(IAR-Noticias)
10-Dic-05
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Margaret y Carol Thatcher |
Carol Thatcher participó de un reality show que le dio una gran
popularidad.
Por María Laura
Avignolo - Clarin
"Vote Thatcher", imploró el laborista tabloide Daily Mirror en su
tapa y sus lectores más tradicionales leyeron incrédulos. O al
diario lo había comprado el imperio de Rupert Murdoch o había
decidido elegir un extraño "caballo de Troya" en la disputa por el
liderazgo parlamentario entre Tony Blair y Gordon Brown. El Mirror
había sido el más implacable crítico de la "Dama de Hierro"
británica durante la era conservadora.
Pero esta vez no se refería a Maggie, sino a Carol Thatcher, su hija
periodista.
Los británicos se han vuelto fanáticos de Carol, la nueva "reina de
la jungla" australiana e inesperada celebridad, gracias a un reality
show que la convirtió en un ícono popular.
Doce millones de televidentes, la mitad de la audiencia de un país
adicto a la TV, vieron su triunfo en el programa "Soy una
celebridad, sáquenme de aquí", la semana pasada, desde la selva en
Australia.
Lady Thatcher no era una de esas televidentes. "Nunca le dije a mamá
que venía a Australia. No es esta la clase de show que ella
prefiere", confesó Carol, ante las carcajadas de los que la
escuchaban, en bermudas color caqui y una improvisada corona verde
de reina en la cabeza. La verdad es otra: madre e hija tienen una
pésima relación. Su hija ni siquiera la llamó para su cumpleaños
número 80.
El vínculo entre madre e hija está tan deteriorado que cuando Carol
llega a Londres, no vive en la mansión de su madre, donde reside su
hermano mellizo Mark, recién divorciado. Opta por una casa portátil
que ha instalado en la terraza de su penthouse con vista al río
Támesis, que alquila porque ella es una periodista "free lance". La
mayor parte del tiempo vive en Suiza junto a su novio, Marco Grass,
un instructor de esquí más joven que ella, "que me dejará cuando
encuentre a alguien más joven que yo", bromeó.
La rubia Carol no fue idolatrada por ser la antítesis de su madre
sino por su sentido del humor, su inteligencia y su capacidad de
soportarlo todo a la hora de la comida. Nada impensable después de
haber sobrevivido un internado británico hasta los 18 años.
Testículos de canguro y ojos de reptiles fueron parte del horrendo
menú, que la estoica Carol digirió sin chistar ante el asombro
general, después de llegar al campamento en la selva en un
aterrizaje forzoso en paracaídas.
Carol describió en su programa a su madre como "adicta al trabajo" y
confesó el "drama" que sintió frente a la guerra de las Malvinas y
la huelga de los mineros británicos, que le valió el sobrenombre de
"Dama de Hierro".
Cuando Jimmy Osmond, otro de los participantes en el show, le
preguntó cómo se entretenía lady Thatcher en estos días, Carol
respondió: "No mucho, ella no está muy bien. Ha llegado a una edad
muy mayor. Y si usted es primer ministro por 11 años y medio, el
caño de escape explota después", explicó gráficamente.
Como el príncipe Carlos, la cincuentona Carol comparte una madre tan
famosa y controladora como la reina Isabel y ha sido privada del
mismo afecto que el heredero británico. La principesca y famosa
autocompasión también fue utilizada por Carol para sobrevivir en la
selva, como si fuera un instrumento que les enseñan en los colegios
pupilos ingleses para vivir sin amor y sin ternura maternal.
Carol sentía adoración por Denis, su padre. Se reveló como una gran
periodista cuando, en un documental llamado "Casado con Margaret",
le hizo una muy buena entrevista.
Una nueva Thatcher es ídola de los británicos y su próximo proyecto
no es ganarle a los comunistas ni hacer caer el Muro de Berlín, sino
su show unipersonal en la televisión.
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