(IAR-Noticias) 24-Sept-05
Por Manuel
Freytas
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Tanque británico atacado con cóctel molotv
cuando intentaba rescatar
a dos agentes "infiltrados". |
Cómo,
porqué y para qué la CIA ha creado un falso movimiento de "resistencia iraquí"
con sus propios "terroristas" infiltrados para provocar una "guerra civil". Bush,
el Pentágono y la estrategia del "tercer frente" para escapar de Irak.
¿"Han creado los EEUU, como parte de
una operación encubierta de inteligencia, un falso "movimiento de
resistencia" construido con sus propios "terroristas" de al-Qaeda?".
La pregunta se la formula el
profesor Michel Chossudovsky, en Global Research, 18 de septiembre de 2005, y
descorre un interrogante que muchos expertos se vienen planteando con respecto a
los ataques indiscriminados a la población civil de origen chií.
Para
explicar esos ataques, como el del
Puente sobre el Tigris o contra los obreros de la construcción en Bagdad, hay
diversas teorías sobre tácticas operacionales que tanto
la guerrilla como las fuerzas norteamericanas estarían desarrollando en el Irak
ocupado por EEUU.
Para un conjunto de especialistas,
en el que se incluye
Chossudovsky, está claro que los ataques explosivos contra la comunidad civil y
las sinagogas chiítas buscan detonar un conflicto armado entre esa comunidad y
la de los suníes, de donde provienen la mayoría de los combatientes de la
resistencia iraquí.
Lo que no está claro
en la versión de esos especialistas, es el beneficiario político de esos ataques que ya han causado miles de muertos,
y cuya efectividad destructiva se favorece por la masividad de sus
blancos, principalmente en concentraciones religiosas.
Hay quienes, como el profesor
Chossudovsky, ubican a la CIA como principal ejecutora y organizadora, pero no
especifican claramente cual es el objetivo que tendría Washington al
promover un enfrentamiento armado entre chiíes y suníes.
En otras palabras,
cuál sería el beneficio para Bush, en caso de desatarse una guerra civil
en Irak.
Hasta antes de las elecciones de
enero pasado, las operaciones de la
resistencia se orientaron hacia dos frentes: las fuerzas norteamericanas y el
aparato civil y policial de los colaboracionistas iraquíes, mayoritariamente de
origen chií.
La
resistencia y el "cuarto frente"
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Un soldado huye de un tanque ardiendo duranre
el rescate de los agentes infiltrados que intentaban atentar contra un
concentración chií en Basora |
En vísperas de las elecciones, y según lo demostraron los hechos, se agregó un
"tercer
frente" contra los clérigos y los políticos de esa comunidad.
Posteriormente, luego del triunfo
electoral de los chiíes y la formación de un gobierno cipayo formado por kurdos y
chiíes, los rebeldes agregaron supuestamente un "cuarto frente" de ataque cuyo blanco
principal son los pobladores y las mezquitas de origen chií.
Precisamente, es en este
"cuarto frente" donde se sospecha que actúan grupos islámicos
infiltrados, entrenados y financiados por la CIA, cuya estación en Irak (la
más grande del mundo) cuenta con 600 agentes operando en terreno.
La
resistencia "infiltrada"
Si bien líderes y asociaciones
religiosas suníes han denunciado que Al Qaeda no es representativa de la
resistencia iraquí, nunca nadie explicó cual es la diferencia metodológica y
objetiva entre la guerrilla iraquí y el grupo conducido supuestamente
por Al Zarqawi.
Ningún representante, teórico o
estratega de la resistencia explicitó claramente sus diferencias con Al Qaeda,
o desmintió tajantemente que los secuestros, atentados, reivindicados por Al
Zarqawi en Internet sean parte integrante de la resistencia iraquí.
Señala el profesor Chossudovsky
refiriéndose al grupo Al Qaeda supuestamente conducido por Al Zarqawi:
"Sus ataques suicidas afectan bastante más a los civiles que a los militares
estadounidenses"
Para Chossudovsky los atentados
suicidas tienden a alimentar las divisiones sectarias no sólo en Irak, sino en
todo Oriente Medio. Sirven a los intereses de Washington. Contribuyen a socavar
el desarrollo de un movimiento de resistencia más amplio, que una a chiíes,
sunníes, kurdos y cristianos contra la ocupación ilegal de su patria iraquí. Así
mismo intentan crear a nivel internacional divisiones en el movimiento pacifista
y contra la guerra.
Aquí Chossudovsky, como la mayoría
de los que analizan la cuestión, no explican para qué, con qué objetivo,
Washington quiere ahondar la divisiones, y se olvidan de las diferencias políticas y
económicas entre suníes y chiíes que no permitirían jamás una convivencia
pacífica.
Suníes,
chiíes y kurdos: todos contra todos
Milicianos chiitas protestando en la ciudad de Basora.
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Veamos las diferencias por las cuales
ni chiíes, ni kurdos, ni suníes podrían integrarse en un frente común de
resistencia a EEUU:
A) Los chiíes
quieren controlar hegemónicamente Irak por medio de un gobierno
fundamentalista pro-iraní, lo que los lleva a chocar simultáneamente con los
norteamericanos, los suníes y los kurdos.
B) Los suníes
intentan expulsar a los norteamericanos e instalar un régimen político
controlado por ellos, lo que los lleva a chocar simultáneamente con EEUU, y con
el proyecto político de los chiíes y de los kurdos.
C) El proyecto
político de los kurdos (autonomía y control del petróleo del norte iraquí),
choca simultáneamente con la política de ocupación norteamericana, con los
suníes y con los chiíes.
D) En un marco
estadístico de proyección estratégica todos estos conflictos, larvados o en
ebullición, convergen en el mismo punto: el enfrentamiento de "todos contra
todos", en una suerte de "afganización" o "iraquización",
donde la única opción posible es la guerra permanente.
E) Un escenario de guerra civil
en Irak, con suníes y chiítas como protagonistas centrales, por su
implicancia étnica y religiosa, arrastraría en su vorágine a todo el Medio
Oriente y a los países árabes y musulmanes del planeta.
Un cuadro
muy aproximado a aquella sentencia "bíblica" que situaba a Irak como la "madre
de todas las guerras".
Operaciones encubiertas

En un contexto de derrota militar
estratégica de EEUU en Irak, con el país en anarquía y con sus tres comunidades
principales (como se demostró más arriba) enfrentadas entre sí por razones
políticas, religiosas y económicas, sería lógico que la CIA infiltre a grupos
de la resistencia con la finalidad de profundizar el enfrentamiento entre
chiíes y suníes.
El año pasado, el líder espiritual de
Irán, el ayatolá Jameini, acusó a la CIA (quien cuenta con una estación local
compuesta por 600 agentes) de estar detrás de los secuestros a extranjeros
junto con los británicos y los servicios israelíes en Irak.
Medios árabes y organizaciones
internacionales han denunciado el reclutamiento sistemático de marginales y
desocupados por parte de los servicios de inteligencia con la finalidad de
alistarlos en "escuadrones de la muerte" o en operaciones de secuestros de
extranjeros.
Esos mismos escuadrones de la muerte ya están
actuando en secuestros y exterminios de suníes que integran o apoyan la
resistencia, y conforman las antípodas de los ataques con bombas a la comunidad
chií.
Para algunos expertos -en Irak o fuera del mismo-
la CIA, los servicios británicos, y el Mossad israelí, infiltran y
arman simultáneamente tanto a los "escuadrones de la muerte" que actúan
contra los suníes, como a los grupos operativos que realizan los atentados con
bombas contra los civiles chiíes.
Es decir, que la inteligencia militar ocupante
controla los dos procesos esenciales para el detonante de una guerra civil entre
chiíes y suníes con implicación de los kurdos, que también integran los
"escuadrones de la muerte".
En general
todos las organizaciones islámicas niegan que los secuestros y las
decapitaciones a rehenes extranjeros tengan que ver con sus creencias o su
metodología operativa, y señalan que los mismos son ejecutados por
mercenarios al margen de los grupos que integran la resistencia iraquí
contra las fuerzas invasoras de EEUU.
La presencia operativa de agentes
británicos, israelíes y de la CIA en Irak está largamente documentada en las
investigaciones llevadas a cabo por los casos de torturas a presos iraquíes,
particularmente en la prisión de Abú Ghraib en Bagdad.
Este proceso se mueve en dos niveles
simultáneos: el "oficial", que cuenta con el conocimiento de Washington y
las autoridades del Pentágono, y el "clandestino", conformado por
operaciones paralelas que no son comunicadas al Pentágono ni a las distintas
autoridades de inteligencia.
Los secuestros "oficiales",
por decirlo de alguna manera, se inscriben dentro de objetivos de la "guerra
contraterrorista" y se orientan a dar réditos políticos a la administración
Bush recreando el "peligro del terrorismo islámico" que azota Irak.
A este universo, y utilizando la
misma estrategia y medios operativos, se habría sumado en estos últimos meses el
diseño y preparación de atentados terroristas indiscriminados contra la
población civil con el objetivo de detonar una guerra civil.
Pero ¿para qué querría detonar un guerra civil
EEUU en Irak?
Para qué una "falsa resistencia"
Ayman
al Zawahri, "segundo" de Bin Laden,
anunciando ataques de Al Qaeda en Irak.
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Volvemos a la pregunta de Michel Chossudovsky
del principio: "¿Han creado los EEUU, como parte de
una operación encubierta de inteligencia, un falso "movimiento de
resistencia" construido con sus propios "terroristas" de al-Qaeda?".
Todas las señales, evidencias, opiniones de
especialistas y acusaciones provenientes del mundo árabe señalan a la CIA
y a la inteligencia israelí y británica operando un falso frente de
"resistencia iraquí" que sirve a los propósitos de EEUU.
Parte de esa trama quedó expuesta esta semana con
la detención de dos agentes secretos británicos disfrazados de árabes y
portando explosivos y equipo de comunicaciones en medio de una concentración
religiosa chíi.
Ahora bien, si la CIA está operando con sus
"propios terroristas" (como sostiene
Chossudovsky)
para crear un enfrentamiento armado entre chiíes y suníes ¿Cuál sería el
propósito de EEUU con una guerra civil en Irak?.
En primer lugar, las dos estrategias ensayadas
hasta ahora por EEUU para controlar Irak: A) la "opción militar", B) la
"opción iraquí", fracasaron estrepitosamente ante la indetenible escalada
mortal de ataques de la resistencia iraquí que -según la estadísticas oficiales-
ya mató a más de 1900 soldados de EEUU, hirió a más de 14.000, y ha exterminado,
solo en el curso de este año, a más de 2500 soldados y policías
colaboracionistas iraquíes.
EEUU: para qué
la "guerra civil"
La
"opción militar", intento de control por medio de ataques militares en gran
escala tuvo su entierro en Faluya, donde los tanques, aviones y marines de EEUU,
pese a convertir en ruinas la ciudad, no pudieron terminar con la resistencia
que emergió más fortalecida de los ataques.
La "opción iraquí", intento de control por
medio de un gobierno títere electo en la urnas y con el aparato de seguridad
cipayo iraquí reemplazando a las fuerzas norteamericanas, también fracasó
estrepitosamente con la falta de unidad para formar
gobierno,
la exclusión de los suníes, y la impotencia de la policía y el ejercito
iraquí para controlar a la resistencia.
En este contexto, una "guerra civil"
(promovida por los "terroristas de la CIA" infiltrados en la resistencia)
conformaría una tercera estrategia de control por medio de la cual Washington
intentaría salir del pantano en que se encuentra en Irak.
El primer
punto de
"aprovechamiento" de una guerra civil en Irak para Washington se
encuentra en el impacto que la misma produciría en el plano internacional.
Con Irak
sumido en un conflicto armado entre suníes, kurdos y chiíes, a la
administración Bush le sería relativamente fácil operar en el Consejo de
Seguridad de la ONU la intervención de una "fuerza multinacional de paz"
que tenga a la OTAN como sustento militar.
Algo de eso ya adelantó
Talabani cuando durante la Cumbre de la ONU, hace dos semanas, pidió a la Unión
Europea que se involucre más para "salvar del terrorismo a Irak".
Frente a un Irak
desangrado y en caos por una "guerra civil" (y como ya sucedió en Haití)
nii Francia, ni
España, ni Alemania, hoy países "críticos" a la política militar de ocupación de
Irak, podrían negarse a integrar una "coalición de paz", aún sabiendo que detrás
de ella se encuentra la mano de Washington y del Pentágono.
En ese
escenario, con la guerra civil como telón de fondo, Bush y los halcones
seguirían controlando la administración, el petróleo, y los negocios de Irak,
mediante un gobierno títere y la supremacía de su fuerza militar sobre la OTAN y
las potencias "aliadas".
Una "guerra civil" le serviría a
Washington para concretar una intervención extranjera tipo Haití en Irak, y de
esa manera sacar a sus tropas del primer plano mediático y fusionarlas en un
"ejercito de paz" aparentemente conducido por la ONU y la OTAN, como se sabe,
títeres de los objetivos de EEUU.
Medios y analistas árabes, así como
autoridades comunitarias y líderes religiosos, vienen sosteniendo desde hace
meses que EEUU quiere enfrentar a los chiíes con los suníes para quebrar el
frente de la resistencia armada que diezma a diario su ejército de ocupación.
El principio de esta tesis es muy
sencillo: si hay un conflicto armado entre la resistencia iraquí de origen suní
con los chiíes, se van a reducir al mínimo los ataques diarios y mortales contra
las tropas norteamericanas y el aparato de seguridad colaboracionista iraquí.
Un
enfrentamiento armado entre sunies y chiíes reduciría considerablemente el
poder de fuego que hoy exhibe la resistencia iraquí dado que los sunies
deberían dividirse en dos frentes, uno contra EEUU y el aparato de seguridad
cipayo y el otro contra los chíes.
Demás está decir que en un conflicto armado generalizado entre sunies y chiíes
se reducirían al mínimo la efectividad y el número de los ataques diarios
de la resistencia que los jefes militares estadounidenses estiman entre 50 y 60
diarios.
Una guerra civil para EEUU en Irak significa la salida maquiavélica de
"dividir para reinar", en un país que, de cualquier manera, ya se encuentra
en la anarquía y en un enfrentamiento de "todos contra todos" sin que todavía se
registre en términos concretos la presencia activa de combates armados entre
chiíes y sunies.
De la misma manera, si hoy EEUU abandonara Irak (cosa que no va a suceder porque
el Imperio no abandonará el petróleo ni la posición geopolítica estratégica que
consiguió con la invasión) el país ingresaría inmediatamente en una guerra
civil.
El grueso del aparato militar de la resistencia de origen suní está compuesto
por integrantes de la ex Guardia Republicana de Saddam, ex militares, ex
policías, ex agentes de inteligencia que conformaron las fuerzas de elite
del ex régimen que controló a Irak por más de tres décadas.
Forma parte del mismo aparato militar y de inteligencia que reprimió a sangre y
fuego y mantuvo en "caja" tanto los levantamientos de los kurdos en el norte,
como de los chiíes en el sur.
Hoy la situación se invirtió: los que controlan el gobierno, la policía y el
ejército iraquí son los chíies y los kurdos, quienes los utilizan para
perseguir y reprimir a los sunies tratando de desactivar su aparato militar en
la resistencia.
Si todavía no estalló una guerra civil en Irak, es porque los clérigos y los
políticos chiíes han cifrado su expectativa en controlar el poder político
en alianza con las fuerzas de ocupación norteamericanas.
Ante el fracaso de la "opción iraquí", ante la imposibilidad de formar un
gobierno sin la legitimación por parte de los sunies, ante la imposibilidad de
derrotar militarmente a la resistencia, no hay ninguna duda que los jefes y
clérigos chiíes van a echar mano de sus milicias (financiadas por
Irán) para combatirlos en "su propio terreno".
De esta manera, y con una guerra
civil desangrando Irak, las fuerzas norteamericanas (y el gobierno de Bush)
podrían salir del centro de los ataques y convertirse en "mediadores", antes
que en represores.
Con sunies y chiíes matándose de puerta en puerta, con la muerte indiscriminada
de civiles por parte de ambos bandos, Irak ingresaría técnicamente en la
calificación de "país en caos".
En este escenario, tendrían que actuar las "fuerzas internacionales" con la ONU,
la OTAN, las potencias europeas, que, como está demostrado hasta el hartazgo,
siempre terminan asimilándose a EEUU y a sus políticas de rapiña.
Por lo tanto,
y en este contexto estratégico, la guerra civil es la carta en la manga con que cuentan Bush y el Pentágono para
evitar la exposición directa de sus tropas al fuego de la resistencia iraquí, y,
consecuentemente, parar la muerte de sus soldados cuyos féretros conducen a
un síndrome Vietnam a corto plazo en EEUU.
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