(IAR-Noticias)
01-Dic-05
La instrucción fue ordenada luego de que
estallaran varios escándalos de pederastia.
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El documento fue aprobado por Benedicto XVI. Quejas de grupos de
homosexuales.
Por Julio Algañaraz - Clarín
Tolerancia cero. El Vaticano prohibió
el lunes que los homosexuales practicantes o
con "tendencias homosexuales profundamente radicadas" se ordenen como
sacerdotes, con un documento aprobado por el Papa que también cierra las puertas
de la Iglesia a los seminaristas que apoyen la "llamada cultura gay".
La "Instrucción" está dedicada con un título kilométrico a los "criterios de
discernimiento vocacional con respecto a las personas con tendencias
homosexuales de cara a su admisión al seminario y a las ordenaciones sagradas".
El texto, tajante y sintético, abarca nueve páginas. Clarín adelantó el
contenido en sus ediciones del 8 de octubre y 12 de este mes. El Papa aprobó la
"Instrucción" a fines de agosto, con la firma del cardenal Zenón Grocholewski,
prefecto de la Congregación para la Educación Católica.
Las asociaciones de gays en Italia protestaron ayer afirmando que "la Iglesia
nos convierte en chivos emisarios para desviar la atención de los casos de
pedofilia y abusos sexuales" que con bastante frecuencia conmueven al mundo
católico, por parte de sacerdotes.
La "Instrucción" es en realidad consecuencia del escándalo mayúsculo que estalló
en EE.UU. en 2001, con casi un millar de curas acusados en diversas diócesis de
aquel país de abusos sexuales a menores, que ha provocado una epidemia de causas
judiciales que pueden costarle a la Iglesia más de mil millones de dólares junto
con un enorme desprestigio. El Vaticano envió hace varios meses una comisión de
inspectores a más de 200 seminarios norteamericanos para descubrir y castigar
con un soberano escarmiento las prácticas e inclinaciones "non sanctas" entre
los seminaristas.
El texto distingue entre "actos homosexuales y tendencias homosexuales". Los
actos son considerados "pecados graves" que son "intrínsecamente inmorales y
contrarios a la ley natural".
En cuanto a las "tendencias homosexuales profundamente radicadas" el documento
las considera también "intrínsecamente desordenadas y con frecuencia constituyen
una prueba". Practicantes, tendenciales y sostenedores de la cultura gay tienen
cerradas desde ahora las puertas de la Iglesia.
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