800 grados de calor (más de lo que habrían
sufrido en los dos choques contra las torres gemelas) y para que sobrevivan a un
choque a plena velocidad contra el suelo.
Los cuatro aparatos fueron recuperados de los dos aviones que cayeron sobre el
Pentágono y en Pensilvania. En el caso del Vuelo 77 de American Airlines, que
cayó sobre el Pentágono, el FBI informa que la grabadora de vuelo sobrevivió y
tenía información recuperable, pero que supuestamente la grabadora de voz estaba
demasiado dañada para suministrar alguna grabación. En el caso del Vuelo 93 de
United Airlines, que cayó a 800 Km. por hora en Pensilvania, la situación fue
inversa: la grabadora de voz sobrevivió pero la caja con datos de vuelo fue
supuestamente dañada, irrecuperablemente.
Sin embargo, el FBI declara, y también informó a la Comisión del 11-S, que
ninguno de los aparatos de grabación de los dos aviones que chocaron contra el
World Trade Center fue recuperado.
Siempre ha habido un cierto escepticismo sobre esta afirmación, sobre todo
porque dos bomberos de la ciudad de Nueva York, Mike Bellone y Nicholas De Masi,
aseguraron en 2004 que encontraron tres de las cuatro cajas, y que agentes
federales les dijeron que no mencionaran este hecho. (El FBI desmiente toda la
historia.) Además, casi siempre se encuentran estos artefactos después de
colisiones, aunque no siempre están en condición utilizable (y la limpieza del
World Trade Center fue meticulosa. I
ncluso hallaron pequeños fragmentos
óseos y trozos de tejido humano, lo que permitió la identificación de casi todas
las víctimas). Como dice Ted Lopatkiewicz, director de asuntos públicos de la
Agencia Nacional de Seguridad en el Transporte, que tiene la tarea de analizar
los datos de las cajas: “Es muy poco usual que no se encuentre una grabadora
después de una caída, aunque también es muy poco usual que los aviones jet
choquen contra edificios.”
Ahora existe evidencia más convincente de que algo falta que va más allá de la
supuesta no-recuperación de todas las cuatro cajas. Una fuente en el Consejo
Nacional de Seguridad en el Transporte [NTSB, por sus siglas en inglés], la
agencia que tiene la tarea de descifrar los datos de las cajas negras
recuperadas de los sitios de accidentes – incluyendo los que son tratados como
crímenes y caen bajo la jurisdicción del FBI – dice que en realidad las cajas
fueron recuperadas y que fueron analizadas por el NTSB.
“Extraoficialmente, tuvimos las cajas,” dice la fuente. “Tendrán que conseguir
la opinión oficial del FBI sobre dónde se encuentran, pero aquí trabajamos con
ellas.”
La declaración oficial del NTSB es
que las cajas negras del ataque contra el WTC nunca aparecieron. “No se
recuperaron grabadoras en el World Trade Center," dice Lopatkiewicz, del NTSB.
“Por lo menos el FBI no nos entregó ninguna.” Agrega que la agencia “siempre ha
tenido una buena relación” con el FBI y que en todos los anteriores casos de
caídas o incidentes de vuelo, han llevado las cajas al NTSB para su análisis.
Por su parte, el FBI sigue negando todo, aunque con un curioso margen de
serpenteo lingüístico. “Que yo sepa, los aparatos de grabación de vuelo de los
accidentes del World Trade Center nunca fueron recuperados. Por lo menos, nunca
los tuvimos,” dice el portavoz del FBI Stephen Kodak.
No es claro lo que significa la aparente existencia de las cajas negras en manos
del gobierno.
Si la información en esas cajas es recuperable, o si, como es probable, ya ha
sido recuperada, podría permitir evidencia crucial sobre la pericia de los
pilotos/secuestradores, tal vez de su estrategia, o de si tenían ayuda eterna
que los guiara a sus objetivos, de la velocidad a la que volaban y una multitud
de otros aspectos.
¿Por qué podría desear el principal órgano de obtención de información y de
mantenimiento del orden del gobierno de EE.UU. ocultar del público no sólo la
información disponible sobre los dos vuelos secuestrados que suministraron la
motivación y la justificación para la “Guerra contra el Terror” y para las
guerras contra Afganistán e Iraq, sino también el hecho mismo de que posee los
aparatos que podrían contener esa información? Abundan las teorías
conspirativas, entre ellas algunas que afirman que los aviones eran en realidad
aviones militares sin pilotos, o que tenían poco o nada que ver con el derrumbe
del edificio. El medio más fácil de destruir esos rumores y tales ideas febriles
sería la transparencia.
En lugar de franqueza, tenemos todo lo contrario: un secreto tenebroso que
provoca numerosas preguntas sobre la información potencialmente embarazosa o tal
vez incluso siniestra que podría encontrarse en esas cintas.
Dave Lindorff es autor de “Killing Time: an Investigation into the Death Row
Case of Mumia Abu-Jamal”. Su nuevo libro de columnas de CounterPunch intitulado
“This Can't be Happening!” es publicado por Common Courage Press. Información
sobre ambos libros y otras obras de Lindorff se encuentra en
www.thiscantbehappening.net.
Para contactos: dlindorff@yahoo.com
http://www.counterpunch.org/
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