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(IAR-Noticias) 25En04 Por Fernando
Echandía
Cuando
Néstor Kirchner y su gobierno quieren enviar un "mensaje" a sus enemigos
lo hacen por medio de su vocero periodístico desembozado, el diario Página 12.
Increíblemente el Grupo
Clarín (propietario de Página 12) coincide con Kirchner en un punto: ambos
utilizan a Página 12 para extorsionar comercialmente –en el caso del
Grupo Clarín-, o para enviar avisos o informes reservados de la SIDE a
sus enemigos internos -en el caso de Kirchner y el Gobierno-.
Hoy domingo, hay un ejemplo
palpable. En uno de sus tantos "servicios de difusión" para la SIDE oficial, el
matutino titula en tapa: "Club defensores de la deuda" y en la nota
subtitulan:"El fan club de la señora K", en relación a la segunda funcionaria
del FMI, Anne Krueger.
La nota de tapa contiene un
informe sobre los
economistas, empresarios y políticos (a los que llaman "cofradía del pago
fácil") que impulsan, públicamente o no, que la Argentina dedique más fondos
para pagarles a los acreedores.
La nota -como todas las que publica Página 12 desde su pase al oficialismo- es
una típica maniobra de "acción psicológica" orientada a decirles a los pocos
opositores que le quedan a Kirchner: ojito que los "deschavo" y los "pego" al
FMI.
En la
lista de Página 12
aparecen los ex funcionarios menemistas, Roque Fernández, Guillermo Mondino,
Pablo Guidotti, Miguel Kiguel, y también políticos perdedores de la "derecha
liberal" como
Ricardo López Murphy,
Alberto Natale y
Patricia Bulrrich, o
gurúes como Miguel Angel Broda.
Como hacen siempre, Kirchner
y los suyos denuncian -por medio de su diario alcahuete- a los clásicos
"chivos expiatorios" del menemismo y a ciertos "gurúes" de la City que no
juegan para Kirchner, salvando como siempre a las cabezas de los grandes
bancos y financieras trasnacionales, que están detrás de la presiones de
Krueger y el FMI para el cobro de la deuda de los privados.
La táctica -como siempre-
consiste en denunciar a los empleados y no mencionar a los patrones.
En este caso, los grandes
bancos y trasnacionales de Wall Street, cuya bandera flamea en el mástil de la
embajada norteamericana en la Argentina, y con los cuales ni Kirchner ni su
vocero Página 12 quieren tener líos.
Si tuvieran que escribir la
verdad sobre "los fans de la señora K", tendrían que nombrar en primer lugar al
jefe del Tesoro de EE.UU. y al propio jefe del FMI a quien Kirchner estrechó
efusivamente las manos en Monterrey.
Si quisieran referirse en
concreto a los "fan de la señora K", Página 12 y la SIDE kirchnerista
deberían nombrar a los beneficiarios de los "paquetes de leyes" financieras que
los legisladores del PJ "kirchnerizados" votaron sin chistar en el Congreso, el
año pasado.
Deberían darse una vueltita
por la ley de compensación a los bancos, por la cual el Estado argentino
les retribuirá a los bancos y entidades financieras el dinero del robo con el
"corralito", parte del cual tuvieron que devolver por la ley de amparo a los
ahorristas.
Curiosamente, los editores y
periodistas de Página 12 se han convertido en "servicios" del Gobierno de
turno, profesión, que cuando era ejercida por otros, era denostada por ellos
como vil y repudiable.
Verbitzky, Lanata (su fundador
periodístico), Bonasso, entre otros, hicieron su "fama periodística"
persiguiendo a "servicios" de los gobiernos de turno, a los que veían infiltrados
por todos lados .
Antes de convertirse en los
empleados de Kirchner, fueron los inventores de la ética del periodismo "progre"
que había hecho de la persecución de militares y de agentes de la SIDE, su
bandera inclaudicable de lucha.
Hoy, el que no trabaja como
asesor de Kirchner "en las sombras", cobra sobres de la SIDE para difundir
información, o para levantarla en caso que resulte perjudicial para el
Gobierno.
Desde sus columnas y a través
de la línea editorial de Página 12, combatieron a todo lo que no fuera
"progresista" (o sea como ellos), y se inventaron la palabra "fascista"
para calificar a todos los que no estuvieran de acuerdo con su pensamiento
socialdemócrata de raíz original alfonsinista.
Desde su fundación, en la
década del 80, persiguieron con saña a todo lo que oliera a "militar, a
"sindicalismo" y a "peronismo", sobre los que echaron toda las culpas de los
grandes males de la Argentina.
Hoy pegaron un salto
cualitativo y se pusieron del lado de los que decían combatir.
Pactaron con Kirchner,
quien tiene detrás de su gestión a Moyano, Daer, Cavalieri, y a todos los
"gordos" de la CGT oficial, y consigue mayoría parlamentaria con la vieja
estructura corrupta de legisladores peronistas en el Congreso.
En cuanto a los militares,
cambiaron a los militares de Menem por los militares de Kirchner.
Página 12, un ejemplo clásico
de la "objetividad informativa".
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