el
enemigo "terrorista" sigue amenazando a la seguridad EEUU.
El presidente aseguró el miércoles
que se opondrá a otra extensión temporal en el proceso de aprobación de la ley
que permite a las agencias de espionaje estadounidenses grabar las
conversaciones de sospechosos de terrorismo sin autorización judicial.
Bush afirmó desde el Despacho Oval
que "es el momento de que el Congreso asegure la no interrupción del flujo de
inteligencia vital" y sugirió que se haga "proporcionando unos cimientos
para proteger al país en el largo plazo".
El Senado aprobó el martes una
legislación que podría convertir en ley los poderes de vigilancia y que
garantizaría inmunidad retroactiva a las compañías telefónicas que tomaron parte
en el programa de grabaciones sin orden judicial de la administración Bush.
Sin embargo, los demócratas de la Cámara de Representantes de Estados Unidos,
que se han opuesto a otorgar inmunidad a las compañías de teléfonos, podrían
retrasar su aprobación final votando a favor de una nueva extensión temporal
de la ley, esta vez de 21 días, según informó un ayudante del Congreso.
La Casa Blanca y el Congreso, con
mayoría demócrata, han discutido durante meses como llevar a cabo el programa de
escuchas sobre conversaciones telefónicas entre estadounidenses y extranjeros
sospechosos de tener "vínculos con terroristas".
Otro asunto clave de estas
discusiones han sido los 40 pleitos de civiles a las compañías AT&T Inc.,
Verizon Communications Inc. y Sprint Nextel Corp., acusadas de violar los
derechos de privacidad para colaborar con el programa de scuchas telef´´onicas
de la Casa Blanca, que carece de autorización judicial, desde poco después del
11 de septiembre de 2001.
Bush explicó que "si estas compañías están sujetas a juicios que les podrían
costar miles de millones de dólares, no participarán, no nos ayudarán a
proteger América".
Un informe de las principales agencias deespionaje del país, incluyendo la CIA,
señaló que la mayor
conclusión de la Evaluación Nacional de Inteligencia, realizada en
julio pasado, es que Al Qaeda, "regeneró sus capacidades
operativas necesarias para atacar a EEUU".
Según el documento, la
organización terrorista Al Qaeda se encuentra fortalecida y es
ahora más peligrosa que durante los atentados del 11 de
septiembre de 2001.
Sobre todo
-agrega- "gracias a su retención de las áreas tribales en
Pakistán, que han servido como plataforma para los ataques del
movimiento islamista Talibán, así como centro de entrenamiento
para nuevos terroristas para ataques en Pakistán, Medio Oriente,
África, Europa y Estados Unidos".