(IAR-Noticias) 19-Mar-05 /
Red Voltaire
El Instituto Norteamericano de la
Empresa (American Enterprise Institute - AEI) se ha convertido en el
propagandista del patronato republicano a favor del imperialismo de libre
mercado.
A semejanza de un juego de
muñecas rusas, contiene en su interior la Nueva Iniciativa Atlántica (New
Atlantic Initiative-NAI) que dirige la integración euroatlántica y el Proyecto
para un Nuevo Siglo Americano(PNAC) que redactó el programa del gobierno de Bush.
El Instituto es dirigido tras
bambalinas por el ex presidente Gerald Ford y el actual vicepresidente Dick
Cheney. Como cada año, invitan a una estación de invierno en Colorado a un
centenar de personalidades con el objetivo de debatir a puertas cerradas.
En los años 30, en los Estados
Unidos, el gran patronato aplaudió la reorganización del sistema de la Bolsa
después de la quiebra o crack de Wall Street y de la creación de comisiones
reguladoras de la actividad económica por sectores, sin embargo rechazó las
medidas sociales del presidente Franklin D. Roosevelt (autorización de los
sindicatos, seguridad social, subsidio por desempleo) y sobre todo su deseo de
planificar la producción.
Asimismo, cuando en 1943 los
demócratas proponen al Congreso prever el mantenimiento del bloqueo de los
precios después de la guerra para evitar un nuevo crack de la bolsa, los grandes
patrones se movilizan para defender la «libre empresa». Es así que nace el
American Enterprise Institute en torno a los colosos Bristol-Myers, de los
antibióticos; General Mills, de la rama agro-alimenticia y el Chemical Bank.
Para promover su labor de lobbying,
el Instituto cuenta con los servicios de algunos especialistas de renombre como
Roscoe Pound, decano de la Facultad de Derecho de Harvard y, en especial, el
periodista Raymond Moley, ex consejero económico de Roosevelt que se había
pasado ya al otro lado.
El padrinazgo de Gerald Ford
Durante el primer decenio, el AEI se
concentra en el lobbying congresista. En 1954, un responsable de la Cámara de
Comercio de los Estados Unidos, William J. Baroody Senior, asume la dirección
del Instituto. Sin dejar de dirigirse a los congresistas, el American Enterprise
Institute se vuelve hacia el gran público para devenir el propagandista del
patronato.
En 1974, el presidente Gerald Ford
integra a su equipo a varios intelectuales de la AEI, entre ellos William J.
Baroody Junior (hijo), al cual hace responsable de los contactos del Instituto
en la sociedad civil, bajo el control del secretario general de la Casa Blanca,
Dick Cheney.
De hecho, a los Baroody no les
resulta difícil convencer a los grandes patrones para que se muestren generosos.
Estos aportan importantes fondos para llegar a un presupuesto del orden de ocho
millones de dólares anuales y financian un montón de libros sobre las maravillas
del capitalismo y el peligro soviético. Entre los best-sellers se encuentra The
Spirit of Democratic Capitalism, del teólogo católico Michael Novak [1],
así como Two Cheers for Capitalism, del periodista anticomunista Irving Kristol [2].
Cuando Gerald Ford abandona la Casa
Blanca en 1976, él y una docena de sus colaboradores pasan a ser personal
asalariado del Instituto [3].
En la oposición, el American
Enterprise Institute demuestra ser una formidable máquina de guerra para los
republicanos, a pesar de que sufre la competencia de la nueva Fundación Heritage,
con menos prestigio pero con mayor capacidad de reacción [4],
y del Institut Cato. William J. Baroody Senior muere en 1979, poco tiempo antes
de la llegada de Reagan a la Casa Blanca.
Su hijo, Baroody Junior, trata de
continuar su obra, pero los financiamientos se dispersan entre asociaciones
competidoras. El AEI pierde sus medios y su influencia. Trata de separarse de
sus rivales reajustando su posición en un marco más moderado. La crisis llega a
su clímax en 1986, cuando las fundaciones de extrema derecha Olin y Smith
Richardson, al considerar que el Instituto se mueve hacia el centro, le retiran
su apoyo financiero.
Baroody Jr. Se ve entonces obligado a renunciar mientras que el AEI se hunde en
una mar de deudas.
Christopher DeMuth, un jurista de los
equipos Nixon y Reagan, asume la dirección del Instituto y restablece la línea
dura. Le tomará cuatro años equilibrar la situación financiera. Se dedica en
especial a desarrollar el Foro Mundial que Gerald Ford organiza cada año en
Beaver Creek (Vail Valey, Colorado).
Es allí, a puertas cerradas, donde se
orquestan las grandes intrigas del Partido Republicano. La edición de 2004
reunió en un fin de semana (16-19 junio 2004) a un centenar de personalidades
cuidadosamente escogidas. En torno al vicepresidente Dick Cheney, se debatió
mucho acerca de la estrategia electoral en la campaña presidencial en curso. Es
durante esa reunión que el director de la Reserva Federal prestó juramento ante
el vicepresidente por su quinto mandato consecutivo [5].
La sombra de Dick Cheney
Con un presupuesto en 2002 de 18
millones de dólares, el American Enterprise Institute cuenta ya con 75
investigadores y una cantidad semejante de personal administrativo. Entre las
estrellas del AEI se encuentran Lynne V. Cheney (esposa de Dick), Elisabeth
Cheney (hija de Dick) [6], David
Frum (ex redactor de los discursos de George W. Bush) [7],
Newt Gingrich (ex presidente de la Cámara de Representantes), Jane Kirkpatrick
(embajadora en Ginebra) y, sobre todo, Richard Perle (consejero del Departamento
de Defensa).
Entre los expertos, citamos a algunos
autores bien conocidos por los lectores de nuestra sección Tribunas Libres
Internacionales: Reuel Marc Gerecht, partidario de una intervención en Irán;
Michael A. Leeden (ex miembro de la Logia P2), siempre dispuesto a elogiar la
política israelí; Joshua Muravchik, listo para exportar la democracia por la
fuerza; Danielle Pletka, en busca de una nueva aventura militar; etc.
La evolución del AEI hacia la extrema
derecha se hace pública a mitad de los años 90 con la publicación de dos obras.
The Bell Curve [8], de Richard
Murray, teoriza la predisposición genética de los negros a cometer delitos y
justifica las políticas de encarcelación masiva. The End of Racism [9],
de Dinesh D’Souza, afirma que la esclavitud de los negros no fue una práctica
racista, sino una reacción social para enmarcar sus patologías.
La obra prosigue denunciando el antirracismo, que considera más peligroso que el
propio racismo.
En 1996, el American Enterprise
Institute se preocupa por la demora en la realización del plan Baker para
Europa. Los Estados de Europa Central y Oriental se esfuerzan por adaptarse al
capitalismo y por integrarse a la OTAN y a la Unión Europea. En cuanto a Europa
Occidental, parece reticente a las reformas, en particular Francia, que acaba de
rechazar escandalosamente los proyectos Juppé.
Esta demora general aplaza
considerablemente la fusión de la ALENA y de la Unión Europea en el seno de una
gran zona de libre intercambio trasatlántico. Para activar el proceso, el
Instituto convoca una gran conferencia en Praga (10-12 de mayo de 1996) y funda
la Nueva Iniciativa Atlántica (NAI).
Esta asociación satélite es
copresidida por Henry Kissinger [10]
y Lane Kirkland (secretaria general de AFL-CIO) [11].
Es patrocinada por Vaclav Havel, Margaret Thatcher, Helmut Schmidt, Leszek
Balcerowicz y George Shultz. De inmediato se gana el apoyo de las más
importantes figuras republicanas en el ejército, la política y las finanzas.
En cuanto a Francia, participan en
ella Alain Besançon [12], Paul
Fabra, Emmanuel Leroy-Ladurie [13],
Henri Lepage, Georges Liébert [14],
Pierre Manent [15], Luc de La
Barre de Nanteuil, Jean-François Revel, y más tarde Alain Madelin [16]
y Pierre Hassner.
A partir de los atentados del 11 de
septiembre de 2001, la Nueva Iniciativa Atlántica multiplica sus reuniones y
publicaciones sobre los supuestos «conspiracionismo» y antisemitismo de los
europeos, la profundización del foso trasatlántico, es decir entre europeos y
estadounidenses, etc.
Por último, el American Enterprise
Institute aloja en sus locales al think-tank [centro de investigación,
propaganda y divulgación de ideas, generalmente de carácter político. N del T]
electoral de George W. Bush: el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano (PNAC),
presidido por William Kristol (hijo de Irving) y dirigido por Gary Schmitt.
Es ahí donde se elaboró, dirigida a
los donantes de la campaña, la versión explícitamente imperialista del programa
de Junior. Es también ahí donde se preparó durante tiempo la invasión a Irak [17].
De ese modo, resulta totalmente
lógico que el 26 de febrero de 2003 el presidente George W. Bush escogiera la
cena de gala anual del American Enterprise Institute para revelar su programa de
conquista de Irak y la creación de una zona de libre intercambio en el Medio
Oriente.
Red Voltaire
Ver los
artículos de Red Voltaire
Enviar un mensaje
[1]
The Spirit of Democratic Capitalism.
[2]
Two Cheers for Capitalism. Sobre Irving Kristol, ver: «Quand
la CIA finançait les intellectuels européens», por Denis Bonneau, Voltaire,
27 de noviembre de 2003.
[3]
En especial Arthur Burns, Robert Bork, Laurence Silberman, Antonin Scalia, James
C. Miller III, John Snow, Rudolph Penner y David Gergen.
[4]
«La
Fundación Heritage: «listo para pensar», Voltaire, 27 de febrero de 2005.
[5]
Greenspan sworn in by Cheney, UPI, 21 de junio de 2004.
[6]
«Le
dispositif Cheney» texto en francés, por Thierry Meyssan, Voltaire, 6 de
febrero de 2004.
[7]
«Le
programme des faucons pour 2004» texto en francés, por Thierry Meyssan,
Voltaire, 25 de diciembre de 2003.
[8]
The Bell Curve
[9]
The End of Racism
[10]
«Le
retour d’Henry Kissinger» texto en francés, por Thierry Meyssan, Voltaire,
28 de noviembre de 2002.
[11]
Ver la investigación de Paul Labarrique en Voltaire: «¿AFL-CIO
o AFL-CIA?», 19 de enero de 2005; y «1962-1979:
La AFL-CIO y la contrainsurgencia sindical», 19 de enero de 2005.
[12]
«La
face cachée de la Fondation Saint-Simon» texto en francés, por Denis Bonneau,
Voltaire, 10 de febrero de 2004.
[13]
Saint-Simon, op.cit.
[14]
Saint-Simon, op.cit.
[15]
Saint-Simon, op.cit.
[16]
«Madelin
et Lellouche contre Chirac» texto en francés, Voltaire, 15 de abril de 2003.
[17]
«La
planification secrète de l’invasion de l’Irak», por Thierry Meyssan,
Voltaire, 9 de marzo de 2004.
|