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(IAR-Noticias)
14-Nov-05
Por
Mauricio Aira - mauricio.aira@comhem.se
Esto
de la guerra de Irak nos llena de estupor e incredulidad.
Primero, que se inicia la guerra sin
un motivo valedero. Es más, el motivo aducido resulta falso. Se comprueba la
mentira del pretexto usado para iniciar la guerra que Saddam Hussein poseía
armas de tal peligrosidad, que bastarían 15 minutos para causar daños
catastróficos.
Fue con un discurso así
que Tony Blair consiguió el apoyo del Parlamento inglés y Colim
Powell que logró convencer a la ONU salvando las excepciones
honrosas de Rusia, Francia y Alemania.
Fue la gran dosis de
falsedad que hizo que los americanos aceptaran la nueva cruzada de
su Presidente contra un pueblo, según Bush que personificaba al
demonio mismo, "enemigo mortal de la humanidad".
El mundo enero, atónito
contempló el fantasmagórico y espectacularmente fílmico escenario de
miles de jóvenes norteamericanos (o acaso deberíamos decir de
reclutas latinoamericanos y africanos) marchando hacia "una guerra
santa".
La verdad os hará libres,
reza un viejo adagio y es cierto. La verdad siempre, más temprano
que tarde sale a la luz, y entonces se descubre la falsedad, la
mentira, el engaño, el fraude.
Y este develar, este acto
de correr el telón y dejar al descubierto las acciones reales de lo
sucedido tanto en Estados Unidos, como en Irak, está dejándonos ver
lo siguiente:
Las armas mortales de
Hussein nunca fueron encontradas. El ejército árabe iraquí, apenas
se defendió y los invasores ingresaron a la soberanía iraquí a paso
de vencedores sin encontrar resistencia, la resistencia empezaría
después, como una respuesta a veces cruel, pero justificada contra
el ocupante de patria ajena.
Las armas químicas las
usó, las usa el invasor. Esto de la bomba de fósforo y sus
mortíferos efectos sobre el cuerpo humano, sensacionalmente
denunciado por Italia y sus valientes periodistas que se
documentaron bien y nos entregan fotografías irrefutables de extrema
crueldad, de las armas usadas en Falluya, que está causando asco,
provocando náuseas en el mundo entero.
Y la verdad está
surgiendo poco a poco, cuando se va armando el rompecabezas del
embuste montado por Bush para justificar la guerra, con toda la
truculenta historia de una agente de la CIA descubierta porque su
esposo no se prestó al engaño que pretendió mezclar a Nigeria en la
tramoya de las armas químicas de Hussein.
¡Cuán risible resulta
todo!. Qué engañosas trampas se ha tendido el mismo Bush que las
reglas para proteger a la CIA, al ser violadas públicamente (El
hecho de descubrir públicamente a una de sus miles de agentes a
sueldo) resulte siendo una trampa, una zancada mortal que pone al
descubierto toda la maraña, el falso entarimado del uranio,
supuestamente comprado por Irak para sus armas químicas.
En fin, el descalabro no
termina para la camarilla del más alto poder imperial, por aquella
de "la verdad os hará libres" y el empeño, y esta es palabra de
ponderación de The New York Times y otros grandes diarios que están
utilizando toda su capacidad, con el apoyo de las masas de lectores
de las grandes ciudades para que esta verdad, vaya a saliendo a
flote.
Personalmente estoy
sorprendido por la capacidad, el énfasis y el uso de todos los
recursos periodísticos para ir develando toda la suciedad de engaño
y falsedad que esconde el tema de la Guerra del Irak.
Los norteamericanos que
aman a su Patria, pero también aman la verdad, están de plácemes
ante la reacción de sus medios de comunicación, que se están
mostrando insobornables y preparados para hacer frente al enorme
aparato de oscurecer los hechos con que la "prensa amarilla al
servicio de Bush" pretende disfrazar la verdad.
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