(IAR-Noticias)
10-Nov-05
El ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy,
ordenó el miércoles la expulsión de todos los extranjeros condenados
por participación en los disturbios que se extienden desde hace dos
semanas.
Sarkozy, que ya decidió
expulsar a los predicadores musulmanes radicales que rompan las
leyes francesas, dijo ante la Cámara Baja de la Asamblea Nacional
que 122 extranjeros han sido condenados por participar en los
desórdenes.
"He pedido a los prefectos que los extranjeros que están aquí legal
o ilegalmente, que han sido condenados (por los disturbios) que sean
expulsados de nuestro territorio sin retraso", manifestó.
La orden incluiría también a los que tengan permiso de residencia,
añadió, aunque no dio datos sobre las nacionalidades o el número de
los expulsados.
Sarkozy se ha labrado una reputación de duro con sus políticas y
leyes que le han convertido en uno de los aspirantes a dirigir al
centroderecha para las elecciones presidenciales de 2007, pero sus
críticos dicen que su lenguaje brusco sobre los alborotadores ha
ayudado a alimentar la oleada de violencia.
El miércoles Francia impuso medidas de emergencia en 38 suburbios,
pueblos y ciudades, incluyendo París, después de que en la noche del
martes, la decimotercera de violencia, grupos de jóvenes lanzaran
bombas molotov contra la policía e incendiaran cientos de coches.
El primer ministro, Dominique de Villepin, publicó un decreto
invocando una ley de hace cincuenta años que permite a las
autoridades regionales imponer toques de queda y efectuar registros
diurnos o nocturnos sin órdenes judiciales, aunque según datos
oficiales los disturbios están perdiendo intensidad.
Una encuesta en el diario Le Parisien mostró un apoyo del 73 por
ciento de los encuestados a favor de las medidas, mientras el 86 por
ciento mostró su indignación por la violencia, que de acuerdo con
los datos de la policía acabó en la noche del martes con 617
vehículos incendiados en todo el país, casi la mitad de los
registrados durante la noche previa.
"Estamos viendo un descenso drástico de los actos hostiles", dijo en
una rueda de prensa el director de la policía nacional, Michel
Gaudin.
Entre las grandes ciudades con poderes especiales están Marsella,
Estrasburgo, Lyon y Toulouse, así como los suburbios de París, donde
las protestas comenzaron el 27 de octubre después de la muerte de
dos jóvenes murieran electrocutados accidentalmente electrocutados
mientras huían de la policía.
Las protestas han sumado motivos más amplios, como el racismo, el
desempleo y los malos tratos recibidos de los agentes.
Los temores al estallido en otros países europeos, como ya se han
producido en ciudades de Bélgica y Alemania, contribuyeron a la baja
del valor del euro. Además, las autoridades temen que la inversión y
el turismo se vean afectados por los incidentes.
Los socialistas en la oposición han dicho que seguirán muy de cerca
la aplicación de estas leyes aprobadas en 1955, cuando las
autoridades francesas temían que la insurgencia en Argelia que acabó
en su independencia se extendiese a la Francia metropolitana.
El decreto de emergencia permite a los prefectos - los delegados de
gobierno en los 96 departamentos - prohibir el tránsito de personas
y vehículos en determinados horarios.
También habilita al ministro del Interior al que sus oponentes
atribuyen haber alimentado los desórdenes con sus fuertes
calificativos a los jóvenes, a ordenar arrestos domiciliarios,
confiscar armas, prohibir las reuniones, clausurar los lugares de
reunión y ordenar allanamientos sin orden judicial.
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