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09Dic03 (IAR-Noticias) - Fuente: EFE/Gara
El
jefe de
comandos de ETA, Gorka Palacios, fue detenido hoy en las
cercanías de Pau (Francia) junto a otros tres presuntos
etarras. Ellos son Juan Luis Rubenach Roig, considerado
a cargo de la logística operativa, e Íñigo Franco Vallejo,
responsable del aparato militar de la organización .
El jueves pasado fue
apresado en la localidad francesa de Mont de Marsan el dirigente Ibon Fernández
Iradi, alias "Susper". Los altos jefes de ETA fueron arrestados por
agentes de la división nacional antiterrorista y la policía judicial francesa.
Gorka Palacios, el número
1 militar de ETA., se incorporó al comité ejecutivo de la organización en
septiembre del año pasado.
Su captura junto a los considerados principales
comandantes etarras, cinco días después de la detención de 'Susper', ha
decapitado al aparato militar de ETA, según informaron las fuentes de la
investigación.
El comité ejecutivo
de ETA está compuesto por tres ramas: la militar, la política -encabezada por el
histórico "Antza"- y la logística.
De
29 años de edad, y nacido en la localidad de Baracaldo (Vizcaya), Gorka Palacios
comenzó su actividad guerrillera en 1996 como integrante del Comando
Larrano. Esa formación la integraban, además, Oier Eguidazu, César David
Martín González y Leire Martínez Pérez, que fuera expulsada por México el 26 de
julio de 2000.
Gorka Palacios, integró al Comando Madrid y el Comando Andalucía, desde donde
condujo la denominada campaña de terror de verano de 2000, en la que
fueron asesinados el concejal del PP en Málaga, José María Martín Carpena, y el
fiscal jefe del Tribunal Superior de Andalucía Luis Portero.
Íñigo Vallejo estaba prófugo desde junio de 2002 cuando planificaba una
campaña de atentados mientras se realizaba la cumbre de jefes de Estado en
Sevilla. Vallejo, alias "Chiquillo"o "Ganeko", nació el 21 de mayo de 1976 en
Bilbao y tiene pendiente una condena de 17 años de prisión por la quema de un
autobús urbano en la localidad vizcaína de Basauri.
Fuentes
de la lucha antiterrorista citadas por EFE señalaron que el detenido Ibón
Fernández Iradi, "Susper" tenía planificado atentar en el País Vasco ,
posiblemente la próxima semana o en plenas fiestas navideñas.
El jefe etarra esperaba
entregar a un comando etarra, cuyos integrantes no están fichados por la Policía,
una provisión de armas y una lista con datos muy detallados. Dos ediles y dos miembros de
las Fuerzas de Seguridad, entre ellos un ertzaina, figurarían como los "blancos"
elegidos de esos atentados.
ETA planeaba asesinarlos de "una manera
tradicional", con el tiro en la nuca o sorprendiéndoles por la espalda,
afirman
portavoces de la lucha antiterrorista.
Las armas que pretendía
entregar el jefe guerrillero aparecieron en el registro de la vivienda de Mont de
Marsan que ocupaba al jefe etarra junto a su lugarteniente Francisco Abad
Urquijo y la vascofrancesa Garzi Aldana Barrena, también detenidos en la redada.
"Susper"
almacenaba 11
pistolas en un piso alquilado el mes de julio pasado, además de un
fusil de asalto y un subfusil. Entre la documentación secuestrada al dirigente
etarra figuraban datos muy detallados sobre dos funcionarios públicos no
nacionalistas, así como de dos miembros de las Fuerzas de Seguridad, entre ellos
un agente de la Policía Autónoma vasca.
Etarras
detenidos denuncian torturas
Según la publicación vasca Gara,
Fernández Iradi y Abad denunciaron malos tratos
durante su arresto y
encarcelamiento, ante la juez Laurence Le Vert ante quién se
presentaron con marcas visibles en la cara, las manos hinchadas y con las ropas
desgarradas.
Según denunció
Fernández en su comparecencia, en el momento de su detención los agentes de la
División Nacional Antiterrorista (DNAT) le pusieron las esposas y lo arrojaron
al suelo, donde le propinaron golpes y patadas en todo el cuerpo.
Relató que le
obligaron a permanecer durante una hora en un pozo de barro, vistiendo solamente
una camiseta y que le golpearon constantemente.
Askatasuna
informó de que cuando le trasladaron al tribunal «su imagen reflejaba claramente
el trato sufrido durante los días anteriores, ya que seguía vistiendo la
camiseta llena de barro y desgarrada; tenía las manos hinchadas y con marcas de
las esposas; presentaba una herida en una rodilla, y tenía la parte izquierda de
su cuerpo totalmente dolorida». Agregó que el joven comunicó a su abogado que
«no puede ni dormir ni respirar con normalidad».
Fernández
relató que los agentes de la DNAT repetían constantemente que «con éstos no hay
que tener piedad, ya que hacen con otras personas lo mismo que les hacemos a
ellos, así que nada de piedad». Asimismo, señaló que aunque los agentes sabían
del dolor que padecía en el lado izquierdo de su cuerpo, le apretaban esa zona y
le obligaban a permanecer en posturas complicadas durante los interrogatorios
realizados en comisaría.
Tanto
Fernández como Abad manifestaron ante la juez que les obligaban a ir a los
interrogatorios con la cabeza agachada y una máscara en los ojos que les impedía
ver dónde y ante quiénes estaban. Tampoco Aldana, que denunció insultos y
humillaciones, pudo ver dónde se encontraba porque le taparon los ojos con una
toalla.
Abad, que
compareció con el ojo izquierdo morado, marcas en las muñecas y la ropa
desgarrada, relató a Le Vert que, en el momento de su detención, unos cinco o
seis agentes le arrojaron al suelo y le inmovilizaron, mientras que le golpeaban
constantemente. Después, le llevaron a rastras hasta el coche y, aunque uno de
los agentes decía que «ya es suficiente», sus compañeros de la DNAT siguieron
golpeándole.
Abad fue
trasladado hasta el garaje donde se encontraba Fernández y «vio cómo le estaban
pegando». Desde allí, los dos detenidos fueron llevados al apartamento donde se
encontraba Garazi Aldana. Allí, Abad manifestó que fue obligado a permanecer en
el suelo durante seis u ocho horas, y que no le permitieron ver cómo se
realizaba el registro. Relató, además, que ya en comisaría, indicó a los
policías que las esposas estaban muy prietas y que le dolían las muñecas.
Tras indicarle
que habían perdido las llaves, «los agentes intentaron cortárselas con unas
tenazas y, al no conseguirlo, Abad estuvo esperando una hora en una celda». Una
hora después, consiguieron quitárselas.
Los padres del
preso Aitzol Gogorza -continua Gara- fueron esposados e interrogados durante
tres horas cuando fueron a visitarlo el domingo a Poissy. Según denunció
Askatasuna, los hechos se produjeron cuando Gogorza les dio un CD para que éstos
se lo entregaran a su novia, Lorentxa Beyrie, encarcelada en Fleury-Mérogis. El
organismo antirrepresivo señaló que Gogorza ha sido trasladado a las celdas de
castigo. -
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