|
05Nov03
(IAR-Noticias) Por Rodrigo Guevara
Por
ahora el conflicto EEUU-Europa se libra en el plano estricto
de la diplomacia y la política internacional. Es una
guerra económica por el reparto del botín de la
conquista..
Pero nada garantiza que, en un plazo relativamente corto, Estados Unidos y
Europa no lleven su guerra por el control del petróleo árabe al terreno
militar.
El punto
de conflicto se divide en dos cuestiones: el
control del petróleo iraquí, y el dominio estratégico sobre
las reservas de Medio Oriente y el Golfo Pérsico estimadas
en un 65% de las reservas mundiales.
En el primer caso, lo que se
discute es el botín de guerra emergente de la ocupación militar de Irak.
Estados Unidos llevó la iniciativa militar de la invasión, pero Europa, con el
anuncio de la creación de una fuerza multinacional al margen de la OTAN, dio
claras señales de que la guerra económica puede derivar en una escalada
militarista inter-capitalista.
O en un conflicto
permanente, y no localizado, por áreas de influencia en la región como el
que sostenían la Unión Soviética y Estados Unidos durante la Guerra Fría.
Esto tendría una gravitación
inmediata en la situación interna de países como Irak, Siria o Palestina, dado
que incrementaría la red de contrabando de armamento y de financiación
encubiertas de las organizaciones fundamentalistas islámicas que operan en la
región.
Para los expertos, un
conflicto por áreas de influencia alimentaría una escalada de la Intifada y
el terrorismo en Medio Oriente, donde Europa y Rusia podrían utilizar su
influencia sobre las organizaciones extremistas para presionar sobre Estados
Unidos y su socio Israel.
De esta manera, y sin llegar
al conflicto abierto en el terreno militar, toda la zona del Golfo y del Medio
Oriente se podría convertir en el teatro encubierto de una guerra entre
Estados Unidos y Europa por el control militar estratégico de la región.
En ese caso, se volvería al
esquema de una Guerra Fría, pero esta vez en el marco de un conflicto
inter-capitalista. En el cual Europa, a diferencia de la Unión Soviética, no se
valdría de organizaciones revolucionarias sino de organizaciones terroristas
para dirimir su guerra por áreas de influencia con EEUU.
El terrorismo
como hipótesis de conflicto
La actual escalada
terrorista en Irak y Arabia Saudita acompañada de una nueva
"aparición" de Al Qaeda, es un síntoma claro de que esa guerra encubierta ya
comenzó.
Al Qaeda -un invento
creativo de la CIA- es la red encubierta que utiliza Estados Unidos para
infiltrar y controlar a un sector del fundamentalismo árabe armado.
En tanto que Europa como Rusia manejan sus propias redes de influencia
sobre esas facciones extremistas militarizadas.
Los tres atentados con
explosivos en Arabia Saudita realizados por Al Qaeda antes de su incursión
en Irak y Turquía, no es el fruto de una mera "casualidad".
La monarquía Saudita
quien controla la primera reserva mundial de petróleo después de Irak, se
está volviendo algo "hostil" a los intereses norteamericanos en la región. De
aliados estratégicos de Estados Unidos, los saudíes pasaron a ser aliados
"inestables y dudosos".
Los tres atentados
producidos por Al Qaeda en Riad, un día antes de que aterrizara Powell para
negociar un apoyo de Arabia Saudita al "plan de paz" en Medio Oriente, parecen
estar orientados a conseguir una "flexibilización" de las posiciones saudíes.
Cuando EEUU necesita
conseguir un objetivo, aparece Al Qaeda con sus explosivos. Y aquí se
delimitan claramente las posiciones: el imperio norteamericano es el principal
usufructuador de la guerra terrorista que dice combatir por todo el
planeta.
El terrorismo complementa a
las invasiones armadas abiertas, dentro de una hipótesis de conflicto militar no
expresada. Cumple un papel decisivo en el terreno de las operaciones
militares encubiertas con terrorismo.
Ese podría ser, por ahora,
el teatro ideal de operaciones de una guerra de EEUU y Europa por el
control estratégico de la principal reserva mundial de petróleo.
El botín de la
ocupación militar
La discusión económica de
Europa y EEUU sobre Irak, está centrada en dos aspectos principales: la
comercialización del petróleo y los contratos de la reconstrucción de Irak.
Para Estados Unidos un
negocio es el complemento del otro. La comercialización del crudo iraquí le
permitirá financiar los contratos con sus propias compañías para la
reconstrucción de Irak.
Aquí la operatoria es clara:
las petroleras estadounidenses extraen y comercializan el crudo, las empresas
"reconstruyen" Irak, y los megaconsorcios de Wall Street financian las
operaciones con el petróleo iraquí como garantía.
Un clásico "negocio redondo" del capitalismo norteamericano de
ocupación.
Y hay un tema "extra"
encarpetado: con el control de la comercialización del crudo en sus manos, puede
prosperar el proyecto de reclamar al Estado iraquí un resarcimiento por el costo
de la guerra, estimado por el Pentágono en 20.000 millones de dólares.
Y como la administración de
Irak está en sus manos, no hay dudas de que ese dinero sería resarcido con
petróleo iraquí.
Se calcula que las reservas petroleras del país alcanzan los 112 mil millones
de barriles, una cantidad sólo superada en el mundo por Arabia Saudita.
Pero estos planes chocan con
los intereses de Europa y de sus consorcios que quieren participar en el festín
capitalista.
La "torta" del negocio es
inmensa. Se habla de contratos que algunos estiman en 100.000 millones de
dólares, y otros elevan esa cifra a 500.000 millones de dólares.
Todo ello dentro de un
proyecto destinado a reparar y modernizar la industria petrolera, reconstruir la
infraestructura, construir rutas y aeropuertos, edificar escuelas, hospitales y
entidades de administración pública que sean funcionales al imperio invasor.
Y aquí se revela lo que
veníamos sosteniendo en notas anteriores: la ocupación militar de Irak no es
solamente un negocio de las petroleras, es un negocio global del capitalismo
norteamericano.
De esa gigantesca operación
capitalista participan tanto las petroleras, como las contratistas del Complejo
Militar Industrial y los pulpos financieros de Wall Street.
Pero Europa cuenta con una
herramienta de presión que es su derecho a voto en el Consejo de
Seguridad de la ONU. Mientras la guerra se desarrolle en el campo diplomático,
su rol resulta decisivo a la hora de aprobar o rechazar una acción en el terreno
internacional por parte de EEUU.
El poder del voto de Francia
y Rusia (agregada China) y su reticencia interesada a apoyar abiertamente la
ocupación norteamericana de Irak en la ONU, es la principal traba que
encuentra Estados Unidos para legalizar su apoderamiento del crudo
iraquí.
Por ahora los dos bloques
capitalistas negocian, dirimen su pulseada económica en el campo de la
política y la diplomacia.
Pero el control del petróleo
iraquí no es sólo negocio en términos económicos. Es una cuestión vital para
la supervivencia de Europa y EEUU en un futuro próximo.
Petróleo y
supervivencia
Según un trabajo titulado "El
Petróleo en cifras: Las causas económicas de la Guerra de EEUU", de
Orlando Caputo, publicado por El Economista, de Cuba:
"De las
reservas totales mundiales en el 2001 el 78% están localizadas en los países de
la OPEP. Principalmente en el Medio Oriente que tiene más del 65% de las
reservas mundiales. EEUU sólo tiene el 2,9%.
[Statistical Review of World Energy, BP 2002)
EEUU consume
anualmente alrededor del 26% del consumo mundial. Produce el 9,8% de la
producción mundial, y sus reservas, como lo hemos mencionado, son mínimas,
representan sólo el 2,9% de las reservas mundiales.
[Statistical Review of World Energy, BP 2002]
El petróleo,
es quizás, el único elemento en que la dependencia de América del Norte y de
Europa es tan claramente manifiesta. Además las reservas probadas en estas 2
regiones en el tiempo han disminuido desde 1981 a la fecha. En tanto, las
reservas del Medio Oriente han aumentado casi al doble.
Las reservas
probadas en EEUU han disminuido a 30,4 miles de millones de barriles y la
producción también ha disminuido a 7,7 millones de barriles diarios. A pesar de
ello, las reservas probadas en EEUU a esos niveles de producción se agotarían en
10,7 años.
El Medio
Oriente tiene un superávit de petróleo crudo que casi equivale al déficit del
conjunto de EEUU y Europa, sin considerar que parte del consumo en el Medio
Oriente, es la transformación de petróleo crudo en sus refinerías, parte del
cual también se exporta.
La crisis
energética en EEUU es de gran envergadura. Las suspensiones transitorias del
suministro eléctrico reflejan esa crisis. Por su parte, la OPEP ha implementado
una política racional, atendiendo a las condiciones de mercado, promoviendo un
precio de equilibrio con cierta estabilidad. Este precio que se estima equilibra
la oferta y la demanda mundial, beneficia a los productores y a los
consumidores. En varias oportunidades la OPEP ha aumentado la producción para
evitar que los precios suban de la cuota superior estimada."
Y concluye
este extenso trabajo publicado por El Economista, y del cual realizamos un
extracto parcial:
"A pesar de lo
anterior, EEUU quiere controlar directamente el petróleo del Medio Oriente y
eliminar a la OPEP. Si EEUU, con la guerra llega a controlar el petróleo del
Medio Oriente, controlará también a Europa. De esta manera, se podría concretar
el contenido de la cita que la investigadora mexicana, Ana Esther Ceceña, en su
artículo "Estrategia de Dominación y Plano de construcción de la Economía
Mundial" reproduce de un documento de la Secretaría de Defensa de los EEUU:
"América inicia el nuevo milenio como la única súper potencia mundial, como la
nación indispensable".
La conclusión no deja dudas:
quien controle el petróleo controlará a su oponente. Quien controle el
petróleo controlará los misiles, aviones, submarinos, portaaviones, tanques y
armamento nuclear táctico que pueda ser empleado en futuras guerras de control
militar, y para la cual la dinámica energética del petróleo es clave para su
desarrollo.
En el sistema capitalista
predomina el fuerte sobre el débil. la batalla político-diplomática
de EEUU y Europa por el control estratégico del petróleo mundial, puede sufrir
un salto cualitativo y pasar a otro estado de la noche a la mañana.
Ese factor conforma el nudo
impredecible de una guerra económica, que puede convertirse, a modo de
transmutación kafkiana, en una tercera guerra mundial capitalista.
El refrán popular dice que "no hay dos sin tres".
|