(IAR-Noticias)
23-Dic-05
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Grupos de jóvenes acudieron a la
cumbre de Canadá para expresar su opinión. |
¿Cómo hace un activista para
convertirse en activista? ¿Cómo elige en qué asunto o asuntos trabajar? ¿Y cómo
decide cambiar de prioridad y trabajar en un tema nuevo, quizá continuando con
el anterior, o quizá no?
Por Ted Glick - ZNet en español
He estado pensando en esto últimamente. He estado haciéndolo debido a mi propia
situación personal.
Hace unos dos años tomé conscientemente la decisión personal de que quería
dedicar una parte mayor de mi energía a la cuestión del calentamiento global.
Esto pasó tras 30 años en los que los principales asuntos en los que trabajé
fueron la paz, los derechos de los inquilinos, el desarrollo vecinal, el
racismo, la creación de asociaciones y la política independiente.
No fue una decisión tomada de la noche a la mañana. Creció en mí durante varios
años según leía, estudiaba y seguía el desarrollo de los acontecimientos en el
mundo. A principios de 2002 estaba convencido de que éste era un asunto muy
gordo que tenía la responsabilidad de afrontar. Lo hice durante mi campaña por
el Partido Verde al Senado de EEUU aquel año en Nueva Jersey. El segundo párrafo
de mi programa decía, “Caminar hacia la independencia energética, revertir el
calentamiento global y crear puestos de trabajo a través de un programa de
choque para conseguir energía del Sol, el viento y otras fuentes de energía
renovables”.
Pero creo que lo que en realidad me empujó a hacer de ésta mi principal
prioridad como activista fue lo que pasó en Europa en el verano de 2003. Un mes
de Agosto brutalmente caluroso provocó entre 20.000 y 40.000 muertes, sobre todo
entre gente de avanzada edad. Según Wikipedia, la enciclopedia libre en
Internet, “La ola de calor ha sido relacionada inequívocamente con extremos
climáticos sin precedentes ocurridos en otras partes del mundo que han tenido
lugar en el mismo periodo general (como la peor sequía desde que existen
registros en la historia de Australia durante el verano Australiano anterior, y
enormes inundaciones en EEUU) y atribuidos al calentamiento global”.
Yo ya sabía que había islas en el Pacífico que podrían desaparecer y que grandes
porciones de países como Bangladesh harían lo propio si los océanos continuaban
subiendo. Sabía del derretimiento del hielo del Ártico y sus efectos sobre el
pueblo esquimal y otros. Pero leer en los periódicos sobre decenas de miles de
muertes causadas por el calor en Europa, en un continente relativamente
privilegiado, en un período de tiempo tan corto me llegó al alma.
Dos años después estoy inmerso en esto. El 3 de Diciembre se llevaron a
cabo acciones alrededor de todo el mundo , en lo que se convirtió en un Día Internacional de Acción para Detener el Calentamiento
Global. En los Estados Unidos hubo al menos, 100
localidades, quizá muchas más, en las que se llevó a cabo algún tipo de
acción.
Se había elegido el 3 de Diciembre porque estaba justo en medio de una gran Conferencia
sobre el Clima que realizaba la ONU en Montreal, Québec, y que se celebraba desde el
28 de Noviembre hasta el 9 de Diciembre. 12.000 personas de más de 150 países estuvieron presentes. La mayoría fueron firmantes del Protocolo de Kyoto. EEUU, uno
de los pocos países que no ha firmado, estuvo allí, obstaculizando literalmente
los esfuerzos de otros países para endurecer la acción mundial en esta crisis.
Fue importante y URGENTE que esas acciones del 3 de Diciembre, en
particular en EEUU, fueran tan amplias y tan numerosas como fue posible. El
calentamiento global, el catastrófico cambio climático, no es sólo otro asunto,
una cosa más sobre la que sentirse mal. Es algo trascendental, algo que está
relacionado con mucho más. Necesitamos una transición rápida, global, hacia la
conservación de la energía, la eficiencia energética y las fuentes de energía
limpias y sostenibles como el Sol, el viento, las mareas, en lugar de la
combustión de petróleo, carbón y gas natural, causantes del efecto invernadero.
Sin esta revolución de la energía limpia, las condiciones de vida de la gente
alrededor del mundo continuarán deteriorándose mientras experimentamos
huracanes, sequías, inundaciones, subidas del nivel del mar más fuertes y la
difusión de enfermedades como el asma, la malaria y el virus del Nilo
Occidental. Las sociedades se verán alteradas masivamente, y veremos una
escalada de las guerras energéticas, en Oriente Medio, América Latina y
posiblemente en cualquier lugar, y una continuación de los ataques terroristas.
Los que se llevarán la peor parte, como vimos en Nueva Orleans tras el huracán
Katrina, serán aquellos más vulnerables a causa de la pobreza y el racismo.
El movimiento pacifista tiene una responsabilidad especial, me parece a mí, en
hacerse cargo de este asunto e integrarlo en su trabajo en curso para acabar la
guerra en Irak. La conexión es obvia, dado que la guerra es sobre el control del
petróleo iraquí y la reestructuración de Oriente próximo para convertirlo
incluso más directamente en una región dominada por lo EEUU para beneficio de
las compañías energéticas de EEUU y las prácticas económicas ecológicamente
insostenibles de nuestra sociedad. A la inversa, debemos educarnos a nosotros
mismos y a la gente en general sobre el hecho de que hay otro camino, de que
podemos y debemos disminuir nuestro uso del petróleo. Debemos terminar nuestros
líos militares y neocoloniales en Oriente Medio mientras proporcionamos una
alternativa económica positiva para esos países a través de apoyo para amplias
granjas solares y eólicas.
Debemos articular la visión positiva de una revolución internacional sobre
energía limpia que, en palabras del autor Ross Gelbspan, “creará millones de
puestos de trabajo en todo el mundo, incrementará la riqueza general y la
equidad de la economía global y proporcionará una plataforma para unir a los
países del mundo en torno a un proyecto global común”.
¡Que el 3 de Diciembre haya sido un toque de atención para que el mundo sepa que
este movimiento popular que se necesita con urgencia ha llegado!
Ted Glick es coordinador de Climate
Crisis, USA, Join the World (www.climatecrisis.us). Se puede contactar con él en
usajointheworld@igc.org. 973-338-5398 o PO BOX 1132, Bloomfield, NJ, 07003.
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