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(IAR-Noticias) 06-Jul-05
El megarecital
"Live
8"
de
"solidaridad con la pobreza"
juntó el pasado fin de semana a millones de fanáticos
en nueve importantes ciudades del planeta, y sus prolegómenos y desarrollo
fueron registrados al minuto -y prácticamente en cadena- por los grandes
consorcios mediáticos que le otorgaron carácter
de prioridad informativa en sus portadas y
pantallas.
Las mayores estrellas del pop y del rock unieron sus voces, el sábado en el mega
concierto promovido por el roquero irlandés Bob Geldof, con el objetivo de
presionar a los dirigentes del G8, antes de su cumbre en Gleaneagles, en
Escocia, del 6 al 8 de julio, para que condonen la deuda a los países pobres,
especialmente a los de África.
Geldof, quien fue tildado de "héroe" por sus
compañeros, buscó inyectar sus ideales en el público: “lo que estamos haciendo
no es en vano y la prueba es Birhan Woldu”, dijo.
Aunque la mayoría de
los analistas
internacionales ya cuestionan la validez de este evento a los fanáticos
poco les importó. La invitación era gratuita y hasta se podía seguir vía
internet gracias a la tecnología donada por Bill Gates.
Músicos,
empresarios, actores y fanáticos se unieron para hacer escuchar su lema:
“Hacer historia la pobreza”, donde 1,5 millones de personas en diez
escenarios alrededor del mundo, se unieron a una causa que inició Geldof en
1984, cuando se volcó en la campaña por África, tras ver en televisión un
reportaje sobre la hambruna en Etiopía.
París, Londres, Tokio,
Filadelfia, Toronto, Johannesburgo, Roma, Berlín y Moscú reunieron a millones de
personas, desarrollando paralelamente en cada nación de más de siete horas
interrumpidas de música.
Durante más de 48 horas los ruidos del megaconcierto
"solidario" y todo lo que giró a sus alrededor concitaron la "atención mundial",
dado que las grandes cadenas habían priorizado su difusión sobre cualquier
otra información.
Periodistas, presentadores televisivos,
representantes de organizaciones sociales elogiaban la "cruzada solidaria" de
los rockeros y de las transnacionales discográficas como una especie de
"guerra activa contra la pobreza", cuando en realidad solo se trataba
de una imprecisa invocación al Grupo de Los 8 para que condone las deudas
externas y termine con la pobreza en el mundo.
Algo así como pedirle al zorro que termine de
comerse a las gallinas.
El gran negocio
La agencia Reuters (que junto con el resto
de las cadenas internacionales difundiera en primera plana
el concierto) , señala que "la galaxia de las estrellas
de rock que el sábado fueron parte del Live 8 para ayudar a combatir la pobreza
en el mundo, vieron como sus grabaciones "volaban" en las tiendas de
discos de Gran Bretaña".
El objetivo principal del Live 8 de que la pobreza quede en el pasado,
agrega Reuters, también se vio beneficiado después de que la versión
presentada en Londres del clásico de The Beatles "Sgt. Pepper's Lonely Hearts
Club Band" fuera puesto a disposición en Internet, con todas las ganancias
destinadas a la campaña.
Según HMV, una de las grandes tiendas de música de Gran Bretaña que tiene
alrededor de 200 sucursales en el país, el disco "Echoes" de Pink Floyd, tuvo un
incremento de 1.343 por ciento en las ventas el domingo comparado con las de una
semana atrás.
Según la cadena, las ventas del
álbum de The Who "Then and Now" se incrementaron un 863%.
"Esta situación muestra que el concierto Live 8
tiene un marcado efecto de ventas en los discos de los artistas que se
presentaron", dijo Gennaro Castaldo, portavoz de la cadena HMV.
Por su parte, Amazon -el sitio de
Internet de venta de libros y discos- reportó alzas igualmente abruptas. "The
Wall", por ejemplo, registró un crecimiento de las ventas de 3.600% en relación
con las semanas anteriores.
No sólo los artistas que actuaron en
Londres resultaron beneficiados, sino también los que se presentaron en Berlín y
Filadelfia.
Segundo entre los discos que más incrementaron sus ventas quedó "Then & Now", de
The Who, con un aumento de un 863 por ciento, "Eurythmics Greatest Hits", en el
que participa Annie Lennox, con un 500 por ciento, y "Life For Rent", de Dido,
con un 412 por ciento.
El interés en los discos de los astros del rock y el
pop que participaron el sábado en el concierto benéfico Live 8 celebrado en el
Hyde Park de Londres aumentó enormemente, informó hoy el Daily Mirror.
El grupo Pink Floyd, separado desde hace más de veinte años, registró desde su
actuación un aumento de ventas de su CD "Echoes: The Best of Pink Floyd" de un
1.343 por ciento, aseguró el diario británico.
También The Who tuvo un eco extraordinario entre el público tras su actuación en
el concierto organizado por Bob Geldof. Las ventas de su CD "Then and Now"
subieron un 863 por ciento, comentó el periódico.
El disco de Annie Lennox, "Eurythmics Greatest Hits", en tanto, se vendió un 500
por ciento más. Madonna ocupa el puesto diez en este ranking de éxitos con un
200 por ciento más de ventas de su CD "Immaculate Collection".
El guitarrista de Pink Floyd David Gilmore ya declaró que no tiene previsto
sacar provecho de este boom de ventas que generó el concierto y llamó a sus
colegas a donar estas ganancias adicionales a una buena causa.
La versión de "Sgt Pepper's Lonely
Hearts Club Band" de Paul McCartney junto a U2 encabezó en varios países el
ranking de iTunes -el sitio de Apple de venta de música - no bien estuvo a
disposición del público una hora después del concierto.
El último recital de Live, denominado
"The Final Push", tendrá lugar este miércoles en Edimburgo y
contará con artistas como Travis, Texas, Sugababes y Ronan Keating.
En medio de las protestas contra
el G-8 nuevamente las "estrellas" rockeras y las discográficas cosecharán
millones de dólares haciendo causa común en el "combate contra la pobreza".
Como anecdotario de este lustroso negocio de
rockeros y transnacionales discográficas invocando pedidos al G-8 para que
"termine con el hambre en el mundo", hay que señalar la frutilla del postre:
el
organizador de Live 8, Bob Geldof, fue propuesto para el Premio Nobel
de la Paz por el periódico británico The Sun.
"Con su firmeza, su energía, su amplia visión y
su coraje moral despertó dos veces la conciencia del mundo", elogió
el rotativo a Geldof, y recuerda sus primeras iniciativas de ayuda a Africa hace
20 años, Band Aid y Live Aid.
"En 1979 la Madre Teresa obtuvo el Premio Nobel
por su combate de la pobreza y el sufrimiento en el mundo. ¿Qué mejor ganador
podría haber en la próxima entrega de los premios?", se pregunta el diario, que
cree que Geldof no busca fama y reconocimiento, pero que sería una forma de que
el mundo le dijera: "Gracias, Sir Bob".
Según
The Times
los shows del sábado reunieron según a 170 estrellas del rock y del
pop en diez países, que tocaron 50 horas de música ante un público presente de
un millón de personas.
Visto la promoción y la venta de discos que
representó el Live 8 a la mayoría de las "estrellas" participantes y sus
respectivas empresas productoras, su organizador,
Bob Geldof, podría ser propuesto con
justicia para el Oscar de Oro de Hollywood, en reconocimiento de sus
servicios al multimillonario negocio de la música y el espectáculo.
Las claves del "nuevo mercado"
Desde
hace mucho tiempo que las grandes productoras discográficas y sus "estrellas"
contratadas vienen realizando millonarios negocios promocionales con las
catástrofes y dramas como la pobreza y otras lacras sociales que el sistema
capitalista ha sembrado sobre el planeta.
El
negocio es harto conocido: organizan masivos festivales de "solidaridad" que son
difundidos por las grandes cadenas internacionales, en tanto que la
"sensibilidad social" de los artistas participantes es calurosamente
elogiada por las autoridades y los establishment culturales que confieren a
estos acontecimientos (meramente comerciales) un carácter de "cruzada
solidaria internacional".
La
ganancia que cosechan estas transnacionales del espectáculo y sus artistas
también es harto conocida: mediante sus participación en los festivales
-masivamente difundidos en todo el planetaa- consiguen una promoción
multitudinaria que luego -y como ya se probó en el Live 8-redunda en ventas multimillonarias de sus discos
y presentaciones artísticas.
Según la prensa internacional los espectáculos
fueron retransmitidos a través de 140 canales de televisión y 400 radios,
además del "rebote" que tuvieron en el resto de la estructura mediática en todos
los países.
Al final del concierto, el contador en las pantallas gigantes mostraba la cifra
de casi 30 millones de nombres que a través de móvil o internet se habían
sumado a la campaña.
Según los productores de este espectáculo, el 85 por ciento de la población
mundial - 5.500 millones de personas en 140 países - tuvieron acceso a
los conciertos, en la mayor difusión jamás prevista para un acontecimiento en
directo.
De esta
manera, y por medio de esos festivales "solidarios" estas productoras
discográficas y sus ídolos musicales reciben "gratuitamente" una promoción
internacional (los consorcios mediáticos difunden noche y día estos eventos) que
si tuvieran que pagarla insumiría miles de millones de dólares.
Pero de
la red del negocio "solidario" no solamente se benefician las productoras
y los artistas, sino que también participan de la torta los medios de
comunicación: televisión, radios y diarios, que elevan el rating de audiencia
y su mercado de oyentes o lectores promocionado y difundiendo la
magnificencia de estos conciertos masivos de los principales ídolos de la música
en el mundo.
A nivel de información
para consumo masivo, el
megarecital “Live 8” fue un éxito nítido en nueve importantes ciudades del
planeta, que se llenaron de fanáticos que elevaron la voz para pedir a los
países industrializados del G-8 acelerar la "ayuda económica a África" y que
vivió su momento más alto con el reencuentro de Pink Floyd, en el césped
londinense.
A nivel de realidad -y tal como lo expresan los
números difundidos por la propia prensa internacional- fue un monumental
negocio de la diversión y el espectáculo montado por las transnacionales del
rubro, integrantes la mayoría de ellas, de las redes
económicos-financieras de los países que integran el G-8.
Kofi Annan, secretario general de la ONU, quien asistió al concierto del Hyde
Park de Londres, dijo ante el ondear de banderas de distintas nacionalidades
"estas sí que son las Naciones Unidas".
O dicho de otra manera, las trasnacionales
unidas.
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