Más
de 32 mil habitantes del poblado de Kin, en la isla
japonesa de Okinawa, exigieron suspender la construcción
de instalaciones militares de Estados Unidos en el extremo
sur del archipiélago.
El alcalde de Kin, Tsuyoshi Gibu, entregó hoy al
ministro de Asuntos Exteriores, Nobutaka Machimura, una carta firmada por los
pobladores de esa localidad, en la que rechazan la edificación allí de un nuevo
campo de entrenamiento.
De acuerdo con las autoridades militares, estas
instalaciones serán empleadas por escuadrones del ejército de Estados Unidos,
especializados en la llamada guerra antiterrorista de la Casa Blanca.
Los habitantes de Kin, donde se encuentra la base
Hansen de los cuerpos de la marina estadounidense, denunciaron que -de cumplirse
los nuevos planes- se incrementarán la presencia militar extranjera y los
peligros contra la población civil en la zona.
El pasado mes de agosto el Parlamento de Ginowan,
también en Okinawa, aprobó por unanimidad una declaración en la que reclamó a
Estados Unidos la devolución de los terrenos ocupados por la base de Futenma.
Las demandas se incrementaron luego de que un
helicóptero militar se estrellara en el campus de la Universidad Internacional
de Okinawa.
"Las vidas y las propiedades de los residentes en
esta isla se encuentran en constante riesgo", indicó la resolución aprobada en
una sesión extraordinaria de la Asamblea.
El Pentágono mantiene en Okinawa 26 mil de los
cerca de 45 mil soldados desplegados en el archipiélago nipón.
Aproximadamente 75 por ciento de las bases
militares de Estados Unidos en Japón están también en Okinawa, isla invadida y
ocupada por Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y donde la
población siente un fuerte repudio a la presencia norteamericana.