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(IAR-Noticias)
16-Nov-05
Sostiene que "no hay un cerebro en esta administración que pudiera
maquinar algo como el 9/11. Ni para prevenirlo ni para perpetrarlo." Y agrega:
dos huracanes pusieron en evidencia, ante todos en EEUU, el hecho de que no
tenemos gobierno
Por Marc Cooper - The
Nation
Gore Vidal recibió el pasado día 9 el Premio Literario 2005 del PEN club
estadounidense en la ciudad de Los Ángeles, por su trayectoria como novelista,
dramaturgo y ensayista.
El gobierno de George W. Bush representa una amenaza para los demás países, para
las libertades y los derechos en Estados Unidos, sostiene el escritor
estadounidense Gore Vidal, para quien a partir de "nuestra guerra contra México,
en 1846, que tuvo el objeto de apropiarse de California, hemos estado en un
ánimo imperial puro de despojar, despojar, despojar".
Vidal, uno de los escritores estadounidenses más prolíficos, y sin duda uno de
los más abiertos en cuanto a expresar sus visiones políticas, considera que "si
alguna vez ha habido una gran causa para enjuiciar al gobierno, tendría que ser
por el 9/11*. Nunca ha habido un acto de negligencia como ése".
Poco después de la reciente celebración de su cumpleaños 80, uno de los editores
de The Nation, Marc Cooper, entrevistó a Vidal en su casa de Hollywood. Aquí,
una versión condensada de esa conversación:
-En la introducción de su nuevo libro, Améérica imperial, sostiene que las cuatro
palabras más dulces del vocabulario estadounidense son "I told you so" ("Te lo
dije"). ¿De qué se regodeaba?
-Oh, de todo. El principal trocito de sabiiduría que quise proporcionar, que
obtuve de Thomas Jefferson y él a su vez tomó de Montesquieu, es que no se puede
mantener una república y un imperio al mismo tiempo. Los romanos no pudieron.
Los británicos sólo lograron arreglárselas hasta cierto punto, para luego caer
en la ruina. Los venecianos fueron un imperio y también Estados Unidos. En cada
caso, esas repúblicas se perdieron. A partir de nuestra guerra contra México, en
1846, que tuvo el objeto de apropiarse de California, hemos estado en un ánimo
imperial puro de despojar, despojar, despojar.
-En ese aspecto, ¿qué tan diferente es el gobierno de Bush? ¿Hay algo nuevo en
él, o es parte del mismo arco histórico?
-Bueno, hay muchas diferencias. La maquinaaria ha cambiado. Existen armas
nucleares y bacteriológicas. Podemos matar mucha más gente. Pero ha habido cosas
inimaginables para mí y para la mayoría de los estadounidenses; como que tengamos
un gobierno que de manera tan absoluta se ha metido con todos los países de la
tierra. Los hemos insultado a todos.
-Hoy vemos al líder de la mayoría en el Coongreso, Tom DeLay, sujeto a proceso
judicial. El líder de la mayoría en el Senado, Bill Frist, está bajo
investigación de la Comisión de Seguridad e Intercambio, y hemos visto la
debacle de Michael Brownie Brown y la Agencia Federal de Manejo de Emergencias.
¿Será que al fin el gobierno se derrumba bajo su propio peso?
-"Bajo su propia falta de peso (ríe).." Creo que esa es la frase que usted busca.
-¿Algo así como una insoportable levedad?
-Sí, una insoportable levedad. O bien: hoyy hay DeLay, y mañana ya no. Si, creo
que se está derrumbando. Las acusaciones contra DeLay no se hubieran presentado
de no ser por dos huracanes que pusieron en el escenario, ante todos en Estados
Unidos, el hecho de que no tenemos gobierno. Y en la medida en que lo tenemos,
no sólo es corrupto, sino también una amenaza para los demás países, para
nuestras libertades y para nuestros derechos.
-Si en realidad el gobierno se derrumba poor su falta de peso, ¿qué pasará
después?
-La ley marcial: eso es lo que sigue. Bushh es como una superficie de cristal.
Uno puede ver en todo momento las lombrices que se retuercen dentro de su
cabeza. Es el primer indicio de lo que trae en mente: su mentalidad de junta
militar.
-¿Y la junta militar es...?
-Cheney, quien está al frente de todo, sosspecho. Y algunos otros operadores
serios. De cualquier forma, noté por primera vez que eso era lo que Bush traía
en mente cuando finalmente le cayó el veinte de que los huracanes no iban a
hacerle relaciones públicas favorables. Y se pone a pensar en que sus amigos
contenderán por la presidencia en 2008. Entonces ¿qué es lo primero que hace?
¿Qué es lo primero que viene a la mente de un dictador? Les quita la Guardia
Nacional a los gobernadores. La Guardia está bajo las órdenes de los
gobernadores, pero Bush siempre dice que la entreguemos a los militares. Eso es
lo que tienen en mente: el control militar.
-¿Predice una dictadura militar? ¿Y que loos estadounidenses la respaldarán?
-Respaldan lo que sea. Y a la vez no respaaldan nada. Trato con muchos
periodistas europeos, muy versados en la política estadounidense, pero me hacen
preguntas tontas como: 'Kerry no salió muy bien, ¿quién será el próximo líder de
oposición que pueda llegar a la presidencia?' Yo les respondo: bueno, en primer
lugar el New York Times no lo va a entrevistar. No va a salir en horario estelar
en televisión si parece un posible ganador. Eso está eliminado de entrada. O lo
van a hacer parecer estúpido, como hicieron con Howard Dean, cuando amplificaron
su famoso aullido. Eso hizo la CBS para presentarlo como un maniático. ¡Son muy
hábiles! De manera que si se tienen medios completamente controlados por el
establishment corporativo -o cualquier otra frase que describa a quienes nos
gobiernan- no llega al público ninguna información que le pueda ser útil.
Ningún Alfil Blanco será reconocido por la prensa o visto en televisión. No
tendrá forma de llegar a la gente. Y éste es un hecho permanente en nuestra
situación... Si acaso pudiera haber una oposición viable a la junta del petróleo
y el gas que se ha apropiado del poder, de todos los tres poderes, creo que
tendría que venir de las bases. Habría que encontrar una forma de hacerle
publicidad por Internet al Alfil Blanco, o al Alfil Negro, o a quien sea que
venga a salvarnos.
-¿Cuáles son las tres o cuatro cosas princcipales que el Alfil Blanco tendría que
decirnos para motivarnos, como usted dice, a preservar la república?
-En primer lugar, tendría que permitirnos conservar el dinero que ganamos.
Porque la mayoría de nosotros sufre una enorme carga impositiva.
-Eso es lo que dicen los republicanos.
-Eso dicen, pero no son sinceros. Lo que een verdad quieren decir es: "Nosotros,
los que tenemos dinero, no queremos que nuestros hijos paguen impuestos sobre
sus herencias. No queremos pagar impuestos sobre nuestros enormes ingresos. No
queremos pagar impuestos sobre las ganancias de nuestras grandes corporaciones",
y lo han logrado todo. Quien vaya contra ellos tiene que decir que se gravarán
las ganancias de las corporaciones, como siempre ha ocurrido. La gente lo
entiende. Y si no lo entiende, se le puede explicar en diez minutos.
-¿Qué haría el Alfil Blanco con el ejércitto?
-Recortar su presupuesto a la mitad. Eso nnos ahorraría mucho dinero. Podríamos
reconstruir muchos diques. Ya no necesitamos ese presupuesto... Ya no podemos
ganar ninguna guerra. Ya no pueden volver a imponer el reclutamiento forzoso. Ya
estamos en el final de este régimen. Hay que cruzar los dedos para que no
estemos en el final de este país.
-Una de las áreas en que las cosas parecenn haber mejorado en Estados Unidos es
en lo referente a la homofobia. Ahora se debate con cortesía sobre el matrimonio
homosexual.
-No sé si eso importe mucho como tema. Habble con cualquiera en el ejército y la
situación es tan mala como cuando yo pasé tres años en el servicio, durante la
Segunda Guerra Mundial. A los sospechosos de tener actividad con los del mismo
sexo los ponían aparte o los encerraban. Era así de malo y sigue siéndolo. Un
tema como el matrimonio homosexual sólo mantiene viva la homofobia.
-Entonces ¿usted no lo defiende?
-No. Porque sé con qué propósito se hace.... Se toma un tema como el matrimonio
homosexual, que no concierne a 99.9 por ciento de la población, y se insiste en
él una y otra vez. Eso prueba que todos los demócratas están locos, si no es que
son todos homosexuales. Si alguien quiere casarse, qué bueno, pero ¿por qué ha
de ser asunto mío?
-Si elegimos un momento, hace 40 años; a mmediados de los sesenta, cuando usted
tenía la mitad de la edad actual, ¿pensaba que Estados Unidos seguiría el curso
que ha tomado?
-Jamás creí que un presidente se atrevieraa a favorecer una guerra preventiva.
Nunca creí que llegáramos a esto, a tener por presidente a una especie de
maniático que anda por ahí atacando verbal y físicamente a cualquier país que se
le antoja. Los propietarios de esta nación normalmente han sido bastante
astutos. Sabían lo que querían. No querían pagar impuestos, de seguro. No
querían que alguien los hiciera volar un día como en el 9/11. Y si alguna vez ha
habido gran causa para enjuiciar al gobierno, tendría que ser por el 9/11. Nunca
hubo un acto de negligencia como ése.
-No estará insinuando que el gobierno de BBush permitió que el ataque tuviera
lugar...
-No. No digo nada ni siquiera parecido. Sii hubiera existido algún contubernio
perverso entre elementos de nuestro gobierno y el equipo 9/11 de Arabia Saudita
en un país como el nuestro, a estas alturas al menos dos de sus protagonistas ya
habrían salido en televisión, en entrevista con Barbara Walters. Así es el país
que tenemos: no sabemos guardar secretos. No; es impensable. Lo que haya estado
detrás del 9/11 fue planeado muy meticulosamente. No hay un cerebro en este
gobierno que pudiera maquinar algo como el 9/11. Ni para prevenirlo ni para
perpetrarlo.
©The Nation
Traducción: Gabriela Fonseca
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