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(IAR-Noticias)
07-Dic-05
 Mientras la secretaria de Estado norteamericana Condoleezza
Rice recorre Europa afirmando que EE.UU. no secuestra, ni tortura,
ni oculta nada a sus aliados, el diario The Washington Post escribió
ayer que la CIA organizó una operación para engañar a los
investigadores italianos que buscaban al líder religioso de una
mezquita de Milán.
Por Julio Algañaraz
- Clarín
La justicia de la capital del norte de Italia ha pedido la
extradición de 22 agentes de la CIA por su participación en el
secuestro de Abu Omar, el imán del templo musulmán del centro
milanés, el 17 de febrero 2003.
La invasión de Irak por parte de EE.UU. y Gran Bretaña se inició un
mes después y según el Washington Post los "007" de la CIA tenían en
la mira a Abu Omar. Robert Seldon Lady, el jefe de la estación de la
CIA en Milán, fue el organizador del secuestro y en su computadora
fueron encontradas fotos digitales que los espías de EE.UU. le
habían tomado a Abu Omar poco antes de secuestrarlo.
Los agentes de la CIA en Italia pasaron después información falsa a
los italianos asegurándoles que el egipcio Abu Omar estaba refugiado
desde hacía un año n los Balcanes. Según el diario de Washington, el
engaño comprometió gravemente las investigaciones que los servicios
secretos italianos estaban conduciendo sobre las actividades del
religioso egipcio en el área de Milán.
Abu Omar fue llevado después del secuestro a la base aérea
norteamericana de Aviano y de allí, en uno de los 26 aviones
secretos de la CIA destinados al transporte de extremistas islámicos
a cárceles clandestinas en Europa, el líder religioso opositor
terminó en manos de la policía egipcia.
Abu Omar fue más tarde liberado por un tiempo y contó que lo
torturaron en Egipto. El imán fue después nuevamente encarcelado y
actualmente se encuentra en una prisión de El Cairo.
Fuentes de la CIA dijeron extraoficialmente que los italianos
conocían perfectamente las circunstancias del secuestro, ya que
habían avisado a su colegas del servicio militar italiano, el SISMI.
Las autoridades italianas niegan haber sido informadas.
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