(IAR-Noticias)
01-Dic-05
Informe
especial
Según
la agencia Associated Press, dos analistas del ejército estadounidense que en el
2003 vaticinaron acertadamente el caos que se desataría en Irak tras la
invasión norteamericana, proyectan en un nuevo estudio un futuro sombrío para
ese país abatido por la violencia.
Los analistas desaconsejan empero fijar un cronograma para la retirada de
Estados Unidos a menos que Washington encuentre que la situación es
"irremediable".
Un cronograma sería "una excusa para permitir el desplome del sistema", dijeron
los analistas W. Andrew Terrill y Conrad C. Crane, de la Escuela de Guerra del
Ejército.
En tanto las presiones políticas aumentan en Washington en favor de un plan
concreto para el repliegue de las fuerzas estadounidenses de Irak.
El martes, en la víspera de un discurso
importante acerca de Irak en la Academia Naval, el presidente George W. Bush
dijo a la prensa que desea traer de regreso a los efectivos emplazados en Irak,
pero agregó: "No deseo que regresen sin haber logrado la victoria".
Este miércoles, en un discurso
pronunciado en la Academia Militar de Maryland, George W. Bush, rehusó
establecer un cronograma de retirada para los 160.000 efectivos estadounidenses
en Irak, afirmando que eso no era "un plan para la victoria".
"Las decisiones sobre movimientos de tropas serán determinadas por las
condiciones en el terreno y el buen juicio de nuestros comandantes, no por
plazos artificiales fijados por políticos en Washington", señalóó.
El discurso fue interpretado como un intento de Bush por contener el creciente
descontento interno con la estrategia oficial para el manejo de la
posguerra en Irak.
Bush también expresó en su discurso que las fuerzas de seguridad iraquíes que
combaten junto a los soldados estadounidenses han mostrado progresos reales
en el último año y que han ganado credibilidad entre la población local.
En la medida en que los mismos iraquíes tomen mayor control de las operaciones,
las tropas estadounidenses podrán ir cediendo su papel y comenzar el retorno a
casa, señaló.
En un informe emitido en febrero del 2003, un mes antes de la invasión de Irak,
los analistas militares Crane y Terrill advirtieron que los Estados Unidos
podrían "ganar la guerra, pero perderán la paz" si atacaban Irak.

Los analistas vaticinaron que la resistencia armada a una ocupación iría en
aumento, que una reacción enérgica de Estados Unidos alienaría aún más a los
iraquíes y que establecer la estabilidad política resultaría difícil.
Todos esos vaticinios se hicieron
realidad, y su vigencia se prueba con la escalada diaria de violencia y ataques
en el país ocupado militarmente por EEUU.
En particular, los analistas advirtieron acerca de las eventuales
consecuencias negativas de desbandar el ejército iraquí de la época de Saddam
Hussein, pero la medida se adoptó de todos modos y es considerada hoy día un
error que fomentó la rebelión contra Estados Unidos.
a principios de
junio pasado oficiales de alto rango estadounidenses, en
declaraciones realizadas en Bagdad y Washington,
ofrecieron un escenario "pesimista" sobre la
ocupación militar de Irak, lo que motivó que la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, realizara un
viaje relámpago
a Bagdad para sondear la opinión del nuevo gobierno.
"Creo que la
manera más precisa de abordar esto ahora es conceder
que... esta insurgencia no será resuelta, el terrorismo en
Irak no tendrá solución con opciones militares. Será
resuelto en el proceso político", señaló la semana
pasada el general Donald Alson, principal
vocero del alto mando en Irak, citado por la cadena de periódicos
Knight
Ridder.
Por su parte el coronel Frederick Wellman, un
especialista que entrena a las tropas especiales iraquíes,
dijo a Knight
Ridder que la resistencia parece disponer en forma
permanente de nuevos reclutas. "No los podemos matar a
todos",señaló Wellman.
El general John P. Abizaid,
jefe del comando norteamericano en Medio Oriente, afirmó
recientemente en Washington que uno de los problemas es
la falta de progresos en la consolidación de unidades
de policía iraquíes capaces de enfrentarse eficazmente
a los rebeldes y permitir que las fuerzas estadounidenses
empiecen a retirarse.
En su nuevo
informe de 60 páginas, TW. Andrew Terrill, que es experto
en asuntos del Medio Oriente, yConrad C. Crane, que es
director del Instituto de Historia Militar del Ejército,
dijeron que la presencia de los militares estadounidenses
en Irak probablemente no podría sostenerse por más de
tres años.
Entretanto, según su estudio:
-- "Parece altamente improbable que las fuerzas de Estados
Unidos, Irak y la coalición aplasten la insurgencia antes
del comienzo de un repliegue paulatino de Estados Unidos y
la coalición".
-- "No es seguro ya que los Estados Unidos puedan crear
fuerzas militares y policiales iraquíes que puedan
garantizar la seguridad en todo el país, por mucho tiempo
que permanezcan allí las fuerzas norteamericanas".
-- "Los Estados Unidos podrán tener que reducir sus
expectaciones acerca del futuro político de Irak" y
aceptar un gobierno relativamente estable, pero no
democrático, como alternativa preferible a una guerra
civil entre las facciones étnicas y religiosas del país.
El estudio añade que "los intereses vitales de Estados
Unidos nunca exigieron la existencia de un estado
democrático en Irak antes del 2003".
Bush, en otro mundo

La proyección
de los expertos militares, que coincide con la opinión de
la mayoría de los jefes militares del Pentágono en Irak,
parece no ser escuchada por Bush y sus asesores quienes
siguen sosteniendo la "estrategia del éxito" en Irak.
En su discurso pronunciado en
Maryland, EEUU, el miércoles, Bush aseguró que "a medida que las fuerzas
iraquíes sean más capaces, asumirán más la vanguardia en la lucha contra los
terroristas".
Nuestra meta es entrenar a
suficientes fuerzas iraquíes para que se puedan encargar de la lucha contra los
terroristas", añadió.
Para los analistas estadounidenses el discurso de Bush no ofreció nada
nuevo.
Solo sirvió para justificar los
argumentos del gobierno para lanzar la invasión y mantener su presencia
militar en Irak. Horas antes la Casa Blanca había difundido un informe titulado
"Estrategia nacional para lograr la victoria en Irak".
"Los estadounidenses deben tener una idea clara de esta estrategia", dijo Bush,
aclarando que el documento era una versión pública de la estrategia de su
administración en Irak.
Antes de su discurso, uno de los más férreos opositores de Bush, el líder
demócrata en el Senado Harry Reid lanzó un comunicado acusando a Bush de
"reciclar su cansina retórica de 'mantener el rumbo', nuevamente dejando
pasar la oportunidad de establecer una verdadera estrategia para el éxito en
Irak, que permita el regreso de nuestra tropa".
Bush dijo que las fuerzas iraquíes han cometido "errores" en combate, y
que en el último año han "progresado", agregando que "ha habido reveses en el
proceso de fortalecer al ejército iraquí y su desempeño es aún desigual en
ciertas zonas".
Por su parte, el secretario
de Defensa, Donald Rumsfeld, aseguró
el martes en el Pentágono que abandonar precipitadamente Irak sería
interpretada por los insurgentes como un triunfo que colocaría a EEUU en una
situación de debilidad ante nuevos ataques terroristas.
Rumsfeld afirmó que EUU correría
"mayores riesgos" si retirara antes de tiempo sus tropas de Irak y recalcó
una vez más que la rendición "no es una estrategia de salida", y que la
estrategia que desarrolla actualmente la administración norteamericana en el
país "funciona y debe ser mantenida".
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