(IAR-Noticias)
26-Dic-05
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) corre el riesgo
de comenzar 2006 sin poder pagar los salarios a sus funcionarios,
pues no hay acuerdo sobre su presupuesto cuando faltan menos de dos
semanas para que venza el plazo para su aprobación.
Por Thalif Deen -
IPS
"No estoy seguro de si la luz de este cuarto podrá seguir
encendida", dijo a periodistas esta semana el secretario general de
la ONU, Kofi Annan, para graficar la crisis financiera que se cierne
sobre el organismo.
"En verdad espero que los estados miembros entiendan las
consecuencias de una crisis presupuestaria y hagan algo para
evitarlo", señaló en su conferencia de prensa habitual de fin de
año.
La potencial crisis fue causada por las amenazas implícitas de
Estados Unidos de que vetaría el presupuesto de la ONU para el
período 2006-2007 si los estados miembros se niegan a respaldar sus
propuestas para una profunda reforma administrativa del foro
mundial.
Tradicionalmente, cada proyecto presupuestario bienal es aprobado
por el consenso de los 191 países miembros.
El embajador estadounidense en la ONU, John Bolton, propuso un
presupuesto provisorio que cubriría los próximos tres meses y le
daría a los estados miembro un plazo adicional hasta el 31 de marzo
para aprobar las reformas.
Pero el Grupo de los 77 (G-77), conformado por 132 naciones en
desarrollo, respondió que estaba en contra de someterse a plazos o
tomar decisiones bajo presiones.
El mes pasado, Bolton incluso amenazó con tomar distancia del foro
mundial si no se aprobaba la propuesta de reforma estadounidense.
"Para ser prácticos, los estadounidenses sostienen que o arreglamos
a la institución (la ONU) o buscamos otro mecanismo para solucionar
los problemas internacionales", dijo el embajador durante una
conferencia en la Universidad de Wintage, en el oriental estado de
Carolina del Norte.
La semana pasada, Bolton continuó con su tono amenazante y agresivo
al señalar que la reforma de la ONU chocaba contra la "cultura de la
inacción" que predomina entre sus integrantes.
En una implícita referencia a las declaraciones de Bolton, Annan
dijo a periodistas que el ambiente dentro del foro mundial en los
últimos días era "un poco tenso" y que había "cierta desconfianza".
"Hay un sensación de que están trabajando en una atmósfera de
amenazas e intimidación", añadió.
"Pero, hablando francamente, creo que la única opción que tienen es
sentarse y hablar con honestidad y sinceridad, y buscar un
entendimiento. Pero para eso deben poner los intereses de la
organización primero", afirmó Annan.
La ONU esperaba la aprobación de un presupuesto bienal por casi
4.000 millones de dólares, de los cuales Estados Unidos aporta 360
millones. La organización advirtió que, de no ser aprobado antes del
31 de este mes, se podría demorar el pago de salarios a sus
funcionarios.
Aunque no lo exige la Carta de la ONU, aprobar el presupuesto bienal
por consenso entre los miembros ha sido una práctica ininterrumpida
desde los tiempos del presidente estadounidense Ronald Reagan
(1981-1989), según funcionarios del foro mundial.
El G-77 se queja ante Annan que las reformas administrativas
propuestas por Bolton son sobre todo impulsadas por los
neconservadores de Washington, quienes intentan adaptar al foro
mundial a la estructura de una empresa, en la que el secretario
general pasaría a tener más poderes, como un jefe ejecutivo.
Esa propuesta reduciría la autoridad de la Asamblea General.
"Sé que hay ciertas diferencias entre el G-77 y otros grupos de
países. Pero creo que todos quieren ver una reforma y todos quieren
un avance de la ONU. Tengo esperanzas de que podré lograr un
entendimiento y un acuerdo sobre el presupuesto" antes de fines de
este mes, señaló Annan.
Bolton también presiona para crear un consejo que reemplace a la
actual Comisión de Derechos Humanos de la ONU, criticada por incluir
entre sus miembros a países como Libia, Sudán y Zimbabwe,
cuestionados por su desempeño en esa materia.
En la conferencia de prensa de fin de año, realizada el miércoles,
Annan discutió con un periodista británico que insistió con
preguntas en torno a las investigaciones sobre casos de corrupción y
fraude en la administración del plan humanitario "Petróleo por
Alimentos" para Iraq, que involucraron al propio secretario general
y a su hijo, Kojo.
Entre otras cosas, le preguntó cómo su hijo pudo adquirir un
vehículo Mercedes Benz en Ghana al parecer para su propio uso pero
sin pagar ningún impuesto al registrarlo con el nombre de su padre.
"Sé que todos ustedes están obsesionados por el auto. Mi hijo y sus
abogados se ocupan de eso. Si quieren saber más, por favor dirijan
sus preguntas a su abogado o a él. No soy ni su portavoz ni su
abogado", respondió Annan, quien poco a poco fue perdiendo la
paciencia.
"Creo que está actuando de modo descarado aquí", le dijo Annan al
periodista James Bone, del periódico británico The London Times, uno
de los que más ha investigado el escándalo sobre el programa
Petróleo por Alimentos.
"Escuche, James Bone. Se ha comportado en esta sala como el
grandulón de la escuela, por muchos meses y años. Es una vergüenza
para sus colegas y para su profesión. Por favor, deje de comportarse
así y por favor hablemos de otro tema más serio", replicó el
secretario general.
Pero el presidente de la Asociación de Corresponsales de la ONU (UNCA,
por sus siglas en inglés), Jim Wurst, le hizo saber a Annan que
discrepaba con sus afirmaciones sobre Bone, quien se retiró de la
sala antes de que terminara la conferencia de prensa.
"De parte de la UNCA, debo decirle que James Bone no es una
vergüenza. Es un miembro de prestigio de la UNCA. Tiene todo el
derecho de hacer preguntas", afirmó Wurst.
A lo cual, Annan contestó: "Estoy de acuerdo. Tiene el derecho de
hacer preguntas, y vine aquí para contestarlas. Pero creo que
nosotros también debemos entender que debemos tratarnos con
respeto".
"Usted tiene el derecho de hacer todas las preguntas que quiera. Yo
me reservo el derecho de negarme a contestar las que no quiero. Pero
hay cierto comportamiento y cierta consideración mutua que ambos
debemos respetar", añadió.
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