Especialista en "guerras
mediáticas" parece que ahora el veterano líder cubano quiere derrotar al Imperio
norteamericano por medio de una "guerra humanitaria" llevada a cabo por 1586
médicos provistos con mochilas, medicinas e instrumental esenciales para ejercer
su labor en condiciones de emergencia, como las que existen tras la irrupción
del huracán Katrina en el sudeste estadounidense.

El
"Comandante" -según Prensa latina- indicó que Cuba cumplió con su compromiso,
lo cual lo confirma la rápida integración de la fuerza médica para dar apoyo a
los afectados por Katrina en los estados de Louisiana, Mississippi y Alabama.
Apuntó que por su cercanía a los territorios afectados, Cuba estaba en la
posibilidad de enviar mil 100 médicos para salvar vidas en peligro, aunque la
cifra de los alistados se elevó hasta 1586.
Han pasado 48 horas y no hemos recibido respuesta alguna a nuestra
oferta. Esperaremos pacientemente los días que sean necesarios, apuntó .
Si finalmente no llega respuesta alguna, o no fuera necesaria su cooperación, no
por ello habría desaliento en nuestras filas, añadió.
Muy por el contrario, nos sentiríamos satisfechos de haber cumplido con
nuestro deber y sumamente felices de saber que ningún otro ciudadano
norteamericano, de los que sufrieron el golpe doloroso y traicionero del huracán
Katrina, muera sin asistencia médica, si esa fuera la causa de la
ausencia de nuestro médicos, aseveró Castro, según Prensa Latina.
El veterano "Comandante" no se privó
de "marketinizar" su imagen afirmado -según la misma agencia- que Cuba
posee autoridad moral para hacer esta oferta, y que cuenta hoy con el más
alto índice de médicos per cápita entre todos los países del mundo y ningún otro
ha desarrollado mayor colaboración con otros pueblos en el campo de la salud,
puntualizó.
La "puesta en escena" de Castro
parece revivir sus años mozos de guerra contra el Imperio, pero esta vez, algo
veterano y convertido en un león herbívoro, ya no amenaza con revoluciones
armadas sino con "revoluciones gandhianas" disputadas en el teatro de
combate de la medicina moderna.
Los
halcones del Departamento de Estado, por ahora, no se pronunciaron sobre la
generosa "oferta" y dicen que están estudiando (a Castro, no a la
oferta,) una respuesta.
A pesar de que EEUU ha aceptado la
ayuda de al menos 60 gobiernos de todo el planeta, Washington no contestó la
propuesta isleña.
La Habana y Washington no tienen
relaciones diplomáticas desde hace 40 años, cuando el Imperio impuso
severas sanciones a Cuba.
Tanto el viernes, cuando se hizo efectiva la oferta como en otras oportunidades,
Castro aseguró que no condicionaba su envío a ningún requerimiento político y
sólo buscaba una tregua ideológica dada la magnitud de la catástrofe.
Desde el lanzamiento de la "oferta"
los círculos "anticastristas", periodistas, intelectuales, políticos, se vienen
"mordiendo la lengua" para no responder a lo que interpretan como una una
provocación política "oportunista" del presidente cubano.
Los "gusanos" de Miami -cuya misión
divina es terminar con Castro y la "Cuba comunista"- están esperando conocer la
respuesta del Departamento de Estado, no solamente a la oferta, sino a la
postura de Castro que consideran como una burla al gobierno de EEUU, a quién
trata de presentar como incapaz de resolver la crisis dejada por el
Katrina.
Por lo pronto, Castro y su jugada
"propagandística" ya ha conseguido adhesiones y apoyo entre los
presidentes latinoamericanos "amigos" de Washington que han elogiado
calurosamente la iniciativa del presidente cubano.
Asimismo la prensa oficial de América
Latina (masivamente de ideología "progre") a destacado con elogios el "gesto
solidario" del jefe cubano con el "pueblo norteamericano".
Empleados "solidarios"
Presidentes de Latinoamérica con Bush en la Cumbre
de Monterrey, México.
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Siguiendo el
ejemplo del "sucesor" de Castro, Hugo Chávez, varios
gobiernos de Latinoamérica (olvidados de sus propios
pobres) ofrecieron asistencia "humanitaria" al
gobierno imperial de George W Bush para paliar los efectos
catastróficos dejados por el huracán Katrina.
Los gobiernos de México, Honduras,
Nicaragua, Panamá, Guatemala, El Salvador, Brasil, Venezuela, e inclusive Cuba,
han expresado no sólo su solidaridad con los damnificados, sino también
diferentes niveles de asistencia, según las posibilidades económicas de
cada nación.
Exceptuada Cuba, todos estos países
ejecutan los programas económicos genocidas del FMI, cuyo directorio
rinde cuentas al Tesoro de EEUU, la mayor potencia imperial de la Tierra, que
con las acciones depredatorias de sus bancos y transnacionales algo "tiene que
ver" con el genocidio económico que produjo en América Latina 230 millones de
pobres, entre ellos 100 millones de indigentes sin las condiciones mínimas de
supervivencia.
Un ejemplo patético fue dado por el
presidente peruano, Toledo (gobernante de uno de los países con más cantidad de
hambrientos) , quien ofreció a su patrón del Norte 80 médicos "provistos con
su propia comida" para ayudar a nuestros hermanos del país imperialista.
El presidente de Honduras, Ricardo
Maduro (otro paraíso de la pobreza extrema), "ofreció" un contingente de 135
rescatistas para ayudar en las labores que se empiezan a realizar, aunque el
gobierno de Estados Unidos tampoco ha aceptado la oferta hasta el momento.
En
cuanto al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció que su país esta
preparado para incrementar la ayuda mediante la filial de Petróleos de Venezuela
SA (PDVSA) en EEUU, Citgo.
El mandatario venezolano afirmó que
cuentan con un equipo de rescate que se encuentra listo para trasladarse
a la zona del desastre, si el gobierno de Estados Unidos decide aceptar.
Hay que recordar que Venezuela,
contando con la mayor renta petrolera de la región, es el país, junto con la
Argentina, donde proporcionalmente más ha crecido la pobreza, según datos
de la CEPAL y de agencias de la ONU.
Brasil, Nicaragua, Honduras, Guatemala, El Salvador y Panamá también han hecho
"ofertas similares", pero la ayuda ofrecida aún no ha sido aceptada por el
Departamento de Estado en Washington, que se toma su tiempo para evaluar
el grado de fidelidad de sus presidentes-empleados.
La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice (gozando del espectáculo de
sumisión) , agradeció las "ofertas" de ayuda de estos gobiernos y explicó que en
estos momentos las están "estudiando" con atención.
La potencia del Norte, a la que sus
serviciales empleados quieren "ayudar" dispone de un PBI anual
equivalente a la de 180 países subdesarrollados, y cuenta con el 48% de las
mayores empresas y bancos en el mundo.