|
(IAR-Noticias) 16-Mar-05 /
Red Voltaire
Cuando
la trampa preparada por los Estados Unidos debía cerrarse sobre el gobierno de
los mulah (Irán) en la próxima Cumbre de la Agencia Internacional de Energía,
Teherán salió del atolladero y ganó la partida. Alemania, Francia y Reino Unido
garantizaron el carácter civil de las instalaciones nucleares iraníes, mientras
Irán confiaba la explotación de su gas a un nuevo actor en la región: China.
Ahora, Teherán ya no teme a las amenazas de sanciones económicas y puede
desempeñar un papel importante en Irak, el Líbano y la Palestina ocupada.
Los Estados Unidos se han lanzado
desde hace mucho en una carrera por el
control de
los recursos energéticos mundiales. Por una parte para poder asegurar sus
propias necesidades, y, por otra, para disponer de un medio de presión sobre los
demás países industrializados (doctrina Kissinger). Lógicamente, concentraron
sus esfuerzos en la región del Golfo Arábigo-Pérsico que posee las dos terceras
partes de los recursos explotables actualmente.
En 2003, Washington dio un primer
paso al
invadir Irak que tenía la particularidad de poseer reservas muy importantes
y estar desarmado desde hacía doce años. De forma simultánea, ejercieron
presiones externas sobre Irán, amenazándolo con sanciones económicas, e internas
sobre Arabia Saudita, alentando una ola de atentados terroristas.
Para controlar los hidrocarburos
iraníes, los Estados Unidos intentan colocar en el poder un régimen de su
devoción en Teherán. Esperan lograrlo combinando medios económicos y
diplomáticos. Para hacerlo, Washington fabricó con paciencia todo un expediente:
publicación de argumentaciones, creación de asociaciones subvencionadas y hasta
una gira mediática a Europa de la viuda y el hijo del último Sha [1].
La estrategia seleccionada consiste
en aislar diplomáticamente a Irán y luego imponerle sanciones económicas, para
jugar con el descontento popular y provocar el derrocamiento de los mulah. El
pretexto imaginado no es muy original: Irán estaría preparándose para dotarse de
armas de destrucción masiva y atacar a sus vecinos, entre ellos a Israel en
primer lugar. Teherán es acusado entonces de
desarrollar un programa nuclear militar con el que incumplía el Tratado de
No Proliferación de Armas Nucleares del que, sin embargo, es signatario
Teniendo en cuenta la reducidas
diferencias que separa lo nuclear en los campos militar y civil, las actividades
en esa esfera están siempre sujetas a garantía. Irán utiliza los recursos
petroleros del cual dispone para dotarse de instalaciones nucleares civiles. Se
trata de una gestión responsable de su economía, pero paradójicamente eso es lo
que se le reprocha diciendo que los que tienen petróleo no necesitan energía
nuclear (un argumento que los Estados Unidos no se aplican a sí mismos, es
evidente).
Desde
hace año y medio las acusaciones de los Estados Unidos se multiplican y se
solicitó el arbitraje de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) [2].
El plan de Washington es un secreto a voces. La administración Bush no debía
realizar ninguna acción que se añadiera a la intervención en Irak en medio del
período electoral, pero inmediatamente después de las elecciones presidenciales,
como se esperaba, debía exigir que la AIEA llevara el litigio ante el Consejo de
Seguridad.
Luego, el Departamento de Estado
debía provocar una escalada en tres tiempos: una resolución que exigiera a Irán
someterse a la AIEA, una segunda para exigir que detuviera su ciclo de
producción de combustible nuclear y una tercera para que detuviera cualquier
actividad nuclear del tipo que fuere [3].
Al no dar muestras de buena fe y
negarse a ceder, Irán hubiera sido sometido a pesadas sanciones económicas que
provocarían su ruina de forma repentina y problemas internos hasta llegar al
derrocamiento del régimen.
La mediación de la Troika
europea
Para luchar contra ese destino
funesto, Irán trató de salir de su aislamiento diplomático y estrechar alianzas,
de ahí que solicitase la mediación de la Troika europea (Alemania, Francia y
Reino Unido). Autorizó a los tres países a inmiscuirse en los asuntos internos
de Irán para dar testimonio de la buena fe de Teherán y que esto ayudara a
romper su aislamiento, particularmente con su entrada a la Organización Mundial
del Comercio (OMC).
De paso, los europeos podían hacer
algunos buenos negocios, particularmente con la venta de locomotoras. El 21 de
octubre de 2003, en ocasión de una visita espectacular de los tres ministros de
Relaciones Exteriores europeos a Teherán, se logró un acuerdo e Irán acepta
cooperar totalmente con la AIEA, e incluso firmar el protocolo adicional del
Tratado de No Proliferación. Siguen toda una serie de contactos entre la AIEA e
Irán mientras el contexto internacional se modifica.
En Irak, la Coalición anglo-sajona
(que invadió
Irak sin el mandato de la ONU) subleva progresivamente a la población contra
sí ya que no respeta ninguno de sus compromisos en materia de reconstrucción y
democratización. Aprovechando el vacío creado con la caída de Sadam Husein, Irán
crea vínculos estrechos con la comunidad chiíta iraquí y después con toda la
resistencia. Teherán juega el mayor tiempo posible con la carta de la moderación
y aprovecha ese tiempo para ayudar a la comunidad chiíta a reorganizarse.
En octubre de 2004, las negociaciones
entre Europa e Irán se aceleran y terminan en un nuevo acuerdo, en forma de
moratoria. Irán suspende sus actividades de enriquecimiento de uranio durante el
tiempo que dura la negociación con Alemania, Francia y el Reino Unido, un
proceso que garantiza el carácter puramente civil de su programa nuclear, pero
se reserva el derecho de anular su decisión unilateralmente si la Troika
prolonga la situación.
Colocando su peso moral en la
balanza, el ayatolá Ali Khamenei, Guía Supremo de la revolución, promulga un
decreto religioso que proscribe la bomba atómica en nombre del Islam [4].
Al no tener más argumentos a su
disposición para la reunión de la AIEA prevista para el 25 de noviembre, los
Estados Unidos lanzan inmediatamente una campaña informativa.
En un artículo publicado el 15 de
noviembre por US World & News Report, un oficial de
inteligencia del US Air Force afirmó que Irán había planeado asesinar al ex jefe
de la Autoridad Provisional de la Coalición en Irak,
L. Paul
Bremer III [5]. El atentado
debía producirse el 11 de septiembre de 2003, es decir en el aniversario de los
atentados de Nueva York y Washington.
Esa opción confirmaba la
responsabilidad de Teherán en esos ataques que equivocadamente se le habían
atribuido muchas veces a
Al Qaeda
e Irak. Además, afirmaba también que los iraníes subvencionarían la insurrección
iraquí, recompensarían incluso los asesinatos de los soldados norteamericanos
con de USD 500, etc.
El 17 de noviembre, los
mujaidines del pueblo, ver su sitio web:, organización poco recomendable y
apoyada por el Pentágono, ofrece una conferencia de prensa simultáneamente en
Viena y París, [6]. Afirman que
el Dr. Khan, padre de la bomba atómica pakistaní, vendió uranio altamente
enriquecido a los iraníes en 2001 [7],
información que fue desmentida inmediatamente por Pakistán [8].
Los mujaidines acusan también a Irán de disponer de un lugar secreto donde
llevarían a cabo experimentos militares.
Una nueva partida
Sin embargo, dos acontecimientos
revierten totalmente la situación.
Desde el 9 de noviembre, el ministro de Defensa, Alí Chamkani, anuncia que Irán
está en condiciones de producir en serie misiles Chahab-3 con alcance de 2,000
kilómetros. Teherán tiene entonces la posibilidad de atacar a Israel en caso de
conflicto armado [9].
Simultáneamente, Irán suministra ocho miniaviones no tripulados drones (avión
espía sin piloto) al Hezbollah libanés [10].
Este logra penetrar profundamente con uno de ellos el espacio aéreo israelí sin
que sea interceptado, lo que pone fin al legendario control aéreo de Israel.
Pero,
sobre todo, mientras Washington observaba la maniobra de los europeos, Teherán
negociaba otra alianza muy importante. A principios de 2004, Irán vendió 20 mil
millones de dólares de gas licuado a China. El 28 de octubre, el ministro iraní
de Petróleo Bijan Namdar Zanganeh se entrevistó en Pekín con Cheng Geng, el
presidente de la Compañía Nacional de Petróleo chino.
Ambos hombres firmaron un acuerdo que
autorizaba a la sociedad Sinopec a explotar el yacimiento iraní de Yadavarán.
Los chinos podrán extraer 10 millones de toneladas anuales de gas natural
durante un período de 25 años. El valor de dicho contrato está evaluado entre
700 mil millones de dólares.
Súbitamente China se convierte en el
primer cliente de Irán, país con el que apenas tenía vínculos comerciales el año
anterior. Teherán muestra sus cartas y hace terminar con el misterio que existía
acerca de sus intenciones de no renovar sus acuerdos con el Japón, su principal
cliente hasta entonces, pero vasallo de los Estados Unidos, para volverse aún
más hacia China. Rusia, que estaba informada de las transacciones [11],
se regocija con esta feliz salida que responde a las necesidades de su vecino
chino a quien no había podido satisfacer completamente [12].
Sorprendentemente, los intereses de
Irán y China son complementarios. El primero es un gran productor de
hidrocarburos, mientras el segundo es un gran consumidor. La tecnología
petrolera y de gas china es rudimentaria, pero los campos de Yadaravan son
fáciles de explotar.
Ambos Estados poseen distintas zonas
de influencia y relaciones históricas inmemoriales a través de «la ruta de la
seda». Los dos se preparan para un enfrentamiento con los Estados Unidos. China
hasta ahora estaba ausente en la región, salvo por su posicionamiento en Sudan [13].
Para Washington, el golpe es fuerte.
China y Rusia opondrán su veto a cualquier proyecto de resolución del Consejo de
Seguridad de la ONU tendiente a sancionar a Irán, e incluso si los Estados
Unidos lograran convencer a los europeos de que suspendieran sus relaciones
comerciales con Irán, la medida sería anodina ya que sería compensada por China.
Además, esta nueva alianza fortalece
la confianza de los iraníes en la región, ya sea tanto en Irak, en Líbano o la
Palestina ocupada. Ahora habrá que contar con los chinos en el Medio Oriente.
[1]
«Las
falaces razones para intervenir en Irán», Voltaire, 8 de febrero de 2005.
[2]
«Nucléaire
iranien: le piège des États-Unis» (Nuclear iraní: la trampa de los EEUU),
texto en francés, por Paul Labarique, Voltaire, 19 de noviembre de 2003.
[3]
«Les USA tenaient prêt un plan en trois résolutions contre l’Iran» (Los EEUU
tenían un plan en tres resoluciones contra Irán), agencia de noticias AFP, 17 de
noviembre de 2004.
[4]
«Khamenei: l’arme nucléaire est contraire à l’islam» (Khamenei: el arma nuclear
es contraria al Islam), agencia de noticias AFP, 5 de noviembre de 2004.
[5]
El semanario dedica un dossier especial a los crímenes iraníes: «The Iran
Connection»
[6]
«Les Moudjahidin perdus» (Los Mudjaidines perdidos) texto en francés, por Paul
Labarique, Voltaire, 17 de febrero de 2004.
[7]
«Khan a fourni de l’uranium enrichi à l’Iran en 2001, selon l’opposition» (Khan
a abastecido uranium enriquecido a Irán),agencia de noticias AFP, 17 de
noviembre de 2004.
[8]
«Le Pakistan dément avoir livré de l’uranium à l’Iran» (Pakistás desmiente haber
suministrado uranium a Irán), agencia de noticias AFP, 17 de noviembre de 2004.
[9]
L’Iran peut produire en masse les missiles Chahab-3, affirme un ministre» (Irán
puede producir en masa los misiles Chahab-3, afirma un ministro),agencia de
noticias AFP, 9 de noviembre de 2004.
[10]
El origen de los drones (avión espía sin piloto) fue revelado por el diario
al-Sharq al-Awsat, de Londres.
[11]
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, se encontraba en
Teherán los días 10 y 11 de octubre de 2004.
[12]
«La lenta
construcción de la alianza continental», Voltaire, 6 de enero de 2005.
[13]
1«Sudán: más de 30,000 muertos en la región de Darfur. Entrevista con el
Ministro
Fodel Tijani: «Las iniciativas de paz tropiezan con las maniobras de los EE.UU»,
Voltaire, 27 de febrero 2005.
Red Voltaire
Ver los
artículos de Red Voltaire
Enviar
un mensaje
|