Dos
piscinas, lago, 10 bungalows, pantalán, cancha polideportiva, pista de tenis,
helipuerto... La familia del presidente socialista dispone de todo lo necesario
para disfrutar de un verano a todo tren gracias a la lanzaroteña residencia La
Mareta, de Patrimonio Nacional.
Por Miguel Gil - Época
Tras
asumir la presidencia del Gobierno, los Zapatero han cambiado drásticamente su
modo de vida, y las vacaciones no han sido una excepción. Lejos, muy lejos,
quedan ya aquellos días en los que la familia descansaba en el segundo izquierda
del Edificio Caudillar de Porto do Son (Pontevedra).
Lo mismo
ocurre con Almería, Alicante, Granada... Las vacaciones ya
no son lo que eran. A pesar de que en el comité federal
del PSOE del 26 de marzo de 2004, Zapatero hacía
participes a sus "compañeras y compañeros" de la necesidad
de un comportamiento guiado por la "austeridad" ("no hablo
sólo de frugalidad, de austeridad económica, no sólo de
rigor en el gasto. Pido austeridad en el ejercicio del
poder"), algunas maneras del Gobierno no parecen haber
seguido sus consejos, incluso tras la aprobación del
Código del Buen Gobierno del Ejecutivo.
El pasado agosto, los Zapatero
aterrizaban en Mahón (Menorca) para pasar unos días de descanso. El presidente
llegaba dispuesto a leer, pasear y "nadar un poco". Como él mismo explicaba, "Sonsoles
tenía ganas de venir a Menorca, porque ella había estado alguna vez y le gusta
mucho. Yo no podía discutírselo, y mucho menos en esta ocasión".
Se instalaron en la lujosa residencia
Santa Bárbara (propiedad del empresario italiano Fabio Berrini) con un barco de
más de 12 metros de eslora a su disposición. En Semana Santa le llegó el turno
al Parque Nacional de Doñana (Cádiz), un clásico de los presidentes. Sin
embargo, todo apunta a que este año el destino estival de los Zapatero será
Lanzarote, a pesar de que Moncloa prefiere no confirmarlo de momento.
La paradisíaca isla canaria -perfecta
para el buceo- cuenta con encantos ya conocidos por el matrimonio. Allí, en más
de una ocasión (Navidades de 2003 y al día siguiente de ganar las elecciones)
han disfrutado de unos días de reposo. Concretamene, en Costa Teguise, en el
hotel Gran Meliá Salinas, un impresionante cinco estrellas ubicado en la playa
de Las Cucharas y de Los Charcos (el único gran lujo de Lanzarote).
Es más, si ya de por sí los Zapatero
están familiarizados con la zona, su nueva residencia veraniega les resultará
aún más cercana, ya que tanto el Gran Meliá Salinas como La Mareta (residencia
de Patrimonio Nacional en la que tienen previsto alojarse) cuentan con el
inconfundible estilo de César Manrique (1919-1992), artista isleño de reconocido
prestigio. La mujer de Zapatero, Sonsoles Espinosa, ya habría visitado la isla
para ultimar los preparativos de las vacaciones familiares, tal y como se han
hecho eco diferentes medios.
Sus visitas pasaron prácticamente
inadvertidas, y, según comenta un guardia civil, se movió "con dos coches
oscuritos...". Fuentes de la isla consultadas por ÉPOCA aseguran que Sonsoles
habría visitado La Mareta en al menos dos ocasiones, una de ellas acompañada por
una amiga. En Lanzarote se rumoreaba que el dispositivo de seguridad comenzaba
el 27 de julio, y sus miembros han solicitado alojamiento en hoteles cercanos
(un recepcionista asegura haber recibido una petición de alrededor de 140
habitaciones).
Hasta el momento, La Mareta es
custodiada por vigilancia privada y por la Guardia Civil. Pegada al mar, no es
raro ver pasear a isleños por las rocas cruzando frente a la casa. Costa Teguise
es una zona de la isla muy tranquila, salpicada de apartamentos encalados y
grandes hoteles pegados a la costa. Un rey espléndido
La Mareta fue un regalo del monarca
Husein de Jordania al rey Juan Carlos I en 1991. Cuenta con 10 bungalows, dos
piscinas -una en el bungalow principal-, lago, cancha polideportiva, pista de
tenis, pantalán (pequeño, como para una zodiac), helipuerto... En su parte
trasera hay un edificio en construcción, hoteles y alguna residencia en los
laterales. A su derecha se encuentra el hotel Occidental Oasis, que
tradicionalmente se ha ocupado de la intendencia de la mansión durante las
estancias allí de la Familia Real.
"Me da lo mismo que venga, a la gente
le gusta", "si viene bien, y si no, también", "¿qué va a venir el
presidente?"... Son comentarios recogidos en Lanzarote a raíz de la visita de
los Zapatero. Alguno, más crítico, se pregunta: "¿Qué hay que reformar, si la
casa está preciosa?".
Recientemente se generaba una
polémica en relación a la visita de Sonsoles Espinosa, y a unas supuestas
reformas en la residencia. Patrimonio Nacional puntualizaba entonces la
información precisando que no se habían realizado obras de "acondicionamiento",
sino que "se trata de labores periódicas de mantenimiento, que afectan a las
zonas más expuestas a los efectos de la salinidad marina del ambiente, como
carpinterías, terrazas, jardinería y piscina".
El pasado sábado 25 de junio por la
mañana, una furgoneta (de Pérez Decoraciones) se encontraba en la finca, y al
abrirse su portón principal, podía apreciarse la presencia de una hormigonera.
¿Mantenimiento? Desde el departamento de prensa de Patrimonio matizan que el
acondicionamiento o mantenimiento de La Mareta "se finalizarán en las próximas
semanas".
Las intervenciones "se han efectuado
en los exteriores e interiores de los bungalows". Hablan de "mantenimiento
regular", pero al ser preguntadas por la última vez que se realizó un
acondicionamiento anterior a éste y similar en sus características, responden
que la casa "se visita con regularidad. Su acondicionamiento depende de las
características de los invitados, de su número y de las circunstancias en las
que se realiza la visita".
Éste será el primer verano, tras
cinco años, en que se utilicen todas las instalaciones de La Mareta. El coste
del mantenimiento de este ejercicio, según Patrimonio, se encuadra en los
Presupuestos Generales del Estado, dentro de los fines ordinarios de este
organismo. Sin embargo, explican -sorprendentemente- que "al ser una residencia
oficial, y por motivos de seguridad, no se pueden detallar las actuaciones y
zonas concretas.
No hay ningún presupuesto
extraordinario". Las mismas fuentes puntualizan que "no se ha incrementado la
cantidad destinada para el mantenimiento y acondicionamiento de las residencias
oficiales". Por último, a la pregunta de si son comparables las actividades
realizadas en 2005 con las que se emprendieron la última ocasión que Vaclav
Havel se alojó en la mansión, responden que "en este último caso, se trataba de
un ex presidente, su esposa y un muy reducido séquito concentrado en poco
espacio. En el caso actual, se trata de la utilización completa del recinto de
La Mareta"...
En enero de 2000, esta residencia fue
escenario de la muerte de doña María, la madre del Rey. La familia Borbón, el
propio monarca, sus hijos, sus hermanas, la infanta Pilar y la infanta
Margarita, y los hijos de éstas, decidieron celebrar en la isla la llegada del
nuevo milenio. La avanzada edad y delicada salud de Ia -nombre con el que
llamaban sus nietos a la madre del soberano- hacían pensar que aquéllas podían
ser las últimas vacaciones en su compañía.
A mediodía del 2 de enero de aquel
año, mientras los Reyes almorzaban en el comedor de La Mareta con el matrimonio
Aznar, un asistente personal de la señora comunicó su repentino fallecimiento:
la madre del monarca había muerto mientras descansaba en la suite principal de
la residencia.
En los mismos círculos, además, la
noticia de que Zapatero veranearía este año en La Mareta ha causado una
extrañeza añadida: entre las propiedades del Patrimonio Nacional, la residencia
lanzaroteña está oficiosamente catalogada como de "uso exclusivo de la Familia
Real", a diferencia, por ejemplo, de la finca de Quintos de Mora o el Palacio de
Doñana o Las Marismilla
Además de acoger a la Familia del Rey
en la Navidad de 2000, La Mareta sirvió de refugio a los hijos y nietos del
conde de Barcelona tras la muerte de éste en abril de 1993. Además, en La Mareta
disfrutaron algunos días de su luna de miel los duques de Lugo.
La residencia suele ser lugar de
destino de los Urdangarín y también del Príncipe y Letizia, a quienes gusta
escapar de incógnito. "Es como si Zapatero se instala en el Palacio de Aranjuez,
en Miramar, o si me apura, en el mismísimo Palacio de Marivent...", comentan las
mismas fuentes.
Con todo, una de las principales
incógnitas que se ciernen sobre el lugar de veraneo de la familia Zapatero es el
origen de la iniciativa. ¿Fue el monarca quien, en el curso de una conversación
informal, ofreció al presidente la posibilidad de veranear como un rey? ¿Partió
la idea de Zapatero?
La teoría más manejada -y con mayor
grado de verosimilitud- apunta a que, quizá inducido por el Jefe del Ejecutivo,
don Juan Carlos le sugirió Lanzarote con el mismo afán de hospitalidad con que
invitó en su día a pasar unos días de descanso en la isla a los ex presidentes
Gorbachov o Havel.
"El Rey" -comenta a ÉPOCA un suspicaz
observador de la realidad política española- "está en un momento en el que
necesita el agrado de la clase política en general, y de los socialistas (en el
poder), en particular...". En cualquier caso, el uso de la residencia implica
una comunicación al Rey por parte de Patrimonio, de modo que el monarca ya
estará al tanto del exclusivo viaje de los Zapatero. Por Miguel Gil.