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02fEB04 (Fuente:
Prensa Latina)
El escándalo Parmalat
volvió a atraer este fin de semana la atención mundial al revelarse que su sede
principal funcionaba como una oficina de la Agencia Central de Inteligencia
(CIA) de Estados Unidos.
El ex consejero delegado
del grupo agroalimentario italiano en crisis en Estados Unidos, Aldo Uva, reveló
a la prensa que en la casa matriz italiana se aplicaban reglas internas
parecidas a las de la CIA.
Existían, añadió, locales
impenetrables, personas inaccesibles y el silencio por consigna.
Denunció, además, que la
dirección de la empresa, con más de 35 mil empleados en 30 países, tomaba
decisiones basadas en el nepotismo, aunque se afectaran los intereses de la
transnacional.
Reveló que cuando iba a
abrir la filial de Costa Rica le llamaron desde Collecchio (sede de Parmalat en
Italia) para indicarle que tenía que a trabajar con el sobrino de Donatella
Zingone, esposa del ex premier italiano Lamberto Dini.
Citando otros ex
directivos de Parlamat, señaló que en una ocasión (1985-86) la firma estuvo al
borde de la quiebra por falta de fondos y sorpresivamente bancos extranjeros
acudieron en su auxilio convocados por el primer ministro italiano de aquel
entonces.
Por otra parte, se
informó que el titular brasileño de Desarrollo Agrario, Miguel Rossetto, viajará
en las horas próximas a Italia, a fin de conversar directamente con los
directivos del grupo.
Rossetto pretende conocer
los planes que existen para la filial de la firma en el gigante sudamericano que
emplea más de seis mil personas y compra anualmente unos mil 200 millones de
litros de leche, casi el cinco por ciento de la producción del país.
De acuerdo con versiones
periodísticas, la deuda total de la fábrica con los bancos en aquella nación
llega a mil 800 millones de reales (más de 600 millones de dólares).
La semana anterior
Brasilia salió en auxilio de los proveedores de Parmalat, declarada en cesación
de pagos, decisión que por ahora parece no será imitada por el resto de las
subsidiarias de la región.
La filial uruguaya de
Parmalat es totalmente independiente de su par brasileña, aseguró Mariano Gutman,
gerente comercial de la firma en Montevideo.
En tanto, las plantas de
la empresa siguen trabajando normalmente en Colombia, Ecuador y Venezuela,
Colombia, y, según sus directivos, están pagando sus deudas.
El director general en
Venezuela, Rafael Miranda, negó que haya planes de vender acciones, ni aceptar
una oferta de estatización.
En Colombia, la filial de
Parmalat no depende operativamente de la casa matriz, pero de todas formas la
estatal Superintendencia de Sociedades inició el 13 de enero un análisis de su
estado financiero.
En 2003 las ventas de
Parmalat Colombia -que es surtida por cerca de tres mil productores- fueron de
150 mil millones de pesos (58 millones de dólares), 10 por ciento superior a las
realizadas un año atrás.
La situación es más
delicada en Chile donde la subsidiaria del grupo dijo la semana anterior que
pagará a sus proveedores sólo el 20 por ciento de una deuda de 1,8 millones de
dólares por los abastecimientos de diciembre de 2003.
Con anterioridad ya había
aplazado en dos ocasiones el pago a unos 200 proveedores, tras desencadenarse el
escándalo a mediados de diciembre último, cuando se descubrió un hueco
financiero de unos 14 mil millones de euros (más de 15 mil millones de dólares)
en la arcas de la transnacional.
Parmalat, que quebró en
diciembre, se expandió vertiginosamente por América Latina en la década del 90 y
tiene fábricas en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, República
Dominicana, Paraguay y Uruguay.
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