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(IAR-Noticias)
29-Nov-05
Un
detenido en la Base Naval de Guantánamo, Cuba,
reza sus habituales oraciones. Las condiciones de
esta prisión han sido denunciadas por activistas
de derechos humanos. (Foto: AP)
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Informe
especial
El escándalo de los de los "presos fantasmas" y los centros de
detención clandestinos de la CIA ya llegó a las máximas instancias
de Washington, y la Unión Europea exigió formalmente a EEUU una
"explicación oficial" sobre el tema.
En Washington, el
Congreso estadounidense ya pidió a la CIA y a las autoridades de
inteligencia un detallado informe sobre la existencia o no de los
llamados "sitios negros" de la CIA donde supuestamente se alojarían
presos acusados de "terrorismo".
El director nacional de inteligencia, John Negroponte, debería
testificar en secreto ante dos paneles de Inteligencia del Congreso,
señalaron el lunes medios y agencias estadounidenses.
Negroponte, quién antes de ser
nombrado ocupó el cargo de super-embajador
en Irak, es un "halcón de raza" que operó la
invasión a Irak desde el cargo de embajador de EEUU ante la ONU.
Entre
1981 y 1985 condujo la embajada norteamericana en Honduras, supervisando
la creación de la base aérea El Aguacate, donde la Agencia Central de
Inteligencia (CIA) y el Pentágono entrenaron a los Contras nicaragüenses
en los años ´80.
Ese
enclave fue utilizado como centro clandestino de detención y tortura,
y en Agosto del 2001, luego de múltiples excavaciones, fueron descubiertos
decenas de cadáveres, de las casi 200 personas que, se estima, fueron ultimadas
y enterradas en la instalación.
Guantánamo no sería el único
centro de detención de sospechosos de al-Qaeda.
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Con Negroponte ocupando la Dirección
Nacional de Inteligencia, Porter Goss al frente de la CIA, y el general
Cambone al frente de la inteligencia del Pentágono, Bush y los halcones
hegemonizan sin fisuras la inteligencia interior y exterior, columna vertebral
en los proyectos agendados para el Medio Oriente por la Casa Blanca (Siria, Irán
e Irak), entre otros objetivos del segundo mandato.
Después del informe del
Washington Post sobre los centros de detención secretos de la CIA
(los llamados "agujeros negros) el Senado pidió a la
Administración Bush que aporte detalles al Congreso sobre las
acusaciones que aseguran que la CIA mantiene a algunos sospechosos
de terrorismo en prisiones clandestinas a lo largo de todo el mundo.
El Senado votó 82-9 a favor de pedir al director de Inteligencia
Nacional, John Negroponte, que proporcione a las comisiones de
inteligencia del Senado y los detalles sobre cualquiera de
estas actividades.
Se trata de una reacción a la información publicada por The
Washington Post el 2 de noviembre, en la que se indicaba que la CIA
había mantenido a supuestos terroristas en prisiones secretas de
ocho países, entre los que se incluyen democracias de Europa del
Este. La Administración Bush ha rechazado confirmar si dichas
prisiones existen.
Por otra parte, el Senado espera completar la semana que viene el
trabajo son el proyecto de ley de gasto en Defensa. Éste ya incluye
provisiones para evitar el trato abusivo o amenaza contra los
prisioneros extranjeros y estandariza las técnicas de interrogación.
Estas provisiones también se encuentran en el
proyecto de ley para
el gasto del Ejército, que asciende a 445.000 millones de dólares y
que fue aprobado el mes pasado.
La Casa Blanca ha amenazado con vetar cualquier proyecto de ley que
incluya restricciones al manejo de los detenidos, asegurando que
ello limitaría la capacidad del presidente para proteger a los
estadounidenses y prevenir atentados terroristas.
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George W Bush y
Porter Gross, actual director de la CIA. |
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En el informe publicado
por The Washington Post se dice que la secreta red de cárceles
está instalada en Tailandia, Afganistán y varios países democráticos
de Europa del Este.
Los nombres de estos
últimos Estados no han sido revelados, al parecer por petición
expresa de las autoridades estadounidenses.
Por ahora y para disipar dudas, Rusia y Bulgaria ya han
negado que en sus territorios se hubieran albergado acciones de este
tipo. Tailandia, que sí es acusada directamente en el reportaje,
también ha desmentido su colaboración en la citada red.
Según el Post, todos los datos han sido facilitados por altos
funcionarios estadounidenses.
Al parecer, esta
información era conocida por un selecto grupo de personas,
entre ellas el presidente de EEUU, la cúpula de la CIA y los
servicios de inteligencia de los países implicados.
Michael Hayden, el segundo de John Negroponte en la Inteligencia
Nacional, ha rechazado hacer comentarios sobre esta información.
Por su parte, la Casa Blanca tampoco ha confirmado ni desmentido
la noticia.
En declaraciones a los
medios, su portavoz Scott McClellan ha alegado: “No voy a
profundizar en actividades específicas de la inteligencia. Sin
embargo, diré que la mayor responsabilidad del presidente es
proteger a todos los estadounidenses”.
La noticia ha saltado en
un momento de fuerte críticas hacia la administración Bush por el
trato que reciben los prisioneros de Iraky Afganistán. Los
abusos registrados en la cárcel de Abu Ghraib, por ejemplo, se
llevaron la condena del mundo islámico y de buena parte de los
aliados de EEUU.
Además, son muchos los sectores que han solicitado a EEUU mayor
transparencia en la gestión de prisioneros, especialmente con los
retenidos en la base de Guantánamo (Cuba). Precisamente, este pasado
martes el secretario de Defensa Donald Rumsfeld denegó a los
investigadores de derechos humanos de la ONU.
La Unión
Europea apunta a los "sitios negros"

El comisionado de Justicia de la Unión Europea (UE), Franco Frattini,
advirtió este lunes que el bloque puede suspender el derecho al voto
a cualquiera de sus miembros que albergue prisiones secretas de la
CIA y demandó a EEUU una "respuesta oficial".
El funcionario señaló que Estados Unidos
no ha dado aún respuesta oficial a las
alegaciones sobre transferencia de presos en vuelos de la CIA a
cárceles secretas en Europa, un asunto que si se confirma "puede
tener consecuencias muy serias".
Frattini, que asiste al IV Congreso sobre Defensa Europea que
se celebra en Berlín, reveló que los representantes de la Comisión
Europea en Estados Unidos han pedido explicaciones al gobierno de
Washington, pero "lamentablemente, seguimos sin tener respuesta".
"Al tratarse de actividades secretas, han pedido más tiempo para
investigar", añadió Frattini que no puso plazos de espera a la
respuesta de Washington porque eso es "impredecible".
El comisario fue cauto al responder a una pregunta sobre cómo se
verían afectadas las relaciones transatlánticas si esas
invetigaciones
se confirman, pues, "la Unión Europea no establece sus relaciones en
tiempo condicional y, además, eso es algo que no me corresponde
determinarlo a mí", dijo.
"Hay que esperar a las explicaciones de Washington, a que digan si
es verdad o no, no es cierto, y desde luego a los resultados de la
investigación abierta por el Consejo de Europa", agregó Frattini,
para quien "una cosa son los vuelos secretos de la CIA y otra la
presunta existencia de cárceles o centros ilegales de detención".
De confirmarse ese último extremo, denunciado por organizaciones de
derechos humanos y medios periodísticos,"las consecuencias para el
país que las consintió serán muy serias", advirtió el
funcionario.
Paralelamente, desde
el Parlamento Europeo se elevaron voces contra el acceso de
Rumania al bloque, de confirmarse la presunta existencia de
cárceles de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Según informes de prensa divulgados hace unas semanas, Washington
habría instalado centros clandestinos para interrogar sospechosos de
al-Qaeda en varios países de Europa oriental.
Las principales acusaciones apuntan a Polonia, miembro de la UE, y
Rumania, que se apresta a ingresar. Ambos gobiernos han negado los
informes.
El comisionado de Justicia de la UE, Franco Fratini, dijo que el
tratado fundacional de la federación garantiza el respeto a los
derechos humanos y el imperio de la ley.
En el caso de Rumania, un importante parlamentario europeo cuestionó
si el ingreso a la UE debe seguir tal como estaba planeado.
Elmar Brok, el presidente del comité de Asuntos Exteriores,
consideró que el bloque deberá reanudar las negociaciones con
Bucarest desde cero, ignorando todo lo ya firmado hasta ahora.
En tanto el Consejo Europeo, que controla todo lo relativo a los
derechos humanos, está investigando las acusaciones.
El organismo planea apelar a datos sobre controles aéreos para
saber si hubo vuelos sospechosos, y a imágenes satélitales para
verificar si las viejas prisiones de la era soviética han sido
modificadas recientemente.
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