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(IAR-Noticias)
16-Feb-05
AFP
La
presidenta Gloria Arroyo prometió el martes eliminar al grupo islámico Abú Sayaf,
que reivindicó un triple atentado el lunes en Filipinas, cuyo saldo fue de 12
muertos y más de 130 heridos.
Por otra parte, se reforzó la seguridad en las zonas sensibles del país,
mientras que el ejército continuaba sus operaciones contra rebeldes musulmanes
en el sur, un argumento utilizado por los presuntos autores para justificar los
atentados del lunes.
Doce personas murieron y 136 resultaron heridas, según el último balance de la
policía, en los atentados reivindicados por el grupo Abú Sayaf, que estaría
vinculado a Al Qaida y al que Filipinas y Estados Unidos consideran una
organización terrorista.
La presidenta Arroyo llamó a la población a unirse contra los terroristas tras
la explosión de bombas en Manila y el sur del país, en las ciudades de General
Santos y Davao.
"Ahora más que nunca no debemos retroceder sino avanzar para eliminar lo que
queda de Abú Sayaf", dijo Arroyo en un comunicado.
"El mal terrorista sólo tiene un objetivo: reinar por la fuerza y el poder
absolutos. No hay que subestimar la desesperación del enemigo aunque esté al
borde de la derrota", agregó la presidenta, una aliada de Estados Unidos en la
lucha contra el terrorismo.
Fundado a principios de 1990, el pequeño grupo se hizo conocido por sus
atentados y secuestros, especialmente de extranjeros, con pago de rescate a
cambio de la liberación.
Las autoridades filipinas reforzaron las medidas de seguridad en aeropuertos,
puertos, terminales de autobuses, centros comerciales y embajadas, ante el temor
de nuevos atentados anunciados por Abú Sayaf.
El jefe de la policía nacional, Edgardo Aglipay, pidió a la población mantener
la calma y anunció una recompensa de medio millón de pesos (unos 9.260 dólares)
a quien brinde informaciones que permitan detener a los autores de los
atentados.
El triple ataque repercutió en los mercados financieros: la Bolsa cayó en forma
temporal para luego recuperarse, mientras que el peso filipino se devaluó frente
al dólar.
Estados Unidos condenó los atentados y llamó a los 100.000 norteamericanos
presentes en Filipinas a mantenerse prudentes.
Un portavoz del grupo Abú Sayaf, Abú Solaimán, vinculó los atentados con los
combates que se llevan a cabo desde la semana pasada en la isla de Jolo (sur).
Allí, miles de soldados tienen sitiados a unos 300 rebeldes atrincherados en las
montañas que habían lanzado una serie de ataques contra el ejército el 7 de
febrero.
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