(IAR-Noticias)
02Octub04
Más
de
170 muertos, entre
ellos 37 niños, y más de 200 heridos dejaron en solo 24 horas cuatro atentados
con coches bomba, combates, bombardeos "quirúrgicos" de la aviación
norteamericana sobre poblaciones civiles y una gigantesca "operación masacre"
en la ciudad de Samarra, uno de los clásicos bastiones de la resistencia
iarquí enclavado en el denominado triángulo suní.
Sin nada que lo detenga, con
el camino liberado por la indiferencia internacional, el ejército
genocida norteamericano levanta el voltaje de sus ataques orientados
exterminar a los focos "insurgentes" antes de las elecciones de
noviembre, aunque para ello tenga que aumentar la cifra de 37.000 muertos
que, según organizaciones internacionales, ya ha causado la ocupación militar
desde marzo del 2003.
Al menos
109 personas murieron y otras 180 resultaron heridas en una fuerte ofensiva
represiva lanzada hoy viernes por el ejército estadounidense y las fuerzas de
seguridad iraquíes en la ciudad de Samarra, a 115 km al norte de Bagdad.

Unos 2.500 soldados de la 1ra División de Infantería
estadounidense y otros 1000 de la guardia nacional iraquí ingresaron
sorpresivamente a Samarra, después de la media noche. Los militares tomaron
edificios del gobierno y la Policía, luego de intensos enfrentamientos con
los rebeldes, quienes resistieron la invasión con granadas, lanzamisiles y
armas ligeras.
Según un comunicado del comando estadounidense,
murieron 109 "insurgentes" y un soldado norteamericano, en tanto, "otros
cuatro militares resultaron heridos", agregó el parte.
El suministro de agua y electricidad fue interrumpido y las
fuerzas ordenaron a los habitantes de Samarra no salir a las calles, mientras
los efectivos buscaban a rebeldes casa por casa. Un toque de queda, fue
anunciado mediante altavoces.
El sonido de las intensas explosiones se prolongó, junto con
el de los disparos de ametralladoras, hasta la mañana de hoy.
Por lo menos tres viviendas fueron demolidas y decenas
de automóviles quedaron incendiados, dijeron algunos residentes. “Estamos
aterrorizados por la acción violenta emprendida por los estadounidenses para
someter la ciudad'', dijo a las agencias Mamud Sale, un poblador de 33 años. “Mi
esposa y mis hijos están sienten pánico y no han podido dormir desde la noche
anterior. Espero que los combates cesen lo más pronto posible''
En la batalla que ha durado
varias horas, los combatientes rebeldes emplearon morteros, cohetes y todo tipo de armas
ligeras, mientras que las fuerzas estadounidenses atacaron por tierra y aire,
ayudándose de tanques y aviones de combate, según relató un reportero de CNN
empotrado con las tropas de su país.
Estados Unidos y el gobierno interino del primer ministro
iraquí, Iyad Allawi, consideran que la reconquista de Samarra junto a la
Falluyah y Ramadi, al oeste de Bagdad, es esencial para poder celebrar
elecciones de enero de 2005.
Por más demencial que parezca,
Washington y sus funcionarios iraquíes siguen aferrados a la idea de organizar
"comicios libres" en un país arrasado a sangre y fuego por las tropas
ocupantes, donde el hambre, el terror, las enfermedades, la desocupación y la
marginalidad superan cualquier cálculo y estadística.
No hay antecedentes históricos
de una matanza realizada por un ejército invasor, diaria, progresiva, a cara
descubierta, con blindados, misiles, tanques, bombas y aviones de última
generación.
Los países europeos como
Francia, Italia, España, que claman por sus rehenes "colaboracionistas",
o las mismas organizaciones islámicas que se "preocupan" por la vida de
los secuestrados occidentales, no realizan las mismas operaciones
internacionales para soliviantar la opinión pública con la exposición de la
carnicería humana que Bush y su ejército están practicando
impunemente en Irak.
La
maquinaria militar norteamericana que, hasta la decisión de ejecutar la
opción militar hasta las últimas consecuencias, mantenía ciertos límites,
ha desatado una furia genocida solo comparable con las carnicerías sionistas
de Sharon en Medio Oriente.
La inteligencia militar
anglo-estadounidense intenta, por medio de estas operaciones criminales en masa,
destruir los lazos de adhesión de amplias fajas de la población iraquí
con los grupos de la resistencia.
Las fuerzas ocupantes
estadounidenses han anunciado que con el apoyo de la Policía iraquí
(blanco diario de los coches bombas de la resistencia) , recuperarán a finales
de este año el control sobre los sectores controlados por la resistencia
en Samarra, Faluya, Ramadi, la ciudad de Sadr y la calle Haifa en Bagdad, para
crear un clima favorable para las elecciones previstas para enero.
Faluya, convertida ya en un símbolo de la resistencia anti-estadounidense,
es blanco cada noche de bombardeos de las fuerzas de EEUU contra supuestos
búnkeres de grupos rebeldes, pero en el interior de la ciudad los soldados
norteamericanos son repelidos por comandos de la resistencia.
Ali Al Bazi, habitante
de Samarra, explicó a la agencia EFE por teléfono que las fuerzas de la Guardia
Nacional iraquí, apoyadas por soldados estadounidenses, irrumpieron en la ciudad
desde varias entradas, y muchos edificios residenciales fueron afectados por los
bombardeos incontrolados, especialmente en las zonas de Al Qadisyia, Al Gabiryia,
y Alqatuli.
Bazi, quien calificó los bombardeos de "bárbaros y violentos", confirmó
que los enfrentamientos entre las fuerzas multinacionales y la Policía iraquí,
con
miembros de la resistencia siguieron con menor intensidad durante toda la
mañana, y explicó que la ciudad vive desde hace horas sin electricidad por los
bombardeos.
Samarra, dentro del "triángulo suní", está en la ruta que une Bagdad con
Tikrit (ciudad natal de Sadam Husein), y ha sido desde el final de la guerra una
de las ciudades en las cuales los marines y soldados norteamericanos han sufrido
la mayoría de sus bajas.
Parte diario de masacre
La jornada del viernes ha
vuelto a amanecer teñida de sangre en la capital íraquí. Mientras la población
entierra a las decenas de muertos de los atentados del jueves, la mayoría de
ellos niños, otras 12 personas han fallecido en la madrugada del viernes en
enfrentamientos con el ejército estadounidense en el barrio de Sadr City.
Los enfrentamientos, que
duraron desde las 3.00 a las 6.00 horas locales (2.00 a 4.00 hora española),
enfrentaron a combatientes con un convoy estadounidense que se
introdujo en una de las arterias de este humilde barrio, según una fuente del
llamado Ejército de Mahdi.
Según este vocero, estos
combates causaron nueve muertos en las filas de la milicia, que no lleva
jamás a sus víctimas al hospital, por temor a ser apresados por la policía
colaboracionista iraquí. Un fotógrafo de France Press presente en el lugar
asistió a los funerales de dos de ellos.
Ayer jueves,
mujeres vestidas de negro se
tiraban los cabellos y se rasgaban las ropas en crisis de desesperación.
Hombres llorando desconsolados, manchados de sangre, se agrupaban junto a
ellas a las puertas de la morgue del hospital Yarmuk. Reclamaban los cadáveres
de sus hijos. Era mediodía, y Bagdad asistía a la mayor matanza de niños
ocurrida desde la invasión militar. El terror y la impotencia superaban a
cualquier otro sentimiento humano conocido.
Dos horas antes, un triple atentado con coches bomba había sembrado de muerte la
barriada de Al-Amel (el obrero), en el suroeste de la capital, habitado por los
pobres y marginales más extremos de Irak.
Un primer coche bomba explotó, al parecer al paso de un convoy estadounidense,
sembrando la calle de cadáveres. Después, alguien disparó un cohete antitanque,
según el coronel Adnán Aberrahmán, del Ministerio de Interior. Un portavoz
estadounidense informó de otro coche bomba en la misma zona, y de un tercero a
unos centenares de metros, junto a un puesto de control del Ejército
norteamericano.
«Tenemos 42 cadáveres: cuatro hombres, una mujer y 37 niños», dijo el
director de la morgue, Nagi Chitchan, a la multitud congregada a las
puertas del hospital. «Hay más de 140 heridos y siguen llegando», añadió un
médico, en tanto otros profesionales hablaban de hospitales saturados de
cadáveres.
Según algunos corresponsales los niños, los más pobres y desprotegidos de
Irak, jugaban despreocupadamente y se acercaron al convoy militar
estadounidense para pedir caramelos cuándo los alcanzó la explosión del coche
bomba.
Con atentados y bombardeos
en las ciudades de
Faluya, Tal Afar, Mosul, Ramadí, Bagdad el parte diario de la masacre del jueves
en Irak cerró con 50 muertos y más de 150 heridos, entre ellos los
37 niños, y hoy viernes, las hojas del parte diario comenzaron nuevamente a
teñirse de sangre, y mañana, seguramente, el calendario de la matanza
rutinaria seguirá su curso infinito y sin
que nadie lo detenga.
En la Argentina, país del cono
sur latinoamericano, la muerte de tres estudiantes a manos de un
psicópata armado con una pistola 9 milímetros, causó "conmoción" y la
prensa internacional extendió la noticia por todo el planeta destacando el
símbolo de "tragedia" humana que significaba este hecho.
El martirio de Irak, donde
decenas de seres humanos son masacrados a diario sin que la prensa
internacional lo califique de "tragedia humana", revela el grado demencial
que ha tocado una humanidad bestializada y alienada por el individualismo
capitalista.
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