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(IAR-Noticias) 01Marz04 Por
Manuel freytas
Ultimamente
hay muchas teorías circulando por Washington: el Pentágono tendría
acorralado a Bin Laden, quizás apresado, o quizás ya habría
negociado su entrega, o tal vez negoció antes y la CIA quebró el pacto y
decidió capturarlo atendiendo a la necesidad superior de que le sirva a Bush
como "trofeo electoral" para aniquilar a su adversario demócrata en noviembre.
¿Qué hay de cierto y de mentira en esta usina de rumores lanzada por la prensa
internacional?
El sábado
pasado
las agencias
internacionales bombardearon
con versiones que aseguraban que EEUU y Pakistán tienen "acorralado"
al presunto líder de Al Qaeda, y a
su "número dos" el egipcio Ayman
Al Zawahiri, en la región tribal afgano-paquistaní de Konar desde hace varias
semanas.
La filtración de su
presunta captura por la agencia estatal iraní Irna obedecería -según
especulaciones- a un intento de los ayatolás de precipitar la captura
de Ben Laden y evitar que Bush la retrase un tiempo para utilizarla como
pieza electoral en las presidenciales de noviembre.
Según esas
especies provenientes de fuentes árabes, Teherán, más
precisamente los clérigos que manejan el poder en Irán, tratan
de evitar la reelección de Bush a quién
consideran dispuesto a acabar con las armas de destrucción masiva
iraníes.
Una
versión bastante floja
por cierto, dado que los
conservadores iraníes tienen una vieja tradición de anudar acuerdos con los Bush
(padre e hijo), acordaron la invasión a Irak con Washington, y actualmente son,
junto a los kurdos, los principales aliados de EEUU
contra la resistencia iraquí.
A estos rumores se
agregó
la filtración de la presunta
captura del guerrillero del
turbante difundida por la agencia estatal iraní
IRNA, lo que, por lo menos, alimenta sospechas entre los expertos de que
la CIA podría estar realizando alguna especie de "sondeo" o de "globo de ensayo"
sobre la repercusión que tendría la captura de Bin
Laden dentro y fuera de EEUU.
Los
diarios y agencias internacionales (que habitualmente actúan de "voceros" de las
operaciones especiales
de la inteligencia militar estadounidense) lanzaron una versión según la
cual el comando de la fuerzas estadounidenses en la zona tomó la decisión de
realizar una "ofensiva en gran
escala" contra las guaridas
de mujaidines en la región de Konar.
De
acuerdo a estas especulaciones el
"fundador y máximo líder de Al Qaeda"
conoce a la perfección la región de Konar, controlada por los jefes tribales
"pashtunes", desde los años
ochenta cuando reclutó un ejército de «muyahidines» de esta etnia que se
enfrentaron a la ocupación soviética de Afganistán, cuando
revistaba abiertamente como soldado de EEUU.
Esta teoría
se sustenta en un presunto "viaje secreto" del jefe de la CIA, George Tenet,
a Pakistán, a principios de febrero, y posteriormente del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, los
que habrían dado las "pistas" de la preparación de una
operación final para detener a Bin Laden.
Con
respecto a esta versión hay que decir que, según los expertos en la materia,
la CIA no publica sus
operaciones secretas en ningún boletín oficial,
y sus movimientos solo trascienden a la prensa internacional cuando la Agencia
decide "filtrarlos" con algún objetivo de "testeo", como podría serlo en esta
oportunidad.
Los rumores
sobre la posible localización y captura de Bin Laden, que se
habían extendido durante los últimos días, se vieron reforzados el sábado con la
información difundida por la radio estatal iraní, que fue recogida
inmediatamente por la agencia de noticias IRNA, la misma que adelantó el 14
de diciembre pasado la captura de Sadam Hussein.
Según los
principales líderes de la resistencia iraquí, los servicios de inteligencia
iraní y los guerrilleros kurdos habrían capturado a Saddam, mucho antes del
anuncio oficial, y habrían negociado su entrega con la CIA a cambio de un
mejor posicionamiento en el reparto del poder político en Irak.
Los efectos
"positivos" de la detención del ex presidente iraquí le duró muy poco a
Bush para su medición
exitosa
en las encuestas electorales, dado que la posterior oleada
de ataques y muertos
estadounidenses opacó en pocos días la
maniobra propagandista de "Saddam
capturado".
Esto abona la
hipótesis de algunos especialistas que sostienen que el Pentágono se estaría
valiendo nuevamente del
Vevak (el servicio de
inteligencia iraní) para explorar y
mensurar
una posible
operación propagandística con
el apresamiento de
Bin Laden, tanto en la sociedad estadounidense como en el plano internacional.
La radio
iraní -citando fuentes "bien informadas"- afirmó ayer que Bin
Laden había sido detenido hace algún tiempo en la región tribal
afgano-paquistaní de Konar, y que "Bush
piensa anunciarlo cuando se celebren las elecciones presidenciales de EE
UU".
Hace más de un año,
las agencias internacionales lanzaron la versión de la "presencia de Bin
Laden" en la región afgano-pakistaní citando fuentes
del servicio secreto
egipcio, que afirmaba que el "terrorista" había
sido detectado en varios lugares de esa zona sin barba.
Este rumor fue
"confirmado" a la CIA
-según un informe oficial de la propia Agencia- semanas
más tarde por Jordania. Pakistán, a través de su servicio de inteligencia
(ISI), ratificó las
informaciones, aunque aseguraba que no se encontraba dentro de sus fronteras.
Según el ISI paquistaní , Bin
Laden circulaba con total impunidad por poblados de la zona oriental de
Waziristán (Pakistán), luciendo un pequeño bigote e
incluso llevando gafas.
Este "armado",
entregado
a la prensa internacional para su difusión, hizo pensar a los
especialistas que la CIA y el Pentágono, valiéndose de su brazo de inteligencia
regional, el ISI paquistaní, estaban preparando alguna operación de
envergadura que tendría a Bin Laden como protagonista principal.
La utilización de
Bin Laden y su leyenda de "terrorista malo" no es nuevo ni novedoso
en los anales de la inteligencia estadounidense.
Gracias a la "amenaza terrorista" constante
de ese pálido hombre flaco del turbante, EEUU pudo
concretar exitosamente, y con gran consenso en la sociedad
estadounidense, dos invasiones militares: Afganistán e Irak, con la
cuales el Imperio se aseguró el control estratégico de reservas de recursos energéticos
claves para el futuro del mundo, y consolidó su dominio geopolítico-militar en
Asia y en la zona del Golfo Pérsico, corazón petrolero del planeta.
La "gloria"
de la captura de Saddam se le esfumó en
pocos días a Bush, y hoy las encuestas le marcan una virtual
derrota por 9 puntos frente a Kerry,
el candidato favorito de los demócratas a las elecciones presidenciales que se realizarán
dentro de 10 meses.
El presidente de EEUU, quien
se postula para la reelección, enfrenta una oposición interna feroz por
parte de sus adversarios electorales atrincherados en el Congreso y en los
medios de comunicación.
El "empantanamiento" de
las fuerzas estadounidenses en Irak, el alto costo económico y en vidas que
genera a los norteamericanos la ocupación militar, son los principales
argumentos de las campañas contra Bush dentro y fuera de los Estados Unidos.
El costo de la ocupación
militar y la reconstrucción de Irak demanda US$ 1.000 millones semanales
al Estado norteamericano, según lo declarado hace poco por el administrador
civil norteamericano, Paul Bremer.
Bush se niega a pagar el
"precio" de ceder el control político, militar y económico de la
"reconstrucción" de Irak a la ONU, o sea a sus inestables aliados
europeos que le exigen mayor participación en el botín de guerra.
La dinámica de la
resistencia iraquí, con su secuela ininterrumpida de bajas norteamericanas,
torna casi imposible su ascenso en las encuestas electorales de aquí a
noviembre, fecha de los comicios presidenciales.
Sus rivales del Capitolio, en
tanto, ya le adelantaron que no le concederán un incremento del presupuesto
militar, y esta opinión comienza a expandirse entre las propias filas de
los republicanos "blandos".
Tanto por el lado del frente
"interno" como del "externo", Bush aparece como dentro de un cuadro de "atrapado
y sin salida".
En los
extramuros del poder republicano de Washington por estos días existe una
muletilla, casi un eslogan secreto:
si aparece Bin Laden en escena, Bush
gana las elecciones.
En
este punto coinciden casi todos los expertos, la mayoría de los cuales
sostiene que la
"carta Bin Laden"
va ser jugada nuevamente por Bush y los halcones, casi en forma inexorable. El
problema a determinar, es cuándo, dónde y cómo.
No faltan por
supuesto los que sostienen que, al contrario
de lo que está tratando de "hacer creer" la CIA sobre la captura de Bin Laden,
éste aparezca con atentados
reales a blancos estratégicos
situados en EEUU y en países como Francia, Alemania y Gran Bretaña.
En el
mundo de las teorías de inteligencia y de la utilización política del terrorismo
todo es posible, incluso una
nueva masacre similar a la de
las Torres Gemelas, pero esta vez en Europa, más precisamente Francia.
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