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(IAR-Noticias) 19Feb04
En
un abierto desafío al Gobierno de Kirchner, y luego de soportar una feroz
campaña mediática en su contra, los piqueteros duros emprenderán la
jornada de protesta más importante de los últimos dos años, con más de 100
cortes en todo el país y bloqueos de accesos claves a la Capital.
.
Las organizaciones radicalizadas no sólo ratificaron ayer el cronograma de
piquetes, sino que aumentaron el número de 96 a 107 cortes en las rutas
nacionales.
Además, sus dirigentes
confirmaron el bloqueo a los accesos a la Capital en las autopistas La
Plata-Buenos Aires, Panamericana, la ruta 3 y el puente Pueyrredón, entre las 10
y las 17.
Y ratificaron la realización
de las movilizaciones que se iniciarán a las 15, ante la Legislatura porteña,
para culminar, a las 17, en el Congreso de la Nación, lo que que complicará
seriamente el tránsito en pleno microcentro porteño.
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Los convocantes, el Bloque Piquetero Nacional, que está integrado por el
Polo Obrero (PO), el Movimiento Territorial de Liberación (MTL), el Movimiento
Teresa Rodríguez (MTR) y la Coordinadora de Unidad Barrial (Cuba), entre otros,
junto al Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD), que lidera
Raúl Castells, y las demás agrupaciones que convocan a la protesta, se
concentrarán, a las 9, en el Senado de la Nación.
Las organizaciones piqueteras buscan "rodear a la Capital"
realizando cortes en sus puntos claves de acceso como son el Puente Pueyrredón,
la Panamericana, la autopista Buenos Aires-La Plata y la ruta 3.
Los cortes serán entre las 10 y las 17 y los accesos a la Capital Federal que
permanecerán bloqueados son: el Puente Pueyrredón, la Panamericana (a la altura
de la fábrica Ford, en Pacheco), la ruta 3 (sobre la rotonda de San Justo) y la
autopista Buenos Aires-La Plata (ver infografía).
Además de los
cortes en el Puente Pueyrredón, la autopista Buenos Aires-La Plata, la
Panamericana y la Ruta 3, habrá interrupción del tránsito en decenas de
puntos del resto del país, incluyendo en 14 localidades del interior de la
provincia de Buenos Aires.
Oficialmente se anuncia que habrá un amplio que
será monitoreado desde la Casa Rosada y con la decisión judicial de "garantizar
el derecho a transitar",
y que la Policía sólo actuará si hay ataques contra personas o
automóviles, lo que resulta muy probable debido a las campañas de prensa
que intentan enfrentar a los piqueteros con los sectores medios de la sociedad
argentina.
“Serán 107 los
cortes de ruta en todo el país. La masividad y extensión de la jornada de mañana
(por hoy) demuestra que la campaña antipiquetera montada por el gobierno ha
fracasado”, dijo Néstor Pitrola, líder del PO, a modo de síntesis.
Los piquetes
de hoy se producirán cuando el nivel de enfrentamiento entre un sector de
los desocupados y la administración Kirchner es cada vez más fuerte, y más
allá de que el Gobierno haya garantizado que no habrá represión.
Fuentes del Gobierno nacional como el de la provincia de
Buenos Aires consideraban ayer que la mayoría de los cortes serán
"inevitables", y que existen serios riesgos de enfrentamiento
entre los automovilistas y conductores de vehículos de pasajeros que en los
últimos días han protagonizado incidentes con distintos piquetes.
El caso del corte de la autopista Buenos Aires-La Plata es el más peligroso.
Ayer el juez de La Plata, Adolfo Ziulu, le reclamó al Gobierno que, "por intermedio
de las fuerzas de seguridad", se garantice la libre circulación. Lo hizo en
respuesta a una medida cautelar solicitada la semana pasada por Coviares, la
empresa concesionaria de la autopista.
Atentos a esa situación los dirigentes piqueteros volvieron a sentarse a discutir las
"características del accionar del plan de lucha", y aunque
decidieron "no ir al choque físico" es imposible medir la reacción policial y de
los civiles afectados por la medida.
En los
últimos días el Gobierno ha lanzado una campaña de acción psicológica sostenida
desde los medios, mediante la cual se incita a "aislar socialmente" a los
piqueteros y a promover una división entre éstos y los sectores de la
población que tienen trabajo.
Este punto
ha creado un virtual estado de "guerra civil" entre los que quieren llegar a sus
trabajos, y los desocupados que cortan rutas y avenidas como forma de protesta y
de reivindicación.
La
dirigencia piquetera acusa reiteradamente al gobierno de Kirchner de promover un
enfrentamiento de imprevisibles consecuencias, y de impulsar medidas judiciales
tendientes a la "criminalización" de los conflictos sociales.
Desde ayer,
tanto del lado del gobierno como de las organizaciones piqueteras, subieron los
tonos de los desafíos.
"Va a ser la
mayor medida de fuerza en la historia del país", advirtió Raúl Castells y
anticipó que esperan movilizar a más de 50.000 manifestantes en todo el
territorio nacional.
"Llamamos al Gobierno a
abstenerse de toda actitud represiva, ya que la idea de las agrupaciones
piqueteras es manifestar en forma pacífica", dijo Néstor Pitrola, líder del PO.
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El gobierno nacional, por su parte, volvió a criticar ayer a los
piqueteros más combativas. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, advirtió que
deben "reflexionar" y "darse cuenta del nivel de rechazo social" que están
generando.
En tanto, el jefe del
MTR, Antonio Bitto, lanzó una dura advertencia: "Ningún ejército de ningún
gobierno va a evitar que hagamos la medida de fuerza", dijo.
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"La Justicia no es independiente de Kirchner ni de Solá. Esto es parte de la
política de judicializar la protesta para reprimir", fustigó Gustavo Giménez,
que conduce el Movimiento Sin Trabajo-Teresa Vive (MST-TV).
No
obstante sus petardos verbales contra los sectores "duros", en el Gobierno existe la decisión de evitar la violencia,
dado que una vez desatado los desbordes la represión policial se hace
inevitable, y el oficialismo sabe que esa instancia sería la muerte para su
destino político.
Por otra
parte, los últimos acontecimientos lo demuestran, los mandos policiales son
remisos a impartir órdenes de represión contra las marchas piqueteras, dado que
la vez que lo hicieron fueron destituidos o encarcelados.
La mayor
probabilidad de enfrentamientos reside en el conflicto inevitable que se
producirá entre los automovilistas y los piqueteros en los principales accesos a
la Capital que permanecerán bloqueados al tránsito.
Y
hay que tener en cuenta un detalle: la orden que recibieron las fuerzas de seguridad fue que
sólo deberán intervenir si hay agresiones a los automovilistas o a sus vehículos,
lo que abre un amplio abanico de posibilidades a la represión y su contrapartida
por parte de los piqueteros.
En una
posición que irritó a los piqueteros,
el gobernador bonaerense Felipe Solá afirmó ayer que "la ley se cumplirá a
rajatabla", lo quiere decir lisa y llanamente que su administración
intentará impedir los cortes a las autopistas.
Los
ministros bonaerenses de Seguridad, Raúl Rivara, y de Justicia, Eduardo Di
Rocco, estuvieron reunidos con el juez Ziulu, y el ministro de Interior, Aníbal
Fernández, dijo en tanto que el Gobierno "intentará que el hombre común pueda
circular sin problemas".
El tránsito en el centro capitalino se complicará seriamente por la tarde.
A las 15,
todas las organizaciones piqueteras
se sumarán a la manifestación frente a la Legislatura para oponerse al nuevo
proyecto de Código Contravencional, y desde allí marcharán al Congreso para rechazar
la nueva ley laboral que impulsa el Gobierno.
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