(IAR-Noticias)
19-Dic-05

G eorge
W. Bush dijo el sábado que había autorizado personalmente en más de 30
ocasiones un programa de espionaje interno a partir de los ataques del 11 de
septiembre del 2001, y criticó a aquellos que participaron en la divulgación del
programa.
En una alocución en directo desde la Casa Blanca, Bush se refería así a la
información publicada el viernes por el diario The New York Times, según la
cual autorizó sin el debido permiso judicial el espionaje de comunicaciones de
ciudadanos de EEUU y extranjeros en su territorio tras los atentados.
Bajo una orden presidencial firmada en 2002, la Agencia de Inteligencia (NSA)
-el organismo de espionaje encargado de intterceptar comunicaciones- ha
supervisado sin la autorización judicial necesaria las llamadas telefónicas
internacionales y los mensajes de correo electrónico de cientos de personas en
los últimos tres años.
"Se trata de un programa altamente
secreto que es crucial para nuestra seguridad nacional", dijo el presidente en
un discurso por radio.
"Esta autorización es una herramienta
vital en nuestra guerra contra los terroristas. Es muy importante para salvar
vidas de estadounidenses.
El pueblo estadounidense espera que
haga todo lo que esté en mi poder, de acuerdo con nuestras leyes y a nuestra
constitución, para protegerlo, y para proteger sus libertades civiles. Eso es
exactamente lo que continuaré haciendo mientras sea presidente de Estados
Unidos", señaló Bush.
Furiosos
legisladores exigieron una explicación del programa, divulgado por
primera vez el viernes en el diario The New York Times, y quisieron saber si el
espionaje llevado a cabo por la Agencia de Seguridad Nacional viola las
libertades civiles.
Al defender su programa, Bush remarcó
en su discurso que sólo fue usado para interceptar comunicaciones
internacionales de personas dentro de Estados Unidos que tendrían "un claro
vínculo" con Al Qaeda u otras organizaciones terroristas.
Mostrando en ocasiones su ira durante
el discurso, de ocho minutos de duración, Bush señaló su intención de
continuar el programa.
"En las semanas posteriores a los atentados (del 11 de septiembre de 2001)
contra nuestro país, autoricé a la NSA, de acuerdo con el Derecho estadounidense
y la Constitución, a interceptar las comunicaciones internacionales de personas
conocidas por sus vínculos con Al Qaeda y con organizaciones terroristas a
las que está asociada", afirmó Bush.
"Los procedimientos que autoricé han ayudado a detectar y abortar posibles
atentados en EEUU y en el extranjero", ha asegurado Bush, justificando así la
existencia de un "programa secreto esencial para nuestra seguridad nacional".
"Intento hacerlo mientras nuestro
país enfrente una continua amenaza de Al Qaeda y grupos vinculados",
señaló.
Por su parte, el senador republicano
John McCain indicó que se sentía perturbado por la noticia.
Según el informe del New York Times,
la Agencia de Seguridad Nacional espiaba a unas 500 personas a la vez en
cualquier momento dado en Estados Unidos, tras los ataques del 11 de septiembre.
Anteriormente, la agencia vigilaba en
el país a embajadas y misiones extranjeras, siempre con órdenes judiciales.
"No cabe duda de que esto está fuera
de lugar", dijo el viernes el legislador republicano Arlen Specter, presidente
del Comité Judicial del Senado. Añadió que se realizarían audiencias a
principios del año entrante, las cuales tendrán "altísima prioridad".
Es la primera vez que Bush comenta públicamente las informaciones publicadas por The New York Times. Precisamente, el presidente ha responsabilizado a este
periódico de que ahora "nuestros enemigos conozcan una información que no
deberían tener".
Bush añadió que el programa de espionaje estaba siendo revisado cada 45
días, y ha insistido en que lo hizo con objeto de "defender a los americanos".
"He autorizado este programa más de 30 veces desde los atentados del 11 de
septiembre, y tengo la intención de volver a recurrir a él mientras que nuestro
país continúe amenazado por Al Qaeda u otros grupos similares", ha afirmado.
Bush también se ha referido al bloqueo en el Senado de la renovación de varias
medidas de la Ley Patriótica, y dijo que algunos de sus senadores actúan de
forma "irresponsable" y no permiten "proteger al país" con sus actos.
Las revelaciones del New York Times han tenido una repercusión
considerable en el Congreso.
Arlen Specter, un influyente senador, presidente de
la comisión de Asuntos judiciales, ha indicado que estas medidas tendrán un
impacto "no sólo muy problemático, sino devastador" sobre el futuro de la Ley
Patriótica.
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