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(IAR-Noticias) 15Feb04
Según
lo publicado por la prensa británica el sábado, el próximo mes será emitido un
vídeo -por ahora secreto- donde la princesa Diana de Gales hablaba de su
turbulento matrimonio con Carlos de Inglaterra, heredero al trono británico.
El video será será
difundido por la cadena estadounidense NBC el próximo mes, y
mostrará la desaparecida Lady Di contando detalles de la aventura
amorosa del príncipe Carlos con su amante, Camilla Parker Bowles, su lucha
contra la bulimia, sus intentos de suicidio y su relación con otros integrantes
de la casa real inglesa.
La cadena de
televisión
norteamericana -según los medios británicos- revelará unos casetes
inéditos que sirvieron al autor británico Andrew Morton para escribir su
conocido libro “Diana: su verdadera historia”, publicado en 1992 con un gran
éxito de ventas.
Según el diario “Telegraph”,
la difusión del vídeo puede generar otra polémica que causará “más
angustia” a Carlos de Inglaterra y a sus hijos, los príncipes Guillermo y
Enrique.
Todo este "drama" de la
monarquía parásita británica, está orientado a seguir embruteciendo a las masas
con la "prensa del corazón", con dividendos millonarios para sus editores y las
cadenas mundiales que se presten al juego de la difusión .
Según el diario The Daily Telegraph, Peter Settlement, asesor mediático de la
princesa, fue quien realizó la grabación de las imágenes en 1993, tres
años antes del divorcio con el príncipe Carlos, en las que Diana
explica cómo su marido la engañó y la “excluyó del matrimonio”.
“No es una sorpresa que se emitan las cintas de audio de Andrew Morton,
pero lo del vídeo es algo diferente”, señaló una fuente de la realeza al diario
británico.
“No importa cómo los
editores y los realizadores del documental presenten esto, añadió la
fuente al Daily Telegraph. Rosa Monckton, una de las amigas íntimas de
Lady Di, calificó de repugnante la divulgación del vídeo y aclaró que
“esas cintas se deberían haber destruido”, porque “es angustioso para la
familia”.
La cadena norteamericana NBC, mientras tanto, se rehúsa explicar cómo
obtuvo el misterioso material, y cuyas imágenes difundirá en dos
programas, los días 4 y 11 de marzo.
El
mayordomo
En noviembre del 2002 Las
intimidades de la familia real británica salieron a la palestra pública
cuando un periódico nacional prometió dar a conocer la historia de Paul
Burrel, el mayordomo de la princesa Diana.
El tabloide Daily Mirror
informaba que que le había ganado la partida a varios centenares de
periódicos y revistas del mundo en su afán por conseguir que el "fiel empleado"
hable.
El Mirror le ofreció una
suma de seis cifras a Paul Burrel, por los derechos exclusivos sobre su
historia.
Informes posteriores
señalaban que el monto llegaría a las 300.000 libras esterlinas (unos US$470.000).
"Estoy complacido de haber
vencido en la batalla de medios de comunicación más feroz del último siglo",
dijo el editor del Dialy Mirror, Piers Morgan, en un comunicado.
Según Piers, algunas
publicaciones pusieron mucho más dinero sobre la mesa. Se hablaba de ofertas de
hasta un millón de libras esterlinas.
Refiriéndose a ese caso,
Miguel Molina, columnista de la BBC, escribió una crónica titulada "despedimos
al mayordomo", que transcribimos a continuación:
Era
un personaje útil, callado, comedido y eficaz. Se encargaba de las cosas que uno
tiene que hacer cuando tiene pereza, los quehaceres pesados, los mandados
molestos, y mantenía en marcha el cómodo motor de la rutina.
Preparaba la ducha y café para mí en la madrugada y ponía esencias de lavanda o
de romero en el baño para e-Mary al anochecer, y no planchaba el periódico
porque sólo compramos el periódico los fines de semana, que era cuando
desaparecía amparado en su propio anonimato, aunque no faltó el domingo de
gracia en que nos sorprendió en la cama con café y croissants recién
salidos del horno y jugo y mermelada.
La vida fue así hasta el lunes. Transcurría con la tranquilidad a la que estamos
acostumbrados. Pero ya habíamos notado que nos miraba de manera extraña. Un día
lo sorprendí buscando algo en la papelera del estudio. e-Mary notó que escuchaba
lo que ella decía en el teléfono. De cuando en cuando nos dábamos cuenta que
algo faltaba. Nunca dijimos nada.
Como todos los lunes, decidimos no ir a ninguna parte. Ordenamos pollitos
envueltos en tocino para la cena, y nos sentamos a ver la televisión. Ese día
vemos un programa de revista y tres noticieros de tres canales distintos, que
aquí no significa mucho porque generalmente tienen las mismas historias aunque
estén bien contadas.
En todos los programas apareció Paul Burrell, que como todos sabemos fue
mayordomo de Diana de Gales. Como todos sabemos también, fue detenido hace algún
tiempo, y lo acusaron de haberse robado objetos personales de la princesa.
Se armó un escándalo. Y cuando todos pensaban que ya no podía pasar nada más, la
Reina recordó en voz alta que un día Burrell le había informado que tenía
guardados todos esos objetos, y el caso se vino abajo.
Ahora escribió un libro. Salió el lunes. Como era de esperarse,
es sobre Diana y la familia y todo. Alguien me contó que menciona secretos
terribles, detalles de cosas más bien sexuales que podrían echar abajo la
monarquía, y nombra personas o partes del gobierno que podrían echar abajo al
gobierno, pero sólo unos cuantos pueden afirmar que saben de qué se trata.
Las noticias dijeron que un tabloide publicó fragmentos en los que se reproduce
una carta en que Diana expresa temor de que la asesinen, se cita correspondencia
privada de la familia real, se enumeran los pretendientes de la princesa y en
general se exhiben flaquezas de la familia Windsor.
No sé bien qué dicen porque no leemos tabloides, y mucho menos los compramos.
Pero además no importa.
Ahora el escándalo es que los príncipes Guillermo y Harry le pidieron que se
calle. Pero Burrell no quiere quedarse callado.
Este muchacho Burrell parece atribulado por algo. Me hace pensar en alguien que
pasa mucho tiempo en un ambiente y termina creyendo que es parte de él aunque no
lo sea. Suele suceder, por desgracia.
Durante las entrevistas que le hicieron se quejó de la falta de lealtad de la
familia real hacia él, mencionó el hecho indudable de que lo ignoran, aunque no
llegó a reconocer que él es nadie para muchos, porque muchos son nadie cuando
uno es reina.
Uno puede pensar que en su alma se alberga un sentimiento amargo,
y sentir que sus palabras tienen un aire despechado, y sin poder evitarlo piensa
que es una persona triste que está triste.
Va a ganar unos cinco millones de dólares con el libro. Dicen los tabloides que
los editores en Estados Unidos piensan imprimir un millón de ejemplares, diez
veces más que en el propio Reino Unido.
Y se reunirá con el príncipe Guillermo, a quien piensa revelarle al menos parte
de los secretos a los que tuvo acceso cuando era mayordomo de la madre del hijo
del heredero del heredero del trono.
Nos dio desconfianza. Después de todo, nadie tiene por qué enterarse de que mis
calcetines azules favoritos están remendados con hilo amarillo, de que comemos
con frecuencia comida mexicana o de que nos gusta que sea sábado en la noche
porque al otro día será domingo en la mañana.
Esperamos hasta después del mediodía. Cuando el mayordomo terminó de encerar el
piso de la sala y pasó la aspiradora y arregló los papeles del estudio y regó
las flores recién sembradas, lo hice venir y le dije sin más que estaba
despedido.
Cuando se iba se llevó la basura. Hay cosas que no se olvidan.
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