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(IAR-Noticias) 09-Abr-05
Informe especial
"San"
José María Escrivá de Balaguer, fundador y gran timonel del Opus Dei,
exclamó al enterarse de que el generalísimo Franco había convocado para
formar parte de su gobierno a varios de sus "hijos" (integrantes
de su organización): "¡Nos han hecho ministros!".

De igual manera, sus seguidores en la
conducción de la "Obra" habrían exclamado al enterarse de la beatificación de
Escribá, en mayo de 1992, "¡Nos han hecho santos!"
Desde su canonización la "Obra"
presenta a su fundador como un ejemplo de santidad universal, su imagen
podrá figurar en cualquier iglesia y su culto, ser promovido en todo el orbe
católico. "Ahora el fundador es un santo de la Iglesia universal, no un santo
de un grupo", explica Flavio Capucci, el postulador de la causa de
beatificación y canonización.
Para los expertos, la santidad de
Escrivá es la santificación de la Obra y el poder del nuevo santo es el santo
poder de su Opus Dei, con más de 85.000 seguidores en todo el planeta. Esas
personas se desempeñan en los sitios más variados, hay entre ellos estudiantes,
empleados, profesionales, hasta altos funcionarios de Washington y banqueros
influyentes de Wall Street.
Escribe Jesús Ynfante en El santo
fundador del Opus Dei: "Cuando (Escrivá Balaguer) cumplió dos años, padeció unos
ataques de lo que modernamente se llama epilepsia. (...) Una patología que le
dejaría secuelas, como ese temperamento a la vez rígido y ardiente, que se
desbordaría a veces en bruscas y violentas cóleras".
Ynfante asegura que era tan vanidoso
que "aprovechó la muerte de su padre para cambiar su apellido Escriba por el
Escrivá con el que se le va a canonizar. Luego tuvieron que añadir de Balaguer
por las ínfulas de la nobleza y para que no hubiera más dudas en la
catalanización de su apellido".
Fundamentalmente el poder del OPUS se
nutre de las clases altas, y clases medias profesionales, así como de los
estratos dirigenciales de las clases políticas y empresariales que son
reclutados -mediante contactos y dinero- para integrar las sinuosas y secretas
redes de la "Obra" por todo el mundo.
Escribe Miguel Fisac, ex miembro de
la Obra: "Me parece que el Opus Dei tiene mucho poder, en general. Muy difícil
de captar, por su silenciosa disolución en la sociedad y por sus efectivos y
eficaces métodos, como de una sociedad secreta".
Y a ello agrega el teólogo y
presidente de la Asociación Juan XXIII, Enrique Miret, "el poder de los hombres
del Opus Dei sigue siendo grande en política, comunicación, universidad,
enseñanza y mundo de la profesión. Han fomentado la formación y acción de
elites para que influyan decididamente".
"Su objetivo es recristianizar el
aparato del Estado a partir de una red en la que sus miembros se identifican
entre sí, se reconocen y se ayudan unos a otros en su carrera hacia los puestos
clave", asegura el español Mariano Sánchez Soler, autor del libro titulado
"Las sotanas del PP".
A todos ellos el Opus Dei les enseña
que su trabajo corriente es de un gran valor y puede ser medio eficacísimo para
amar y servir a Dios y a los demás hombres. "Esa es la única influencia del Opus
en cualquier sitio en que trabaja", decía el beato Jose María Escrivá de
Balaguer, fallecido en1975.
En la actualidad, partidarios,
detractores, y estudiosos de la "Obra" reconocen que Escrivá fue uno de los
españoles de mayor proyección internacional en el siglo XX.
El Santo Poder
El
Opus Dei, es considerado una de las
instituciones religiosas más influyentes, tanto en la Iglesia como en la
sociedad civil. No sólo por el número, sino por la "calidad" de sus
fieles, la mayoría procedente de la clase media y media alta, con fuerte
penetración entre las elites políticas, económicas, culturales y sociales.
A pesar de aparentes concesiones a la transparencia, el Opus continúa
practicando el secreto y utilizando testaferros y sociedades pantalla, bajo el
pretexto de la "humildad colectiva" y de la "eficacia apostólica".
"Como se niega a cualquier tipo de transparencia, el Opus excita la curiosidad y
la hostilidad, despertando a veces hasta fantasmas de complot", sostiene un
biógrafo de Juan Pablo II .
De muchas personas se dice que son miembros o
simpatizantes de la organización. La discreción, que por una parte sirve para
hacer proselitismo entre los jóvenes a espaldas de su familia y por otra ayuda a
tejer una red invisible en todos los ámbitos de la sociedad, se explica en
primer lugar por el contexto en que nació el Opus, en la España franquista.
Decía Escrivá de Balaguer: "Un hilo y
otros muchos, bien trenzados, forman esa maroma capaz de alzar pesos enormes".
Pero si en lo político, debido al
entramado secreto de sus redes, es difícil dar nombres de miembros del
Opus, en el mundo económico es casi imposible. Hace años se llegó a publicar que
su red financiera alcanzaba a 1.500 sociedades.
En España, el lugar de su mayor
influencia, sus instituciones gozan de un extraordinario prestigio, como la
Universidad de Navarra, los colegios Tajamar o Retamar de Madrid, el IESE de
Barcelona o el santuario de Torreciudad en Huesca.
Otros datos sobre la incidencia del poder del Opus indica que la organización
cuenta con más de 500 colegios y universidades, medio centenar de radios, 12
productoras de cine y televisión, 12 editoriales, 604 periódicos y revistas y 38
agencias de información.
Algo así como el cumplimiento del
precepto de su fundador: "Tenemos que envolver el mundo en papel de
periódico".
Además de la Universidad de Navarra,
con sus 20 facultades y su excelente clínica universitaria, la Obra controla
también el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE).
Los catedráticos de la Obra están
presentes en las Universidades de España y del extranjero. Destacan José Luis
Meilán, rector de la universidad de La Coruña, Álvaro D'Ors, José Desantes,
Ramón Llamas, Antonio Fontán, Javier Fernández del Moral, Luis Núñez Ladeveze y
Andrés de la Oliva.
La Obra cuenta además con centros sociales de atención a los pobres, sobre todo
en países del Tercer Mundo. Con motivo de la canonización se han puesto en
marcha varios proyectos, tanto en España como en África, de ayuda a los más
desfavorecidos, que serán sufragados con la aportación (cinco euros como mínimo)
de los que acudan a Roma.
En los años 70, mientras su fundador Escrivá de
Balaguer vituperaba a la "iglesia en descomposición", sus amigos organizaban la
red financiera que permitiría a la Obra manejar miles de millones de dólares.
Una de sus
instituciones más importantes es la fundación Limmat, creada en
Zurich en 1972, vinculada con bancos o fundaciones de España (Fundación General
Mediterránea), de Alemania (Fundación Rin-Danubio o el Instituto Lidenthal) y de
América Latina (Fundación General Latinoamericana, en Venezuela).
La
nueva estrategia del Opus Dei consiste en infiltrarse en las organizaciones
internacionales, por
ejemplo las Naciones Unidas, la Unesco o la Organización para el Comercio y el
Desarrollo Económico (OCDE, integrada por los 21 países más ricos).
El
Parlamento Europeo en Estrasburgo y la Comisión Europea en Bruselas son sus
lugares preferidos. Varios parlamentarios europeos son miembros del Opus.
El Opus oculta celosamente el secreto
de sus orígenes, su estructura, y sus
estrategias funcionales insertadas dentro del Vaticano y del poder internacional.
En su constitución (secreta) -según especialistas en el tema Opus-
redactada en 1950, el artículo 191 precisa que "los miembros numerarios y
supernumerarios sepan bien que deberán observar siempre un prudente silencio
sobre los nombres de los otros asociados y que no deberán revelar nunca a nadie
que ellos mismos pertenecen al Opus."
Esto posibilitó que
sus miembros se incrustasen no solamente dentro de la jerarquía católica (más
allá de órdenes o congregaciones) sino también dentro del mundo empresarial del
capitalismo, tanto en Europa como en EEUU, donde sus tentáculos se extienden
hasta la Casa Blanca.
La "santa
mano" del Opus

Además de Italia, las regiones donde el Opus logra mayores éxitos son España y América Latina, incluido México.
En Bruselas, por ejemplo, la organización actúa clandestinamente, como es su costumbre. Un
ejemplo: el boletín semanal Europe Today -editado en español, francés e inglés-
es enviado desde la capital belga a todo el Tercer Mundo, principalmente a
América Latina, donde se distribuye gratuitamente.
Presentándose como "una
agencia de prensa internacional, especializada en salud, problemas de sociedad y
educación", la publicación defiende las posiciones de la derecha católica.
El nombre del Opus no aparece en ninguna parte de la revista, que goza de una
subvención de la Comisión Europea. Otros puntos estratégicos que el Opus trató
de ocupar en Bélgica son el Instituto Robert-Schuman y la Universidad Católica
de Lovaina. El primero es una escuela de periodismo fundada por el empresario
holandés Piet Derksen, cercano a la extrema derecha católica.
La influencia de la "Obra" en España
comienza en 1956 cuando Franco se rodea progresivamente de
ministros pertenecientes al Opus Dei.
Cuando piensa en restablecer la monarquía para
que lo suceda en la persona de don Juan de Borbón, el Opus apoya a su hijo, Juan
Carlos, que está al cuidado de un preceptor de la Obra: Anael López Amo. En 1969
Franco proclama a Juan Carlos heredero de la corona.
Pocos meses después se
completa el triunfo del Opus: de los diecinueve ministros del noveno gabinete de
Franco, doce son miembros de la organización. El giro político del Opus estaba
en marcha.
" Tenía
más o menos controlado Madrid, empezando por el dictador. Dentro del franquismo,
el fascismo clerical del Opus vencía al fascismo auténtico de la Falange",
afirma Ynfante en su libro.
Tras la muerte de Franco, la Obra se mantuvo a la expectativa durante los catorce años de gobierno
socialista, y luego renació con el regreso al
poder de la derecha del Partido Popular de José María Aznar (otro amigo del Opus),
la organización tomó su revancha, ya que contó con varios de sus miembros entre
los ministros.
Según la opinión del el ex director
general de Asuntos Religiosos y catedrático de Derecho Eclesiástico de la
Complutense, Dionisio Llamazares: "El PP se ha echado en brazos de la Iglesia y
pretende imponer como ética global la moral católica en su versión más
integrista auspiciada por el Opus Dei".
" Aznar
llega al PP rodeado por la curia del Opus, que es la que le aúpa a la
presidencia y se convierte en su guardia de corps", asegura Sánchez Soler.
En cuanto a la presencia de la Obra en el entorno de la Casa Real se
remonta a la época en la que el Opus apostó por el príncipe Juan Carlos como
sucesor de Franco.
Desde entonces, Federico Suárez,
miembro de la Obra, fue primero el preceptor del príncipe y, después, capellán
de la Casa Real. Ángel López Amo formó parte de la Casa Real y Laura Hurtado de
Mendoza, también de la Obra, es la secretaria de Doña Sofía.
Aunque el Opus haya encontrado mayor resistencia en los
países no latinos, sobre todo en los anglosajones, progresivamente va
implantándose en Estados Unidos, donde cuenta con más de tres mil miembros
repartidos en 64 centros, la mayoría de ellos instalados cerca de campus
universitarios. Varios capellanes universitarios se quejaron de los "métodos
clandestinos" utilizados por el movimiento, al igual que de su "comportamiento
sectario" .
El círculo alrededor de Juan Pablo
II

El Opus, gozó del apoyo incondicional del
Papa Juan Pablo II, y sus representantes se
encuentran infiltrados en
todos los escalones de la jerarquía católica, no solamente en el
Vaticano sino en el mundo. "¿Es el ejército secreto del Papa
en su tarea de reconquista católica? ¿O Juan Pablo II es un prisionero
inconsciente de esa "mafia blanca"?", se preguntaba un
experto con el Papa todavía vivo.
Durante la gestión de Juan Pablo II
el Opus adquirió un enorme poder en Roma. Su
ascensión se vio coronada en 1992 por la beatificación de Escrivá de Balaguer
por parte de Juan Pablo II -amigo de larga data de la organización- apenas
diecisiete años después de su muerte y luego de un proceso expeditivo, donde
sólo se tuvieron en cuenta los testimonios positivos.
El misterioso poder del Opus Dei,
sus tentáculos en las sombras, es, según los expertos, el que impone la agenda
dentro del sinuoso mundo de los negocios y del control político sobre el
Vaticano.
Sus lobbystas
más representativos en la Santa Sede
son los cardenales Sodano y Herranz
(este último encargado de aplicar la ley en el Vaticano)
quienes proyectan su influencia sobre Dziwisz y el portavoz
oficial Navarro-Valls.
Sodano (el político) y Ratzinger (el
doctrinario) son señalados como las cabezas más visibles
del poder del Opus Dei en el Vaticano. Ratzinger,
un abanderado de la inquisición, ordenó el año pasado la reapertura del caso contra Galileo, condenado por
afirmar que la Tierra giraba alrededor del sol, para defender a la Iglesia pese
a que el Papa ya había pedido perdón en 1992.
El Papa designó numerosos miembros del Opus como obispos en América Latina (siete en Perú, cuatro en
Chile, dos en Ecuador, uno en Colombia, uno en Venezuela, uno en Argentina y uno
en Brasil).
Perú fue elegido como cabeza de puente para la ofensiva del Opus en
América Latina para contrarrestar la influencia del teólogo peruano Gustavo
Gutiérrez, el "padre" de la Teología de la Liberación, maldecida por Escrivá y
sus discípulos. El presidente Alberto Fujimori, cercano al Opus, es amigo de
monseñor Luis Cipriani, arzobispo de Ayacucho, quien dirige la organización en
Perú.
El cardenal Wojtyla era el candidato papal del Opus y en su
elección cumplió un papel determinante el cardenal König, arzobispo de Viena y
hombre cercano a la organización.
Además de la categorización de la Obra y de la
beatificación de Escrivá de Balaguer -dos decisiones que levantaron una ola de
críticas en todo el mundo- el Papa Juan Pablo II se rodeó de miembros del Opus.
Entre sus más
estrechos colaboradores se puede nombrar a cuatro capellanes: Joachim Pacheco,
Klaus Becker, Fernando Ocariz y Felipe Rodríguez; su portavoz laico, numerario
del Opus, Joaquín Navarro Valls y el cardenal Martínez Somalo, ex substituto,
cercano también a la organización.
Los seguidores de Escrivá suplantaron
a los jesuitas en el entorno y en la estrategia del Papa Juan Pablo II.
Un miembro de la Obra, Joaquín
Navarro Valls, era la cara mediática y el hacedor de la estrategia
comunicativa de un pontificado eminentemente mediático.
Tanto el cardenal Sodano, número dos del Vaticano, como los cardenales Ratzinger
y López Trujillo, y el presidente del Consejo Pontificio para la Interpretación
de los Textos Legislativos, el cardenal español Julián Herranz, están
directamente ligados a la Obra.
En el colegio cardenalicio cuenta con
el arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani. También controla, a través de Justo
Mullor, la Escuela diplomática de la Santa Sede, en la que se forman los nuncios
y los consejeros de todas las nunciaturas del mundo.
Y uno de los papables con mayor
prestigio y más posibilidades de suceder a Juan Pablo II, el cardenal de Milán
Dionigi Tettamanzi, suele ser calificado por los vaticanistas como "próximo
al Opus Dei".
En España, en tanto, cuentan con la simpatía de casi todos los obispos
(unos 50 asistieron a la canonización de Balaguer), pero sólo han conseguido
colocar a uno de los suyos, monseñor Gil Hellín, al frente de la archidiócesis
de Burgos.
De todas formas, en círculos
eclesiásticos españoles se considera que la Obra es "el más importante e
influyente movimiento organizado de la Iglesia".
Las congregaciones romanas tienen también
numerosos miembros "opusianos": la congregación encargada de la causa de los
santos, que había decidido la beatificación de Escrivá de Balaguer, tiene tres.
El cardenal Palazzini, amigo de la Obra, era su prefecto en 1981, cuando se
presentó la causa de Escrivá, mientras que monseñor Javier Echevarría Rodríguez,
sucesor de Escrivá, ¡era consultor!
Siendo obispo de Cracovia, monseñor Karol Wojtyla ya viajaba a Roma invitado
por el Opus, que lo alojaba en la bella residencia del viale Bruno-Bozzi N°
73, en un elegante suburbio de Roma.
Tras asumir en el trono de San Pedro, el Opus se mostró generoso con el Papa
polaco, participando -por ejemplo- en la financiación del sindicato Solidaridad.
La alianza del Vaticano con Washington
-impulsada por los lobbystas del Opus enn la Casa Blanca- ayudó a inclinar la
victoria del capitalismo sobre la URSS. Juan Pablo II fue el cruzado de la
guerra contra el "ateismo rojo" en los países bajo la órbita soviética y su
prédica contribuyó a legitimar "espiritualmente" la invasión capitalista
a las regiones comunistas de la ex URSS.
Se afirma que
el Papa fallecido era depositario
de algunos de los secretos mejor guardados
sobre los
EEUU y su política de expansión hacia los
ex enclaves comunistas de Europa del Este, cuya primera fase
fue
la invasión y apoderamiento de Yugoslavia.
Todos los expertos y estudiosos coinciden que en el destino del Papa muerto
siempre estuvo la mano de la "Obra de Dios" creada por el "santo" Escribá
Balaguer.
Sus tramas y redes de influencia no tienen límites en el mundo de los negocios y
del poder internacional: construyeron y manejaron al Papa Juan Pablo II, y hoy,
tras su muerte, van por la construcción del nuevo Pontífice que dirigirá los
destinos del Vaticano.
Su fundador, el canonizado José María Escrivá de Balaguer, tenía un
axioma: "Un hilo y otros muchos, bien trenzados, forman esa maroma capaz de
alzar pesos enormes". La "Obra" del Opus hoy extiende sus tentáculos hasta la
Casa Blanca.
Alguien la bautizó como la "santa mafia".
Fuentes:
" El Santo Poder de Escrivá"
- José Manuel Vidal / Idelfonso Olmedo // - Crónica -
"El santo fundador del Opus Deis" - Jesús Ynfante
"El Papa político-teologia liberación" - José Antonio Caporal - Revista
Vértigo
"El poder del Opus Dei"
- François Normand
-
Le Monde Diplomatique
"El hombre de Villa Tevere" - Pilar Urbano
"Opus Dei, la entronización del fanatismo" - Cristóbal Guzmán -
http://www.opuslibros.org/
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