as señales de
"catástrofe" en los mercados
Según publica The Wall Street Journal
el
viernes 2, en un artículo titulado
"El bajón inmobiliario de EE.UU. se
agrava, causando estragos en el mercado financiero",
en vez de amainar, la tormenta de los mercados que comenzó a mediados
de año parece tomar cada vez más velocidad.
Los persistentes problemas preocupan a los inversionistas, quienes ayer
vendieron acciones y se refugiaron en instrumentos más seguros (entre ellos
el oro que pegó un salto récord en su cotización).
Apenas un día antes, los mercados
celebraron el recorte de un cuarto de punto de las tasas de interés anunciado
por la Reserva Federal (Fed). Ayer, no obstante, cambiaron de parecer tras
conocer las malas noticias de empresas financieras que están expuestas a
valores ligados a bienes raíces que se están depreciando (la crisis inmobiliaria
nunca se fue de los mercados y resurge con virulencia) .
El Promedio Industrial Dow Jones anotó una caída de 362,14 puntos, un 2,6%,
para ubicarse en 13.567 unidades. El Standard & Poor's 500 descendió 2,6%, a
1.508,44 puntos, mientras que el Índice Compuesto Nasdaq bajó 2,3%, a 2.794. Los
rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos declinaron, algo que es
habitual cuando los inversionistas se refugian en estos títulos.
La ansiedad que se apoderó de los mercados el jueves 1 de noviembre -señala el Journal-
representa un marcado contraste con la postura expresada por la Fed un día antes
(creía que el recorte levantaría las acciones bursátiles como pasó en
septiembre).
Después de recortar las tasas de
interés el miércoles 31 de octubre, el banco central indicó que su decisión, junto a una
agresiva reducción de medio punto en las tasas realizada en septiembre,
debería ayudar a contener los coletazos de los problemas en los mercados de
crédito.
Las acciones de los bancos y las firmas financieras fueron las más castigadas
ayer. Citigroup Inc. bajó 6,9%, a US$38,51, en la Bolsa de Nueva York luego de
que un analista manifestara que el conglomerado debe vender activos o disminuir
su dividendo para compensar las onerosas pérdidas producidas por la debilidad
de los mercados de crédito.
Para el Journal, después de las turbulencias de agosto, los mercados de crédito
se estabilizaron y los inversionistas actuaron como si los problemas ya
fueran parte del pasado.
Las acciones se recuperaron y
volvieron anotar alzas históricas. Pero a comienzos de la semana pasada una
rebaja contable de US$8.400 millones por parte de Merrill Lynch fue el punto
de partida de una serie de noticias negativas que empezaron a afectar al mercado.
"La situación actual es más negativa que hace unos meses", dice Pete Nolan, un
gestor de portafolio de finanzas estructuradas de Smith Breeden Associates. En
muchos casos, los datos confirman los peores temores de los inversionistas,
añade citado por el Journal.
Su preocupación es que el inmenso castillo financiero construido sobre los
cimientos del mercado de bienes raíces podría derrumbarse, lo que
desaceleraría la economía estadounidense.
Las tasas de morosidad en los créditos hipotecarios de alto riesgo, conocidos
como subprime, han superado las predicciones más catastróficas y, a su
vez, los precios de las viviendas han caído más de lo presupuestado.
"Las hipotecas se siguen deteriorando a un ritmo acelerado, y eso es
alarmante", señala Karen Weaver, directora global de investigación de
titularización de Deutsche Bank. "No estamos cerca de una estabilización y
esperamos que las cosas empeorarán a medida que la mayor parte de los
refinanciamientos (de hipotecas de tasa variable) aún no se ha producido",
agrega citada por el diario.
El porcentaje de deudores hipotecarios de alto riesgo que está más de 60 días
atrasados en sus pagos excedió 20% en agosto, según la entidad especializada
First American Loan Performance. Mientras tanto, los precios de las viviendas
han caído bruscamente.
Debido a que las hipotecas forman parte de valores que posteriormente son
vendidos a los inversionistas (fondos financieros controlados por los grupos
sionistas de Wall Street) de todo el mundo (que las colocan como acciones en los
mercados globales), el deterioro en su valor tiene amplias ramificaciones
globales, asegura The Wall Street Journal.
En suma, la crisis financiera
persistente (y residual), tiene su origen en los bonos devaluados del "boom
inmobiliario" en EEUU que hoy solo producen "turbulencias" y caídas en las
grandes plazas bursátiles mundiales.
Cuando estas "turbulencias" se juntan
con la escalada de los precios del petróleo y la escalada del dólar, se
convierten en dinamita, y hacen que The Wall Street Journal, el vocero más
influyente del Imperio financiero, titule en letras de catástrofe.
El crudo, China y las
"tensiones globales"
En otro articulo publicado el viernes 2, y titulado
"Los precios
del crudo elevan las tensiones globales",
The Wall Street Journal señala que una de las principales fuerzas que ha llevado
a que los precios del petróleo casi se hayan cuadruplicado en esta década ha
sido la voraz demanda por combustibles de China y otros países en desarrollo.
Pero -advierte- con el crudo
acercándose a los US$100 el barril, la escasez de petróleo y las repentinas
alzas de precio están aumentando las tensiones económicas y sociales desde
Beijing a Teherán, y esta tensión podría marcar un punto de inflexión en el
prolongado auge de la energía.
En una medida radical para reducir la demanda local, el miércoles China
anunció un incremento de casi 10% en los precios locales de la gasolina y el
diesel.
Esta medida, que reduce la necesidad
de China de subsidiar a las firmas petroleras, es vista por analistas como un
intento de Beijing de sobrellevar un mercado energético que está fuera de sí,
apunta el Journal.
En China, la escasez del suministro
se debe a una combinación entre precios subsidiados y el crecimiento
galopante del país, el cual ha llevado a una insaciable demanda de petróleo.
A largo plazo, la medida china debería reducir la demanda (de petróleo y
energía) y podría funcionar como freno a los precios globales, subraya el
diario financiero.
En cuanto a la escalada de los
precios del crudo, la decisión china es la de mayor impacto, apunta el Journal.
Sin su enorme sed de petróleo,
la demanda mundial habría crecido de manera más moderada. A lo largo de
los últimos cinco años, el consumo chino de petróleo ha crecido a una tasa anual
de 8,7%. El resto del mundo ha crecido a una tasa anualizada de 1,5%.
El consumo actual de China es de 7,6
millones de barriles al día, lo que representa 9% de la producción mundial,
según la Agencia Internacional de Energía. Hace cinco años, China consumía 6,4%
de la producción global.
Los fuertes subsidios en China explican por qué el consumo ha subido de
manera constante, pese a que los precios se han disparado por las nubes,
precisa el Journal.
La última vez que China aumentó los
precios fue en mayo de 2006. Desde entonces, el precio del petróleo ha subido
cerca de 30% hasta tocar los US$96 del jueves 1 de noviembre, en una escalada en que el
barril de crudo está punto de perforar los US$100, y si traspasa esa
barrera, según los analistas y el propio Journal, "todo puede suceder".