(IAR-Noticias)
26-Dic-05

Informe especial
Según
el diario ABC de España, el año próximo, cuando los agentes de seguridad
aeroportuaria entablen lo que a primera vista podría ser una "conversación
informal" con un pasajero que se disponga a embarcar en un vuelo, en realidad
estarán analizando minuciosamente la forma de actuar de posibles
individuos que podrían suponer un "alto riesgo" para el resto de la tripulación.
En otras palabras, se trata de
técnicas de evaluación psicológica y de extracción de información aplicadas a la
"guerra contraterrorista" librada por la administración Bush dentro y
fuera de EEUU.
Hay que recordar que en la primera
semana de diciembre un pasajero
supuestamente con las facultades mentales alteradas fue
confundido con un "terrorista" y terminó acribillado en el aeropuerto de Miami por
fuerzas especiales.
El caso, que levantó polémica en EEUU,
guardó grandes similitudes con el acribillamiento del brasileño
Menezes en Londres que concluyó con el procesamiento del jefe
de Scotland Yard.
En realidad, y como ya fue
corroborado por los testigos, en el caso de Londres como en el de Miami, los
asesinatos fueron consecuencia del "gatillo fácil" y del excesivo
nerviosismo de los agentes especiales "contraterroristas".
En el nuevo sistema de prevención para instaurar el denominado
"reconocimiento de patrones de comportamiento" en los aeropuertos, se
entrena a un nuevo equipo especializado en descubrir a "posibles terroristas"
por su forma de actuar en el aeropuerto.
Esta medida -según sus impulsores- ya
se emplea en algunos países de Europa y ayuda a detectar peligros potenciales
antes de que se conviertan en hechos de "violencia" o de "terrorismo" que
alteren la seguridad de las aerolíneas y sus pasajeros.
Citado por el diario ABC, Carl Macario, un analista de seguridad de la TSA en el
aeropuerto Logan de Boston, descubrió la eficacia de este sistema segundos
después de analizar una de las cintas de los atentados del 11-S, en la que los
secuestradores cruzaban el sistema de seguridad en el Aeropuerto Internacional
Dulles.
En dichas imágenes ninguno de los
suicidas miraba a los guardas de seguridad.
"Todos avanzaban con la mirada perdida y la cabeza baja", explica Macario.
"Eludir el contacto visual con las
autoridades es un comportamiento que puede hacer intuir un ataque",
añade. Esta forma de desenmascarar a los pasajeros malintencionados aporta una
dimensión psicológica a los métodos convencionales de seguridad, concluye el
experto.
De acuerdo al nuevo sistema de detección precoz de la conducta "terrorista", en
caso de que después de la conversación o tras el análisis visual se confirme
el comportamiento sospechoso, se procederá a un examen físico exhaustivo y a
interrogar al pasajero.
"No queremos oficiales que pasen el día esperando llamadas. Queremos que
observen a los pasajeros, que analicen su comportamiento y que comiencen una
conversación inofensiva. Buscamos a gente cuyo comportamiento es inusual",
declaró Alvy Dodson, director de seguridad del Aeropuerto Internacional de
Dallas, al diario ABC.

Pero el anuncio del nuevo sistema de
prevención ya genera críticas y rechazos entre las organizaciones de
defensa de los derechos humanos que lo ven como una nueva herramienta represiva
a ser utilizada en perjuicio de los derechos constitucionales de los pasajeros
de vuelos.
Por ejemplo, la Unión Americana
de Libertades Civiles afirma que el sistema fomenta el racismo y ya ha
denunciado al Aeropuerto Internacional.
Por otra parte, medios y analistas
norteamericanos especulan que el nuevo sistema, mediante la aplicación del
interrogatorio forzoso, puede ser utilizado por los servicios de
inteligencia para monitorear actividades sociales o políticas de
organizaciones contrarias al gobierno de EEUU, o de cualquier otro gobierno.
Citando documentos oficiales ahora
desclasificados, el diario The New York denunció recientemente que agentes del FBI especializados en "contraterrorismo",
amparados en la "Ley Patriota", realizaron numerosas operaciones de espionaje e
inteligencia que incluyeron a grupos de activistas en causas tan diversas como
combate a la pobreza, medio ambiente y protección de animales.
Se teme que, a través del nuevo
sistema de "reconocimiento de patrones de comportamiento", esta
metodología de espionaje represivo sea extendido a los millones de pasajeros que
utilizan las líneas aéreas.
La lógica imperante en los nuevos
procedimientos de "detección de peligros potenciales" parece ser la siguiente:
todo el mundo es terrorista, hasta que demuestre lo contrario.
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