Diez
marines estadounidenses que patrullaban a pie en las afueras
de la ciudad iraquí de Faluya murieron tras la explosión de
una bomba rebelde el jueves, anunció el viernes el Ejército de
EEUU.
Se trata de uno de los ataques aislados más mortales
contra las tropas de EEUU en Irak este año.
Según el mando militar, diez soldados
alistados en la Segunda División perdieron la vida y otros once resultaron
heridos en un ataque rebelde en la ciudad de Faluya, uno de los bastiones
rebeldes al oeste de Bagdad.
El incidente ocurrió el jueves cuando
los uniformados realizaban una misión de combate en el extrarradio de la urbe.
En un momento del día, fueron
sorprendidos por una partida de hombres armados que hizo estallar una bomba de
carretera y después lanzó una salva de proyectiles de mortero contra la unidad,
explicó la fuente sin precisar otros detalles.
La noticia coincide con el inicio
este viernes de una ambiciosa operación bélica estadounidense contra la
ciudad rebelde iraquí de Ramadi, vecina a Faluya.
Operación "Caña"

Más de 300 marines, precedidos por
unos 200 policías iraquíes, se lanzaron poco antes del amanecer contra esta
urbe, situada a unos 100 kilómetros al oeste de Bagdad y unos 50 de Faluya.
La operación, bautizada "caña",
es la quinta que unidades de los cuerpos de marines emprenden contra este feudo
insurgente en el presente año.
Estas muertes se producen mientras el
presidente norteamericano George W. Bush lucha por impulsar el decreciente
apoyo público en EEUU a la ocupación , y mientras la creciente cifra de
soldados fallecidos ha alimentado los llamamientos de los críticos para la
creación de un calendario para la retirada de tropas.
En un comunicado emitido en Faluya, el Ejército dijo que otros once marines
resultaron heridos en la explosión, que fue causada por un "dispositivo
explosivo improvisado". Siete de los heridos han podido volver a sus puestos,
dijo el Ejército.
De acuerdo con el mando miliatar
norteamericano, la nueva ofensiva militar tiene como objetivo "extender el
orden y la estabilidad en las provincias del oeste de Irak antes del 15 de
diciembre para que los ciudadanos puedan votar en las elecciones parlamentarias"
previstas para esa fecha.
Ramadi fue escenario el jueves
de un asalto rebelde en el que participaron cerca de 400 hombres enmascarados y
dotados con armas ligeras y lanzagranadas ARPG.
Los rebeldes irrumpieron en diversos
edificios oficiales, pasearon con tranquilidad por las calles y lanzaron varios
proyectiles contra puestos militares norteamericanos antes de retirarse por
propia voluntad, según los testigos.
Pese a que la acción fue grabada y
divulgada a través de las televisiones, el mando militar de Estados Unidos
en Ramadi negó la operación rebelde y sólo admitió que algunos proyectiles
habían caído en la zona sin causar víctimas ni daños.
La nueva ofensiva complementa otra
similar iniciada a principios de esta semana contra la ciudad de Hit y otras
localidades de la parte occidental de la ribera del bíblico río Eúfrates, zona
frondosa propicia para la guerra de guerrillas.
Más de 2.000 soldados
estadounidenses, secundados por tropas iraquíes, rastrean y combaten cuerpo a
cuerpo desde hace días en esta zona situada en el denominado "triángulo suní"
La Asociación de Ulemas Musulmanes,
uno de los principales grupos religiosos suníes del país, se ha quejado a la
Liga Arabe y le ha pedido que intervenga para ayudar a los cientos de civiles
que se han visto obligados a huir de Hit.
La cifra oficial de militares
fallecidos facilitada por el Pentágono el viernes era de 2.125 y casi 16.000
más heridos en combate.