(IAR-Noticias)
12-Dic-05
El gobierno de Estados
Unidos debe controlar al embajador en la ONU, John Bolton, y adoptar un enfoque
más conciliador en el conflicto por el presupuesto del foro mundial, según una
coalición de organizaciones de la sociedad civil.
Por Jim Lobe - IPS
Estas instituciones, entre las que figuran la filial estadounidense de Amnistía
Internacional, la humanitaria Oxfam y Citizens for Global Solutions, enviaron
una carta a la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza
Rice, para pedirle que sofrene a Bolton.
El funcionario amenazó con retener fondos de su país para la ONU (Organización
de las Naciones Unidas) e impedir que el foro implemente su presupuesto para
2006-2007, a menos que primero aplique las propuestas de reforma presentadas por
el gobierno de George W. Bush.
Esta apuesta sobre el aporte estadounidense a la ONU, que representa 22 por
ciento del presupuesto operativo del foro mundial, resulta contraproducente para
los intereses de Washington, según los firmantes de la carta, entre los que
también se encuentran Center for American Progress, Friends Committee on
National Legislation, Refugees International y el Open Society Policy Center.
"Las tácticas de negociación de Estados Unidos parecen debilitar la oportunidad
de completar negociaciones e implementar reformas más asequibles pero igualmente
importantes", escribieron las organizaciones no gubernamentales en su carta
enviada a Rice.
Entre las reformas intermedias, estas instituciones mencionaron "reemplazar la
Comisión de Derechos Humanos por un Consejo de Derechos Humanos y crear una
Comisión para la Construcción de la Paz".
"Las estrategias que amenazan con desbaratar o demorar el presupuesto bienal,
como la sugerencia del embajador Bolton de adoptar uno provisional por tres
meses, podrían ir contra los esfuerzos de reforma y la capacidad de la ONU para
actividades críticas en curso, como mantener la paz, facilitar elecciones en
Medio Oriente o misiones de alivio (para afectados) por terremotos", indica la
carta.
El texto se hizo eco de las preocupaciones de altos funcionarios de la ONU,
según los cuales una demora en la aprobación del presupuesto --que debe estar
pronto a fines de este mes-- causará enojo a la mayoría de los países, en
particular los 132 países en desarrollo del Grupo de los 77 (G-77).
Pero una demora también dificultará el cumplimiento de las responsabilidades de
la ONU, advirtieron los funcionarios.
"Es una situación muy seria", dijo al diario estadounidense The New York Times
secretario general asistente de la ONU Warren Sach, luego de que Bolton
amenazara por primera vez con dejar sin efecto el consenso sobre el presupuesto
alcanzado el mes pasado.
"La situación es frágil y crea problemas reales en términos de capacidad
operativa de la organización", sostuvo Sach.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, advirtió la semana pasada que si el
presupuesto no es aprobado para fin de mes, el foro mundial afrontará "una seria
crisis financiera".
La carta de las organizaciones no gubernamentales a Rice es conocida en medio de
crecientes tensiones entre Bolton y la Secretaría General de la ONU sobre una
variedad de asuntos.
El miércoles, Bolton atacó duramente declaraciones de la alta comisionada de la
ONU para los Derechos Humanos, Louise Arbour, según las cuales los esfuerzos
globales para prohibir la tortura se habían vuelto "una víctima de la denominada
'guerra contra el terrorismo'".
Arbour, una ex jueza de la Corte Suprema de Justicia de Canadá, no se refirió
explícitamente a Estados Unidos o a informes según los que ese país usó tortura
o tratos inhumanos contra sospechosos de terrorismo.
Pero Bolton dijo a la prensa que era "ilegítimo e inapropiado" que una
funcionaria civil internacional criticara "la conducta en la que estamos
comprometidos en la guerra contra el terror, sin más evidencia que lo que lee en
los periódicos".
En respuesta, un portavoz de Annan --quien en las últimas semanas manifestó una
creciente exasperación hacia Bolton-- dijo el jueves a la prensa que su jefe
coincidía con los comentarios de Arbour, quien no sería "impresionada o
intimidada" por el enviado de Estados Unidos.
El lunes, Bolton había criticado públicamente la decisión de la Secretaría de
destituir a la alta funcionaria electoral de la ONU, Carina Perelli, por acoso
sexual, 10 días antes de las elecciones de la semana próxima en Iraq, y en cuya
organización participó la técnica.
"Cuando la jefa de la oficina responsable del rol de la ONU en elecciones" es
despedida, "uno siente la necesidad de preguntar qué efecto tendrá eso en Iraq",
dijo.
La semana pasada, Bolton solicitó a Annan que postergara un viaje a Asia para
participar en las negociaciones presupuestales. El secretario general dijo a la
prensa que el enviado de Estados Unidos no dirige su agenda, aunque de todos
modos aplazó su viaje.
Esta clase de enfrentamientos fueron pronosticados por los muchos críticos de
Bolton cuando el presidente Goerge W. Bush propuso su nombramiento a comienzos
de este año.
Su actitud de choque --a la que algunos consideran intimidante--, combinada con
su nacionalismo radical y su hostilidad hacia las instituciones multilaterales,
en particular la ONU, persuadieron a la mayoría de los senadores estadounidenses
de que no era la persona adecuada para el cargo.
Como resultado, Bolton es el primer embajador de Estados Unidos ante la ONU que
no logró ser confirmado por el Senado.
Rice había rechazado la sugerencia del vicepresidente Dick Cheney de que Bolton
fuera su subsecretario, y luego prometió públicamente revisar con cuidado su
desempeño en la ONU.
No obstante, muchos observadores creen que el embajador está mucho más inclinado
a responder a Cheney, tal como lo hizo en su calidad de subsecretario de Estado
para el Control de Armas y la Seguridad Internacional durante el primer periodo
del gobierno de Bush.
En ese contexto, la controversia sobre el presupuesto de la ONU y las crecientes
tensiones entre Bolton y la Secretaría General de la ONU plantean una pregunta
clave: ¿Rice aprueba la política y las tácticas de Bolton?
"El Departamento de Estado (cancillería estadounidense) tenía objetivos muy
razonables sobre la reforma de la ONU este año, hasta que Bolton apareció en
escena", dijo Don Kraus, vicepresidente ejecutivo de Citizens for Global
Solutions. "Necesitamos que Rice juegue un papel más efectivo en esto", afirmó.
Al mismo tiempo, fuerzas de derecha en el Congreso se alinean detrás de la
demanda de aprobar reformas exhaustivas en la ONU antes de aprobar el
presupuesto para los próximos dos años.
"Si la ONU no actúa, anticipamos que el Congreso (legislativo) se involucrará
cada vez más en este tema", dijo un portavoz del líder de la mayoría oficialista
en el Senado, Bill Frist, al periódico The Washington Times el jueves.
Este año la Cámara de Representantes aprobó un proyecto según el cual Washington
retendría la mitad de sus cuotas a menos que la ONU implementara 46 reformas
específicas.
Mientras que no hay chance de que esa legislación sea aprobada antes de fin de
año, observadores del accionar en el Congreso esperan una campaña mayor por
parte de los republicanos de ambas cámaras para sancionar algo similar en 2006,
particularmente si el diferendo entre Estados Unidos y el G-77 sigue sin
resolverse.
El G-77, que cuando está unificado controla la mayoría de votos en la Asamblea
General de la ONU --órgano que, en última instancia, está a cargo de aprobar el
presupuesto-- aprobó varias reformas respaldadas por Washington, incluida la
creación de un nuevo Consejo de Derechos Humanos y de Comisión para la
Construcción de la Paz.
Eso vuelve a la intransigente postura de Bolton mucho más frustrante para los
activistas que defienden la reforma. "Amenazar el consenso es arriesgarse a
poner fuera del alcance al fruto que está en una rama baja ", dijo Kraus a IPS.
Kraus señaló que la posición de Bolton incluso había causado enojo a los aliados
más cercanos de Washington, incluida Gran Bretaña, que solicitó que el propuesto
presupuesto de 3.600 millones de dólares sea aprobado este mes.
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