(IAR-Noticias)
05-Dic-05 The Washington Post / Clarín

Argumentan que fue para contrarrestar la información tendenciosa de los
rebeldes.
El
comando militar de EE.UU. en Bagdad reconoció
por primera vez que se le pagó a diarios iraquíes por la publicación de
información positiva acerca de la ocupación norteamericana.
Pero se defendieron en un comunicado
publicado el viernes, al afirmar que las retribuciones son parte de una campaña
legítima para contrarrestar las "informaciones falsas" de los insurgentes con
los "hechos".
El diario Los Angeles Times había informado que una serie de artículos escritos
por personal del Ejército estadounidense con ayuda de una empresa también
estadounidense contratada por el Pentágono fueron distribuidos en diarios
iraquíes y que, en muchos casos, incluso se pagó dinero por su publicación.
Los militares admitieron ese singular
sistema y lo enmarcaron dentro de la legitimidad, si bien reconocieron que se
ingresó en una "zona gris" cuando no se les informó a los medios la procedencia
de los artículos.
Efectivamente, a menudo los medios iraquíes no sabían de dónde procedían los
textos porque quienes los ofrecían se presentaban como periodistas
independientes, aunque en algunos casos, se recompensó directamente a
periodistas iraquíes por informaciones positivas.
De acuerdo con The Washington Post, el comando militar en Bagdad se defendió
señalando que es usual comprar espacio para anuncios y para artículos de
opinión, y que queda bien claro cuando ése es el caso.
Además, se afirma, han aparecido "graves acusaciones" de que la campaña fue más
allá de la medida prevista y permitida. Los comandantes —según el comunicado
oficial— estudian esas acusaciones y, en caso de ser necesario, abrirán una
investigación.
El comunicado de los militares apareció tres días después de que la noticia
circuló profusamente en los medios. El episodio ha encendido un intenso debate
en el Pentágono y aún más allá, y según trascendió, autoridades militares han
dicho en forma privada que están preocupados por la situación, mientras los
expertos dicen que la operación violó las prácticas periodísticas habituales.
Una serie de organizaciones como la Lincoln Group recibían pagas por distribuir
a los medios iraquíes los artículos redactados por la gente del Pentágono.
La excusa era que los medios que
aceptaban esos textos podían convertirse en blanco de la insurgencia si la
conexión se hacía directamente entre los militares y los diarios. Pero ocurre
que en ese trayecto, muchas veces no se les informó a quienes publicaban esos
artículos su procedencia.
El tema va teniendo alcance en distintos ámbitos de la política. El viernes, el
presidente del comité de las Fuerzas Armadas en el Senado, el republicano John
Warner, manifestó su "profunda preocupación por la situación". Su par demócrata
Edward Kennedy exigió en una carta al inspector general del Pentágono que
investigue los hechos.
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