(IAR-Noticias)
09-Dic-05 Prensa Latina
Los ministros del Exterior de la Organización del Tratado
del Atlántico Norte (OTAN) analizan el despliegue de tropas en
zonas del sur de Afganistán, en medio del escándalo por los vuelos
secretos de la CIA.
Entre 2002 y 2003, aviones al servicio de la Agencia Central de
Inteligencia (CIA) sobrevolaron o hicieron escala en países europeos
para trasladar a supuestos terroristas, torturados en centros de
detención de esa entidad de espionaje.
Después de su arribo a Bruselas, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, trató de calmar los ánimos en una cena con sus
similares de la OTAN y la Unión Europea (UE), al ofrecer sus
argumentos para justificar el llamado proceso Rendition.
Mediante esa operación, cientos de personas, que Washington
relaciona con acciones terroristas, fueron secuestradas y llevadas a
países donde la CIA instaló cárceles secretas para evadir las leyes
internacionales, incluidas las relacionadas con la tortura.
La controversia sobre los vuelos furtivos de la CIA, que se calcula
superaron los 800, puede dejar a un lado otros temas pendientes de
la alianza atlántica, la cual se apresta a extender su presencia
militar en el sur afgano.
En agosto de 2003 el pacto trasatlántico asumió la dirección de la
Fuerza de Asistencia para la Seguridad en el referido país asiático
(ISAF) y ya situó sus hombres en el norte y el este de esa convulsa
nación, atacada por Estados Unidos en octubre de 2001.
Para esa misión, la OTAN necesita un aporte sustancial de tropas de
sus miembros, tema que ya causó una fuerte polémica en la cumbre del
verano pasado de esa organización.
Otro plato fuerte será la controversial decisión de Estados Unidos
de firmar un acuerdo con Rumania, país donde se sospecha funcionaba
un campo de concentración de la CIA, para establecer allí sus bases
militares.
El Pentágono tendrá a su disposición la base aérea de Constanza,
utilizada por la aviación estadounidense durante la agresión a Iraq,
e instalaciones militares en Babadag, Cincu y Smardan, donde se
ubican grandes polígonos del Ejército, de tanques y blindados.
Casi todas esas futuras bases norteamericanas estarán ubicadas cerca
de las costas del Mar Negro, lo cual provocó preocupación en Rusia,
que amenazó con abandonar el Tratado de las Fuerzas Convencionales
en Europa, luego de la rúbrica del citado acuerdo.
Tales centros militares al servicio de Washington serán los primeros
en un país ex socialista de Europa del este y contradice las
promesas iniciales de la alianza atlántica a Moscú de evitar el
surgimiento de bases militares en sus nuevos miembros.
Ese tema se analizará durante la reunión de este jueves del Consejo
de Colaboración Europa-OTAN, que incluye a 46 estados.
Otro asunto a debatir en la reunión ministerial de la OTAN será la
situación en el Medio Oriente, destaca la prensa local.
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