(IAR-Noticias)
26-Nov-05
AFP

Las autoridades de
Irak se disponen a lanzar operaciones de gran envergadura para acabar con los
atentados rebeldes, que aumentaron en la última semana ante las legislativas del
15 de diciembre y la reanudación, el lunes, del juicio contra el ex presidente
Saddam Hussein.
"Vamos a emplear a 10.000 hombres y un millar de vehículos militares en
esas operaciones, antes o después de las elecciones" del 15 de diciembre, afirmó
el ministro iraquí del Interior, Bayan Jabr Sulagh, en una conferencia de prensa
realizada el jueves.
En el momento en que Sulagh subrayaba con firmeza la intención gubernamental
"de acabar con los focos de terrorismo" en Irak, un coche bomba explotó ante
el hospital de Mahmudiya, a 20 kilómetros al sur de Bagdad, causando la muerte
de 30 personas.
El atentado de Mahmudiya fue un 'punto y seguido' para una sangrienta semana en
la que murieron más de 180 iraquíes ya que, poco después, en Hilla, a 100
kilómetros al sur de la capital iraquí, la explosión de otro coche bomba causó
la muerte de tres personas e hirió a 13 más.
Este viernes, un civil resultó muerto y otros tres más heridos en Samarra, a 125
kilómetros al norte de Bagdad, por la explosión de un artefacto al paso de una
patrulla de policía, informó el capitán de la policía iraquí, Muyasser Mohammad.
La proliferación de ataques, atentados y asesinatos coincide con el
período preparatorio de las elecciones legislativas de diciembre, última etapa
de la transicción política en Irak tras la caída de la dictadura de Saddam
Hussein, en abril de 2003.
Este último, de 68 años, y siete altos cargos de su régimen, realizarán el lunes
una segunda comparecencia ante el tribunal de Bagdad que los juzga por la
masacre de 148 aldeanos chiítas en Dujail (norte de Bagdad), en 1982.
Las fuerzas estadounidenses y el ejército iraquí acaban de poner fin a la
operación "Cortina de Acero", llevada a cabo en las últimas tres semanas
en el valle del río Eúfrates, a lo largo de la frontera con Siria, para destruir
las bases de los rebeldes, precisamente antes de los comicios.
El general Rick Lynch, portavoz de las fuerzas de la coalición lideradas por
Estados Unidos, informó que 700 rebeldes murieron y otros 1.500 fueron
capturados en el oeste de Irak, la zona afectada por "Cortina de Acero" desde
mediados de septiembre.
Sin embargo, la acción conjunta iraquí-estadounidense no tuvo gran efecto
sobre la frecuencia de los atentados, que no disminuyó.
Los más sangrientos son reivindicados por el sunita jordano Abu Mussab
al-Zarqaui, supuesto líder de la célula iraquí de la organización terrorista Al
Qaida, o por otros grupos rebeldes aliados, acusados de querer provocar un
conflicto confesional entre sunistas y chiítas en Irak.
Hace una semana, sendos atentados suicidas contra otras tantas mezquitas de
Khaneqin, localidad cercana a la frontera con Irán, causaron 78 muertos entre
los fieles chiítas que se encontraban en ambos templos en el momento de las
explosiones.
Por otra parte, también numerosos responsables o altos mandos sunitas han sido
asesinados en Irak, como el jefe tribal que fue asesinado esta semana en su casa
de Bagdad junto con cuatro miembros de su familia.
"La resistencia al invasor es algo natural y un derecho legítimo", dijo
durante la oración de este viernes el jeque Mahmud Mehdi al-Sumaydai, influyente
miembro del Comité de los Ulemas sunitas iraquíes.
Las principales fuerzas políticas iraquíes aceptaron el fin de semana pasado, en
su reunión en El Cairo, el principio de la "resistencia" y condenaron "el
terrorismo contra civiles, instituciones civiles, humanitarias y lugares de
culto" pero no mencionaron a las fuerzas militares.
En Mossul (norte), unos desconocidos secuestraron el jueves a Ibrahim Sale Osman,
miembro del Partido Democrático del Kurdistán (PDK, de Massud Barzani), cuyo
cadáver fue encontrado horas después, informó este viernes la policía.
Por otras parte, un militar estadounidense murió el jueves en un barrio del sur
de Bagdad en un accidente, anunció el ejército estadounidense.
Con la nueva muerte son ya 2.111 los estadounidenses muertos en Irak
desde la invasión del país en 2003, según un balance de la AFP en base a cifras
del Pentágono.
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