El asesinato del ex primer
ministro libanés, Rafic Hariri, amenaza con sumir al Líbano en una nueva etapa
de inestabilidad. La prensa europea opina:
La Repubblica, de Roma:
“El baño de sangre en Beirut abre la caja de Pandora y devela todos los males
políticos y económicos que se esconden tras las fachadas de los hoteles de gran
lujo y las luces de neón de los clubes nocturnos de mercenarios intrigantes: el
Líbano es un país que fue reconstruido desde el extranjero, con instituciones
inestables, deudas fantasmales y en su seno un conflicto mudo entre las fuerzas
occidentales y Siria, que no sólo domina al país sino que en todos estos años lo
ha guiado convirtiéndolo en uno de los lugares más corruptos del mundo.”
Quiere lavarse las manos
Libération, de París:
“Si uno se pregunta a quién le beneficia en primer lugar el asesinato, la
primera respuesta sería: a Siria. Ciertamente, no existen pruebas de ello y
puede haber otros responsables. El presidente de Siria, Bachar el Asad,
catalogado por el presidente George W. Bush como uno de los pilares del club de
los amigos del terrorismo en el Cercano Oriente, tiene importantes motivos para
aceptar la investigación internacional del atentado demandada por Francia. Su
principal interés es lavarse las manos y evitar ser marcado por la comunidad
internacional. Tanto más porque el presidente francés, Jacques Chirac, se podría
sentir perjudicado por la muerte de su gran amigo.”
¿Guerra civil ante puertas?
Dresdner Neueste Nachrichten,
de Berlín: “Para Rafic Hariri el Líbano era el modelo perfecto de un estado
árabe: multifuncional, tolerante y moderno (...) La sociedad libanesa sigue
basada en un complicado sistema confesional que divide los poderes políticos
entre chiíes, sunitas y
maronitas. Irán e Israel violan permanentemente la soberanía del país y evitan
que los partidos nacionales logren desarrollarse. La clara postura de Hariri
contra Siria lo ponía en franca oposición al país vecino. Quien sea que se
encuentre tras el atentado su intención es desestabilizar al Líbano. Impensable
lo que sucedería si este país vuelve a caer en la vorágine de una guerra civil.”
El Líbano sinónimo de
inestabilidad
The Guardian, de
Londres: “El asesinato de Hariri recuerda que el Líbano, tras su fachada de
estabilidad, es en realidad un país sumamente vulnerable. Aún se desconoce la
identidad de los asesinos, pero en el mercado de los rumores se insinúa que fue
víctima del controvertido papel de Siria en el Líbano.
La condena del atentado por el
presidente Bachar al-Asad de Damasco -y de sus leales amigos libaneses- no anula
automáticamente las sospechas en su contra. (...) Siria se encuentra a la
defensiva. Siria es calificado en Washington, no así en Europa, como bastión de
la tiranía y a George Bush le gustaría ver un cambio de régimen en ese país.”