(IAR-Noticias)
29-Dic-05
Tras décadas de represión, el
pueblo kurdo comienza a avanzar, lenta pero inexorablemente, hacia la
reconstrucción. Orgullosos, se toman en serio su voluntad de llegar a formar
algún día un nuevo país en mitad del avispero de Oriente Próximo.
Por Jesús Bastante
- ABC
Es la capital de todos los kurdos, ya sean iraquíes, turcos, sirios o iraníes.
La legendaria población de Erbil (800.000 habitantes), a medio camino entre
Turquía e Irán, en pleno corazón del Kurdistán, resume como ninguna otra el
espíritu de un pueblo que durante décadas ha estado perseguido por el régimen de
Sadam Hussein (quien masacró a buena parte de su población en 1987 con armas
químicas y sumó al embargo internacional una cruda presión interna) y que ahora,
tras las dos guerras del Golfo y la ocupación, ha emprendido una lenta pero
segura reconstrucción, que ha llevado a esta zona del país a ser la que más ha
evolucionado en los últimos años.
Y eso que las semejanzas con otras ciudades iraquíes son bastante evidentes: los
controles policiales -aunque el servicio de seguridad del Gobierno kurdo está en
manos de empresas privadas-, la suciedad de las calles, las mujeres cubiertas
por un velo de la cabeza a los pies, la gasolina de contrabando, las
restricciones de luz y agua, las armas a la entrada de cualquier edificio civil,
religioso o militar.
Sin embargo, los kurdos contemplan el futuro con esperanza, y orgullosos de su
origen. «Hemos pasado por momentos muy difíciles, pero ahora trabajamos día y
noche para que el Kurdistán siga prosperando», subraya a ABC el ministro de
Sanidad (eventualmente también de Trabajo) kurdo, Jamal Abdulhameed.
No hay banderas iraquíes
En su despacho, como en todas las oficinas de esta región iraquí, la única
bandera que ondea es la del Kurdistán, y la única imagen la del presidente
kurdo, Massud Barzani, quien ayer se reunía con el presidente iraquí, Yalal
Talabani, para debatir sobre el futuro del país tras las elecciones de la pasada
semana.
«Si los kurdos pudieran opinar en libertad, todos dirían que somos un país que
está dividido en cuatro zonas (Irán, Siria, Turquía e Irak). Pero, con la
situación política actual, somos parte de Irak, y lo seguiremos siendo si el
país se consolida como una democracia tolerante, donde los kurdos no seamos
ciudadanos de segunda como hasta ahora», señala Jamal Abdulhameed.
Lo que sí resulta evidente es que los kurdos se han tomado muy en serio las
amplísimas parcelas de autogobierno concedidas tras la caída de Sadam Husein. En
estos momentos, la calidad sanitaria del Kurdistán, aun siendo notoriamente
mejorable, es bastante mejor que la de las demás regiones de Irak, especialmente
en aspectos como la desnutrición, la mortalidad infantil o el control de
enfermedades como la polio o la malaria.
«Nos sigue faltando infraestructura», se lamenta el ministro de Sanidad, quien
reconoce que desde el fin del embargo, en el año 2003, no han podido construir
un solo hospital (el más moderno data de 1982) ni crear especialidades como la
de oncología en una región que, tras la masacre por armas químicas de 1987,
cuenta con uno de los porcentajes de cáncer más altos de Asia.
«Estamos reconstruyendo las ciudades, acabando con el paro, mejorando la
sanidad, pero lo más importante es la reconstrucción de unas personas que han
sufrido durante demasiado tiempo», apunta Abdulhameed.
Mensajeros de la Paz
Mensajeros de la Paz trata de paliar ambas carencias, la sanitaria y la humana,
con un ambicioso proyecto que arrancó hace tres años y que hasta la fecha ha
permitido que más de 200 niños puedan viajar a España para restablecerse de
enfermedades que en Irak supondrían la muerte segura.
En Kurdistán, el presidente de Mensajeros de la Paz, el padre Ángel García, se
ha comprometido con las autoridades regionales a gestionar becas para que los
futuros médicos kurdos puedan estudiar en Europa, así como a colaborar en la
creación de nuevos hospitales y orfanatos. Del mismo modo, y con la ayuda de la
Fundación Real Madrid, se han comenzado los contactos para crear en Erbil una
escuela de fútbol.
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