(IAR-Noticias) 24-Mar-05
Para algunos medios y analistas de
Washington, la próxima presentación, el 12 de abril, ante el Senado del
recientemente designado director nacional de Inteligencia de EEUU, Jonh
Negroponte, corre el riesgo de derivar es un escándalo político, que termine
empañando o impidiendo su ratificación en el cargo.

Negroponte tendrá mando directo sobre el presupuesto y el funcionamiento de las
15 agencias de inteligencia de EEUU, que
actualmente están inmersas en numerosas batallas internas sobre sus competencias,
caso de la CIA, donde su director, Porter Goss, sufre una rebelión interna
después de una purga de funcionarios.
En la Casa Blanca temen que se repita
el caso de
Bernard Kerik,
quién fue denominado por Bush secretario de Seguridad a fines del año pasado, y
terminó renunciando antes de asumir por una denuncia que obraba en manos del
Senado sobre una mucama suya que había violado las leyes de inmigración de EEUU.
El pasado de John Negroponte, su
turbio y siniestro paso por la región centroamericana en la época de represión
contra las organizaciones revolucionarias, lo tornan excesivamente vulnerable,
sobre todo teniendo en cuenta que en su nueva función controlará las15
agencias de inteligencias de EEUU, incluida la poderosa CIA.
Negroponte es un diplomático con una larga carrera, y ha desempeñado altos
cargos en el Departamento de Estado, como embajador en
Centroamérica y en Naciones Unidas.
Durante su paso como
embajador de Honduras, entre 1981 y 1985, fundó
-según organizaciones de derechos humanoos- la base de El Aguacate,
centro de detención y torturas, con la cooperación de la CIA y de militares
represores
argentinos.
Allí se entrenaba a los contras nicaragüenses. En agosto de 2001
unas excavaciones descubrieron los restos de 185 personas, incluyendo dos
estadounidenses, quienes habían sido torturados y asesinados en aquél horrendo
lugar.
Otras denuncias señalan que Negroponte,
con ayuda de la CIA, contribuyó a crear el Batallón 316 que secuestró, martirizó
y exterminó a cientos de militantes hondureños que se oponían a la política dela
Casa Blanca, entonces conducida por Ronald Reagan y su vicepresidente, George
Bush, padre del actual presidente. .
El nombramiento de John Negroponte al
frente de la inteligencia nacional de EEUU provoca polémicas y discusiones
dentro del establishment estadounidense, principalmente por su pasado
diplomático salpicado por manchas de violaciones a los derechos humanos.
Pese a
todas las denuncias que existen en su contra por parte de organizaciones de
derechos humanos, el
presidente de EEUU, George W. Bush, nombró a John Negroponte, ex
embajador en Irak, como el primer director nacional de inteligencia del
país, al que definió como un hombre capaz "que tomará las decisiones
correctas".
Negroponte, quién desde su cargo de super-embajador
detentaba el poder real en Irak, es un "halcón
pragmático
" que
ayudó a ejecutar
la
invasión a Irak desde el cargo de embajador de EEUU
que entonces ocupaba
ante la ONU.
El nombramiento del halcón Negroponte en la cima de la
inteligencia, un funcionario de la ultra confianza del clan Bush y del lobby
judío, cierra el proceso de consolidación del poder de los "duros" que
comenzara con la expulsión de Colin Powell del gabinete presidencial.
Su nombramiento implicó el control
total de la Casa Blanca sobre la estructura de la inteligencia estadounidense
tras los cuestionamientos y la ofensiva contra Bush desatada por los
demócratas en el Parlamento y en los medios de comunicación.
Al
hacer el anuncio de su designación, Bush destacó la capacidad de Negroponte para este puesto de
nueva creación, desde el que coordinará todo el sistema de
inteligencia de EEUU, y del que responderá solo ante el propio
presidente.
Pese a todo, el nombramiento de
Negroponte, desde que se produjo, recibió ataques diarios de la prensa y
el poder político norteamericano, principalmente ligados al partido demócrata
debido a la importancia estratégica y el poder de l cargo que ocupa.
No son pocos los republicanos en la
Casa Blanca que piensan que Bush se equivocó nuevamente con su designación, y
que el diplomático corre el riesgo de convertirse en un "nuevo Kerik"
cuando el 12 de abril se presente a la audiencia para ser ratificado por el
Congreso norteamericano.
La denuncia de The
Washington Post
Negroponte
fue cuestionado en relación con los escuadrones de la muerte en Honduras
y el escándalo "Irán-Contra". (AP)
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Según el diario The Washington Post
la designación de Negroponte ha despertado en medios políticos la
discusión sobre el grado de conocimiento que tenía el diplomático sobre
las violaciones a los derechos humanos que cometían los militares hondureños, en
el contexto de la "guerra contrainsurgente" en Centroamérica.
El Post publicó esta semana la
historia de Zenaida Velázquez, hondureña a quien el diplomático
estadunidense rechazó cuando la mujer acudió a la embajada en Tegucigalpa
para solicitar ayuda en la localización de su hermano, secuestrado por las
fuerzas armadas de Honduras que entrenaba el ejército de Estados Unidos.
Velázquez pidió la colaboración del representante oficial estadounidense en una
reunión celebrada en 1983 con Negroponte, entonces embajador en Honduras y ahora
nominado por el presidente George W. Bush como director de Inteligencia
Nacional, a la espera de su ratificación en el Senado.
Manfredo, el hermano de Zenaida Velázquez, fue secuestrado en un periodo en el
que alrededor de 200 hondureños fueron privados de su libertad por miembros de
las fuerzas armadas de ese país, cuyo funcionamiento fue financiado con varios
millones de dólares en los 80.
Según el Post, la reunión entre Zenaida Velázquez y Negroponte ocurrió en la
sede diplomática hondureña en Tegucigalpa.
Además de Velázquez, otros hondureños
acudieron a le embajada de Estados Unidos en busca de ayuda, pero Negroponte
nunca resolvió las peticiones ni reconoció el involucramiento de militares del
país centroamericano, subraya el Post.
Manfredo Velázquez nunca apareció, pero el defensor del pueblo de
Honduras, la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la CIA han admitido que
su muerte fue provocada por las fuerzas castrenses hondureñas, con conocimiento
pleno de la embajada estadounidense controlada por Negroponte.
Esta es la segunda oportunidad en que las actividades diplomáticas de
Negroponte complican su nominación a un cargo público.
Un reporte de la CIA de noviembre de
1985, parcialmente desclasificado, indica que el secuestro de Velázquez fue obra
del Ejército de Liberación Anticomunista de Honduras.
Este informe contradice la afirmación
de Negroponte en el sentido de que durante el periodo en que encabezó la
embajada estadunidense no operaron en Honduras escuadrones de la muerte que al
margen de la ley ejecutaron a opositores de izquierda.
Durante el primer periodo de gobierno
de Bush, el Senado impidió que el diplomático asumiera la representación de
Estados Unidos ante Naciones Unidas.
La situación se destrabó el 11 de septiembre de 2001, cuando los ataques
terroristas tomaron a Estados Unidos por sorpresa y sin embajador titular ante
la ONU, lo cual llevó al Senado a aprobar rápidamente el nombramiento.
Medios y analistas de Washington
estiman que su presentación el 12 de abril ante una comisión del Senado que
evaluará su confirmación en el cargo, puede ser la vidriera de un
escándalo mediático que le complique su ratificación en el cargo.
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