Para incrementar la audiencia en el lucrativo mercado
hispano de Estados Unidos, las ficciones se ven cargadas de un nuevo idioma
globalizado que evita localismos.
Hablar sin una tonada
que deschave el país al que uno pertenece parece ser la última moda dentro del
políglota mundo de las telenovelas latinas. Créase o no, sea mexicano, sea
chileno, sea portorriqueño o sea argentino, el galán de turno o la heroína de la
época, tendrá que conformar a sus fieles diciendo sus líneas en perfecto
“lenguaje neutro”. ¿Qué significa eso? Quiere decir que no se escucharán de
igual manera los “oye tú, compadre”, las “estas minas son todas iguales”, ni los
“desde hace tiempo somos pololos”, ni los “es que eres un guate re chingón”. O
sea, para decirlo en criollo: el habla española que busca incrementar la
audiencia en el lucrativo mercado hispano de Estados Unidos, creó un nuevo
idioma para seguir compitiendo resignando particularidades, localismos,
identidades...
“Es una suerte de globalización impuesta de los usos de los idiomas, así tratan
de borrar el acento, una fuerte marca de identidad. Lo hacen porque se supone
que eso vende más, que no es un impedimento para que lo vendan en otros
mercados”, explica la argentina Lorena Sánchez, coordinadora de las actividades
profesionales y académicas junto a Nora Mazziotti del primer
Festival de la telenovela en Iberoamérica. El habla española que busca
incrementar la audiencia en el lucrativo mercado hispano de Estados Unidos, creó
un nuevo idioma para seguir compitiendo resignando particularidades, localismos,
identidades...
Aunque el español neutro no tiene un equivalente en la vida real, algunos
observadores opinan que se semeja a una combinación de acentos intelectuales de
hablantes de México y Cuba, los dos países con más inmigrantes hispanos en
Estados Unidos.
En otras culturas, lejos de “inmunizar”, tratan de educar comprando telenovelas
en su lenguaje de origen. En Israel, por ejemplo, las ficciones argentinas se
utilizaron para que muchos de los televidentes puedan aprender español. “No sólo
eso, sino que lanzaron unos micros comandados por Gustavo Bermúdez que oficiaba
de maestro”, agrega Sánchez. En Brasil, se siguió esta línea educativa: “Ellos
hicieron algo piola, mantuvieron en todas las series a los mismos actores con
sus mismas voces de doblaje”. Para los que no entendían determinadas palabras,
“El Clon” tenía algo interesante, en su sitio web había un diccionario con las
palabras que más se usaba en la novela, como fuente de educación.
El joven actor Michel Brown fue uno de los que tuvo que cambiar su manera de
hablar para seguir siendo galán: “Tuve que aprender a acortar mis vocales y a
evitar que mi voz subiera y bajara'' de entonación, dijo Brown en una entrevista
desde Colombia, donde se filma la telenovela “Te voy a enseñar a querer''. Los
funcionarios de Telemundo, en cambio, cuya sede está en Miami, atribuyen a esta
nueva política el reciente éxito de haberse acercado a la teleaudiencia de
Univision, que desde hace tiempo, domina la televisión en español de Estados
Unidos al importar programas de Televisa y otros canales extranjeros.
“Estamos intentando ser una televisión neutral. Personalmente me entusiasma'',
dijo el presidente de Telemundo, James McNamara. Muchos críticos culturales, no
obstante, sostienen que con el español neutral es más lo que se pierde que lo
que se gana. Algunos aseguran que amenaza la diversidad cultural al reducir la
variedad de voces en las transmisiones televisivas. Otros, sugieren que el
surgimiento de un español neutro en Estados Unidos es el primer paso para que
nazca de una nueva identidad nacional étnica, ya no está atada a los países de
origen. ¿Peligroso, no?