(IAR-Noticias) 13-En-06
Las condiciones climáticas extremas en Estados Unidos
continuarán este año, y podrían pasar a ser la "nueva
normalidad" en el país a causa del recalentamiento planetario,
alertaron científicos.
Por Stephen Leahy - IPS
Incendios descontrolados consumieron cientos de miles de
hectáreas en los meridionales estados de Nuevo México, Oklahoma
y Texas, azotados por una severa sequía desde la Navidad,
mientras inundaciones y desbordes de ríos afectaron a los
occidentales de California y Nevada.
En 2005 se batieron varios récords en relación al clima: julio
tuvo la ola de calor más intensa registrada en el país, las
lluvias de octubre en el noroeste fueron las más copiosas, y la
zona costera sobre el golfo de México sufrió la peor temporada
de huracanes de la que se tenga memoria.
La tormenta tropical Zeta se convirtió el 31 de diciembre en la
tempestad número 27 de las registradas por los meteorólogos el
año pasado, cuando el promedio anual de tormentas es de 11.
Cuatro grandes huracanes impactaron en Estados Unidos y causaron
pérdidas económicas de entre 160.000 millones y 300.000 millones
de dólares. Solo el costo de la reconstrucción de la sudoriental
ciudad de Nueva Orleans ascendería a 200.000 millones de
dólares, según cálculos del gobierno.
Y 2006 podría ser igual de malo, alertaron los expertos del
Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional
Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
"Podemos esperar los actuales altos niveles de huracanes para la
próxima década, o quizás por mucho tiempo más", dijo el jefe
meteorólogo de la NOAA, Gerry Bell.
La mayoría de científicos coinciden en que el recalentamiento
del planeta obedece a actividades humanas, sobre todo a los
gases liberados por la combustión de petróleo, gas y carbón, el
principal de los cuales es el dióxido de carbono.
Esos gases se acumulan en la atmósfera y, por su gran capacidad
para retener el calor de los rayos solares, acentúan el llamado
"efecto invernadero".
La consecuencia de ese recalentamiento es un cambio climático
global con manifestaciones regionales y locales, como el
derretimiento de hielos polares y glaciares, la elevación del
nivel del mar, sequías, tormentas, huracanes e inundaciones.
Pese a que Estados Unidos genera 25 por ciento de las emisiones
de los gases invernadero, el gobierno de George W. Bush retiró
la firma que había estampado su predecesor, Bill Clinton
(1993-2001), en el Protocolo de Kyoto, único mecanismo
internacional contra el cambio climático. Bush arguye que el
acuerdo puede afectar la economía de su país.
"Estos no son desastres naturales, sino desastres ecológicos",
sostuvo Amy Lynd Luers, experta en impactos del clima de la
Union of Concerned Scientists (Unión de Científicos
Comprometidos), alianza estadounidense de científicos y
ciudadanos en general.
"El recalentamiento global está contribuyendo a sucesos
climáticos desastrosos como los huracanes, y además los agrava",
señaló Luers, y subrayó que sólo son verdaderos "desastres
naturales" los terremotos, maremotos y fenómenos similares.
A pesar de que muchos científicos de la NOAA se resisten a
vincular la devastadora temporada de huracanes de 2005 con el
cambio climático, un gran número de investigaciones
establecieron que la intensidad de esas tormentas creció como
consecuencia del aumento de las temperaturas promedio globales.
En los años 90, el gubernamental Programa de Investigación sobre
el Cambio Climático había pronosticado para las décadas
siguientes lluvias más fuertes en el noreste y sequías en el
suroeste.
Mientras el recalentamiento planetario avance, los desastres
vinculados, como las inundaciones, los incendios y los
huracanes, se volverán aun más intensos, alertó Luers, quien
trabaja para el estado de California en planes de anticipación a
los impactos del cambio climático.
"California se ha dado cuenta de que reducir las emisiones (de
gases invernadero) no daña a su economía", destacó la experta.
El Programa de Investigación sobre Cambio Climático tenía
previsto hacer nuevos estudios sobre nueve zonas del país, pero
ese trabajo no se hizo pues el gobierno de Bush le encomendó
otras tareas, dijo Luers.
"Hay una considerable preocupación entre los científicos sobre
la necesidad de esas investigaciones", indicó.
Algunos estados, como California, ahora se preparan por sí
solos, así como varias empresas, en especial las de seguros.
Para Estados Unidos, lo peor está por venir, dijo el jefe de la
División de Riesgos y Catástrofes de la compañía reaseguradora
Swiss Re Americas, Andrew Castaldi.
La empresa pronosticó "otro mal año" para Estados Unidos en
2006, con al menos 2,3 grandes tormentas sobre sus costas.
El huracán Katrina fue el peor desastre natural o ecológico que
haya sufrido Estados Unidos. El Centro Nacional de Huracanes de
la NOAA reveló que por lo menos 4.000 personas todavía están
desaparecidas desde que impactó el huracán en agosto. El número
oficial de muertos es de 1.336.
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