(IAR-Noticias)
05-Abr-05
Por
Alfredo Jalife-Rahme
- La Jornada
LOS DILECTOS LECTORES de Bajo la Lupa, alertados con bastante antelación, no se
asustarán del ominoso pronóstico de Goldman Sachs, principal banco estadunidense
de inversiones del mundo, sobre un inminente precio "paroxístico" de 105 dólares
el barril de petróleo. Goldman Sachs, uno de los principales mercaderes globales
en futuros de energía, publicó un impactante reporte sobre la fuerte demanda del
petróleo y su abastecimiento restringido, lo cual ocasionaría un alza
paroxística y la "compra masiva por los fondos especulativos" (Mark Tran, The
Guardian, 1º de abril).
Arjun Murti, analista de Goldman Sachs, considera que los factores que
contribuyen al alza desmedida incluyen la turbulencia geopolítica en los países
productores de petróleo. Ni más ni menos lo que habíamos avanzado sobre los
"Cinco precios del petróleo militarizado" (ver Bajo la Lupa, 9 de marzo de 2005)
y la sinergia simbiótica entre la banca anglosajona y sus petroleras aliadas que
controlan las cotizaciones en el mercado duopólico Nymex e IPE, respectivamente
en Nueva York y Londres.
EL REPORTE ASESTA una perogrullada: "los precios retornarán a niveles más bajos
una vez que se alcance el techo, cuando la demanda empiece a disminuir y haya
sido creada una capacidad de reposición". Un poco a destiempo, ahora resulta que
la extraña explosión de una refinería de la petrolera británica BP en Houston,
Texas (¿el crimen perfecto anglosajón?), afectará 3 por ciento de los productos
petroleros en Estados Unidos y el procesamiento de casi medio millón de barriles
al día. La explosión de la refinería de BP ocurrió unas horas después de que Fox,
durante la cumbre tripartita de Waco y después de haber regalado el agua a
Texas, prometió la entrega del petróleo mexicano para los "siguientes 90 días" (Stratfor,
24 de marzo de 2005).
EN CONCERTACION PUBLICA, el londinense Financial Times (1º de abril), portavoz
de la globalización financiera, reportó que la Agencia Internacional de Energía
está a punto de aconsejar a los importadores la "adopción de medidas dramáticas
de emergencia de ahorro en caso de que el abastecimiento global disminuya entre
uno y 2 millones de barriles diarios" (MBD). No está en tela de juicio que
Goldman Sachs, donde laboró como mandamás durante un cuarto de siglo el
clintoniano Robert Rubin, anterior secretario del Tesoro, se haya beneficiado
con suculentas ganancias mediante los 30 mil millones de dólares en Tesobonos
creados por el salinista Pedro Aspe para que luego los pagase Zedillo a más del
doble, lo cual dio lugar al Fobaproa-IPAB. No es casual que el firmante de los
pagarés del Fobaproa, el israelí-argentino-mexicano (¿estadunidense?) Martín
Werner Wainfeld, se haya ido a refugiar como empleado de Goldman Sachs,
concluida estupendamente su labor de socavamiento que derivó en la enajenación
bancaria mexicana en beneficio primordialmente de la banca trasnacional
anglosajona, como paso previo a la privatización texana del petróleo mexicano.
Tampoco ponemos en la picota al ingenioso sistema circular del capitalismo
anglosajón intrínsecamente mafioso donde "lo privado es público" y "lo público
es privado", como delata la carrera financiera del mismo Robert Rubin, quien se
inició en Goldman Sachs, pasó luego a la Secretaría del Tesoro durante siete
años, para acabar de vicepresidente de Citigroup, el banco más poderoso del
planeta (por cierto, con serios problemas fraudulentos en Alemania y Japón), que
deglutió a Banamex. Curioso: la biografía de Rubin en las dos últimas décadas
refleja la ruta trágica de las finanzas mexicanas en la fase neoliberal del
salinismo-zedillismo-foxismo, que por la vía del desafuero de López Obrador
busca una coartada pueril para echarle la culpa a la resistencia civil de la
crisis financiera global y local que se avecina. El ex premier de Malasia,
Mohamed Mahathir, el único que supervivió a la crisis asiática de 1997 (el
efecto dragón), advirtió que el dólar, cada vez más rechazado como moneda de
reserva y de transacción comercial, "se encaminaba al colapso", mientras la
economía mundial era susceptible de ser "acarreada a una catástrofe" si no se
adoptaba pronto el patrón oro (This is London, 31 de marzo).
EN ESTADOS UNIDOS sigue más vigente que nunca la obra que resume y rezuma el
capitalismo mafioso anglosajón, La fábula de las abejas: vicios privados;
virtudes públicas, escrita por Bernard de Mandeville en 1714, en que se inspiró
62 años más tarde el mismo Adam Smith para lanzar su esotérica teoría de la
"mano invisible" que supuestamente mueve los "mercados", controlados
efectivamente por la banca del G-7. Nuestra excursión por los meandros
financieros de la historia del mafioso capitalismo, válgase la tautología, sirve
para apuntalar los asertos de Goldman Sachs, desde el pináculo empresarial de
Estados Unidos con tácita bendición gubernamental que controla el sector
energético texano, sobre el "alza paroxística" del petróleo.
A NUESTRO JUICIO, se desprenden tres motivaciones para el alza inducida del
petróleo: una doméstica, otra geopolítica y una mixta. La doméstica versa sobre
la creación deliberada de una inflación que obligue a elevar las tasas de
interés por la Reserva Federal a un mínimo de 6 por ciento en lo que resta del
año (el muy solvente economista Stephen Roach, de la correduría Morgan Stanley,
vaticina una tasa de 5.75 por ciento). A niveles cercanos a 7 por ciento, de
acuerdo con la postura del banco londinense State Street (el mayor proveedor de
servicios financieros para inversionistas institucionales, con cerca de 12 por
ciento de las inversiones mundiales bajo custodia y con un manejo de 800 mil
millones de dólares), se borra la mitad de la deuda, en la que saldrán
perjudicados los tenedores asiáticos y europeos, quienes poseen abundante papel
chatarra estadunidense. De paso, se (en)cubre triplemente el estallido de la
burbuja de los bienes raíces (Freddie Mac, segundo comprador paraestatal más
grande de hipotecas de Estados Unidos, presentó 42 por ciento de pérdidas en el
mercado superespeculativo de los derivados financieros), el resquebrajamiento
del sector automotriz (GM está al borde de la quiebra) y los escándalos
cleptomaniacos de la aseguradora AIG (donde, para no variar, formó parte del
consejo el salinista Pedro Aspe) obscenamente inmiscuida en el crapuloso doble
pago lucrativo de seguros por la destrucción de las Torres Gemelas (ver Bajo la
Lupa, 26 de septiembre y 22 de diciembre de 2004). Nada mejor que una alza
robusta del petróleo para crear hiperinflación.
LA MOTIVACION GEOPOLITICA, en momentos en que las relaciones entre Estados
Unidos y China se han tensado, es más que consabida desde el 11 de septiembre de
2001. Más que el bombardeo de las plantas nucleares de Irán (por Estados Unidos
o Israel, o ambos), el factor más aterrador depende del devenir político de la
casa real wahabita de Arabia Saudita, la principal reserva de petróleo
convencional del planeta. Las dos terceras partes del oro negro se ubican en lo
que ahora se conoce como la "elipse estratégica", que abarca el triángulo
estratégico energético del golfo Pérsico, el mar Caspio y Siberia occidental,
que los autores anglosajones neoliberales desean extender a un "arco de
inestabilidad" que va de Africa oriental, pasa por el Medio Oriente y Asia
central, y llega hasta el sureste asiático.
LA MOTIVACION MIXTA consiste en un factor económico real de desabasto petrolero
en Estados Unidos sumado de su expansión irredentista neoimperial para controlar
las reservas estratégicas de oro negro a escala planetaria (incluido el golfo de
México) y así perjudicar a sus competidores geoeconómicos. Por alguna razón no
se le ha dado el crédito que se merece a la única vez en que en su atribulada
vida profirió la verdad el actual vicepresidente Cheney (verdadero controlador
de Baby Bush), anterior director ejecutivo de la petrolera texana Halliburton,
cuando ante el Instituto de Petróleo de Londres, en el otoño de 1999, confesó la
inminencia de una delicada situación donde la demanda petrolera estaba a punto
de superar a la oferta: "en el horizonte de 2010 necesitaremos algo así como 50
MBD suplementarios".
LA TRANSCRIPCION COMPLETA de las confesiones de Cheney fue borrada del sitio de
Internet del Instituto del Petróleo de Londres (¿por qué será?), pero los
sabuesos de la Red Voltaire (9 de marzo de 2005) y la Asociación del Pico del
Petróleo (ASPO, por sus siglas en inglés), que proclama que el petróleo llegó a
su "pico" para empezar su declinación, descubrieron la versión impresa de las
confesiones de Cheney con fecha del 24 de agosto de 2000, que de facto explican
el despliegue bélico del unilateralismo bushiano.
MUY ANGUSTIADO, CHENEY se preguntaba, ante la escasez de la oferta petrolera en
ciernes: "¿De donde provendrá el petróleo?", después de haber admitido que los
"gobiernos y compañías petroleras nacionales controlan visiblemente 90 por
ciento de los bienes petroleros", pese a que la "tecnología, la privatización y
la apertura de varios países habían suscitado nuevas oportunidades (...) a las
diferentes compañías petroleras. El petróleo sigue siendo un asunto en manos de
los gobiernos".
SOLAMENTE CINCO PAISES árabes (Arabia Saudita, Irak, Emiratos Arabes Unidos,
Kuwait y Qatar) e Irán producían 22.4 MBD, a la fecha de las confesiones oleosas
de Cheney, que equivalían entonces al 29 por ciento mundial. Aun duplicando la
producción de los seis países de la OPEP, que muchos analistas ponen su
capacidad en tela de duda, todavía faltarán otros 25 MBD por encontrar.
UNA DE LAS PARTES más sobresalientes del discurso ocultado de Cheney es cuando
vinculó al estratégico petróleo con la guerra contra Irak en 1991: "el petróleo
es único por ser tan estratégico por su naturaleza propia. No se trata de
jabones o de ropa. La energía es realmente fundamental para la economía mundial.
La guerra del Golfo fue un reflejo de esta realidad". ¿Lo alcanzará a entender
la entreguista tríada neoliberal de Salinas-Zedillo-Fox que desea regalar el
petróleo y el gas de México al peor postor, al mejor impostor, y en el peor
momento coyuntural geoestratégico?