(IAR-Noticias)
27-Dic-05
Agencias
El jefe del Departamento de Seguridad Nacional (DSN) de Estados Unidos,
Michael Chertoff, recomendó aplicar a los inmigrantes ilegales similares
represalias que a sujetos vinculados al crimen organizado.
Luego de confirmar la vigencia de un
programa de deportaciones aceleradas, Chertoff confirmó que durante 2005 el DSN
ha detenido a más de un millón de eventuales indocumentados en las fronteras,
pero que la situación migratoria no parece mejorar.
El funcionario se pronunció a favor de la puesta en marcha de medidas más
severas para detener el tráfico ilícito de personas por los límites
territoriales norteamericanos y la permanencia de ilegales en Estados Unidos.
Pienso que debemos enfocarnos en la lucha contra la inmigración ilegal con el
mismo ímpetu aplicado al combate contra el crimen organizado, argumentó el
director de la agencia federal citado por noticiarios nacionales.
Según Chertoff, el gobierno estadounidense tiene que enviar un mensaje
internacional crucial e inequívoco sobre este asunto, y los potenciales
inmigrantes sabrán el procedimiento que les aguarda si deciden cruzar las
fronteras ilegalmente.
El jefe de Seguridad Nacional recordó que el objetivo de su departamento para
2006 será "expulsar y deportar a todos los indocumentados detenidos tras cruzar
la frontera. Nunca liberarlos, como ocurre actualmente con muchos", dijo.
Organizaciones civiles denunciaron por su lado el carácter racista y extremista
de los grupos paramilitares estadounidenses conocidos como Minutemen,
abiertamente antiemigrantes tolerados por el gobierno federal.
Mark Potok, líder del Proyecto Cívico Inteligencia, organización no
gubernamental (ong) que vigila los movimientos de las agrupaciones
segregacionistas, aseguró que tales bandas tienen componentes xenófobos y
antisemitas.
El creador de los Minutemen fue Jim Gilchrist, un contador de California que
reclutó voluntarios a través de Internet. La idea era buscar una solución
drástica a los problemas con los indocumentados que cruzan la frontera entre
Arizona y México.
Desde abril pasado, centenares de estadounidenses extremistas, muchos armados,
se unieron a estas sociedades y establecieron campamentos cerca de los límites
territoriales norteamericanos para inhibir el ingreso de extranjeros.
Un hecho es que la inmigración ilegal y sus problemas derivados han inducido a
ciudadanos a idear planes temerarios, respaldados por políticos que se disputan
el protagonismo en ese asunto de interés nacional, comentó Potok.
Incluso la oficial Patrulla de Fronteras afirmó que los Minutemen eran un
fastidio, porque entorpecen operaciones de los comandos especializados al
activar sensores electrónicos para descubrir emigrantes indocumentados, reseñó
el diario Chicago Tribune.
Otros grupos de derechos humanos han denunciado que camuflados entre sus
militantes también hay algunos partidarios del Ku Klux Klan y neonazis, quienes
ven en cualquier latinoamericano un objetivo para su frenética cacería humana.
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