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(IAR-Noticias)
01Marz04
Un
diario de la derecha liberal argentina, La Nación, publicó hace dos
semanas una
información según la cual Kirchner y su entorno preanuncian el "aislamiento final" de
las organizaciones piqueteras, a las que consideran agotadas y sin ningún
apoyo social.
Según el diario,
Néstor Kirchner elaboró junto a lo que se conoce como la "mesa chica"
de la Casa Rosada el diagnóstico de que el fenómeno piquetero y su método
sistemático, el corte de rutas, como se lo conoce hoy, está a un paso de
diluirse por su agotamiento y aislamiento.
"No podemos decir
cuándo. Será en el corto o en el mediano plazo. Pero se irán diluyendo. El
tremendo estado de debilidad en que han quedado las organizaciones
piqueteras duras no admite más cortes. La propia sociedad los rechazó",
dijo un ministro que -según La Nación- traduce con precisión el
pensamiento de Kirchner.
Tras la última protesta piquetera, y en diversas reuniones posteriores del
entorno presidencial, se concluyó que la política de "aislamiento" y la
decisión de no reprimir a los piqueteros con la policía puso en evidencia
la soledad que padecen los líderes piqueteros más "combativos".
Lo que obviamente no
dicen el diario oficialista La Nación ni el Gobierno de Kirchner es que la
"soledad" de los jefes piqueteros no se debió a una política de
aislamiento político, sino a una monstruosa campaña de acción psicológica
montada noche y día en los medios masivos de comunicación.
Desde este medio
habíamos señalado que, con total impunidad, y a cambio de prebendas
comerciales y de publicidad oficial, las dos radios que concitan más del
80% de la audiencia radial de la Argentina estaban las 24 hs. del día
abocadas a desprestigiar y sembrar el odio social contra las
organizaciones de desocupados que cortan rutas.
Radio 10, del Grupo
Hadad, y Radio Mitre, del Grupo Clarín, se convirtieron en puntas de lanza
de las campañas imponiendo -sin ningún prejuicio- que los piqueteros son
"vagos" (muchos ya los tratan de "delincuentes") que impiden que los que
trabajan, trabajen.
Las consignas lanzadas
permanentemente por los animadores y conductores se materializaron
finalmente en una ideología "antipiquetera" extendida masivamente
en la sociedad argentina, incluso entre la propia clase trabajadora, que
lo ve al piquetero como un "enemigo" que le impide desplazarse y llegar al
trabajo normalmente.
Al margen de demostrar
cabalmente, no en el laboratorio sino en la práctica, que los medios
sustituyen con total eficacia a la policía y al ejército en la tarea
represiva, el fenómeno piquetero pone en descubierto la corrupción
imperante en la propias organizaciones de lucha social, que hacen de la
negociación permanente de los planes Trabajar, su "estilo de vida".
Gobierno, piqueteros y
medios de comunicación conforman una misma dialéctica: son la muestra
acabada de una Argentina esquizofrénica, corrupta socialmente,
individualista, vaciada intelectualmente y en una encrucijada diaria del
"sálvese quien pueda".
Ni el Gobierno es
"malo", ni los piqueteros son "buenos", ni la sociedad argentina es
"pura": son la muestra en vivo y en directo de una Argentina colonizada
y masoquista, por cuyas venas sólo corre sangre futbolera y
pensamiento de la farándula televisiva que es lo único que asumen en
la práctica como ideología social.
Las estadísticas
confirman que el gobierno de Kirchner es una administración colonial
más, inflada y magnificada por el negocio mediático, que ha hecho del
"oficialismo" kirchnerista su principal fuente de ganancia comercial.
Kirchner y los suyos no
inventaron nada, ni siquiera utilizan inteligencia básica, solamente se
aprovechan, sacan rédito personal, de un país arrasado económicamente y
vaciado de todo contenido de conciencia y de lucha social
antiimperialista en serio.
La Argentina, es el
ejemplo más brutal, el modelo paradigmático, de un país colonizado y "libanizado"
socialmente, donde los bancos y transnacionales que se roban el PBI
nacional, ya ni siquiera necesitan de la policía ni de los militares
para reprimir: Con los medios de comunicación basta y sobra.
El argentino nivel
promedio estadístico, embrutecido por la ignorancia televisiva, carcomido
por el individualismo darwiniano, se reprime solo, y, si el
gobierno y los medios lo solicitan reprime a cualquier semejante que se
plante contra el gobierno entreguista de turno.
En la Argentina
esquizófrénica, que hasta vota a sus propios verdugos, el propio
Maquiavelo se sorprendería de los niveles que ha llegado el capitalismo
imperial de la "era de las comunicaciones".
La Argentina
esquizofrénica, no es una organización de país, socialmente hablando, sino
un conjunto de "negocios" privados, "kioscos" móviles, donde cada uno
sobrevive haciendo su "propio negocio" y sin importarle un comino
del semejante.
El discurso
"solidario" está reservado para los curas y para los oportunistas que
hacen "negocio redondo" con las organizaciones asistencialistas, que
florecen como margaritas en un país crucificado por la injusticia
social.
Los dirigentes de
izquierda juntan 30 militantes y se arman su propio "negocito" electoral,
provistos de eslóganes revolucionarios del pasado.
Un desocupado oportunista se hace de 20 planes Trabajar, y constituye su
propia
"organización piquetera" que lo convertirá en un próspero
comerciante, famoso como cualquier integrante de la farándula
televisiva.
El que no tiene nada
que hacer, se inventa un sindicato o una "asamblea barrial". El que no
tiene nada que vender, ninguna mercancía para comercializar en el mercado,
se muere de hambre o termina en un manicomio, y sin que a nadie le importe
lo que se dice, un rábano.
Los políticos y los
sindicalistas "gordos", saciados y pipones de tanto robar, se siguen
llevando la "tajada menor" del macro-robo capitalista de la
Argentina, sin que nadie los mate, les pegue o les haga un ingenuo "escrache",
y con la certeza de que en el próximo "ejercicio electoral" los van a
votar de nuevo.
Los medios de
comunicación y sus periodistas asalariados, envanecidos y corruptos
por tanta impunidad "comunicacional", siguen su ruta de vaciadores de
cerebro colectivo.
La fórmula: hablar de
todo, opinar sobre todo, menos de la Embajada de EEUU y de sus empresas y
bancos transnacionales. Al que trasciende el límite, lo jubilan y se queda
sin las vacaciones ni los viajes de turismo regalado por sus "fuentes".
El periodista argentino
de mercado construyó su lógica inexorable de "informar", sin
mencionar la palabra "capitalismo", ni meterse con el "auspiciante"
que les paga a sus patrones, los propietarios de los grandes medios que
usufructúan el único mercado social rentable en la Argentina: la
idiotización colectiva.
El argentino nivel
promedio estadístico, convertido en homo videns vegetativo, ve
"pasar el mundo por televisión". Cuando el gobierno de turno lo necesita
para "legitimar" cualquier movida política, contrata a los medios de
comunicación, y les implanta, por medio del control remoto, el programa
a ejecutar.
Así el argentino
promedio estadístico, puede volverse "antipiquetero", "pacifista" y
embebido de "derechos humanos", "solidario" de boca para afuera, o comprar
el próximo plebiscito sobre el FMI y la movilización que está preparando
el gobierno de Kirchner para legitimar su mandato y afianzar su poder
político.
El homo videns argentino
compra todo, menos conciencia e inteligencia propias.
La Argentina
esquizofrénica es un país de imágenes fragmentadas, y de sueños
revolucionarios abortados .
Un país carnívoro que
mató y se comió a su propia historia, y donde el pensamiento de los
luchadores sociales contra el capitalismo fue sustituido por la farándula
mediatizada de los que cambiaron la lucha armada por los "planes
Trabajar".
Al Che Guevara lo
convirtieron en una remera, y a la Argentina la convirtieron en un país
esquizofrénico y sin memoria, donde la lógica maquiavélica de "dividir
para reinar" fue ejecutada hasta las últimas consecuencias.
Fuera de eso, la
Argentina es un país perfecto, sobre todo para hacer negocios políticos
con la estupidez del semejante.
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