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(IAR-Noticias) 16-Jun-05
Prensa Latina
Como
gigantesca bola de nieve, la crisis política que hace un
mes vive Brasil aumenta hoy y agrega más sospechosos a las
denuncias de supuesta corrupción y compra de políticos que
la originaron.
Mientras prosiguen las investigaciones del Ministerio
Público y la Policía Federal sobre presunta corrupción
denunciada en la Empresa de Correos, el escenario hoy es
dominado por el caso del supuesto pago a diputados de dos
partidos para apoyar al gobierno.
Tras una sesión de siete horas en el Consejo de Etica de
la Cámara de Diputados con el controvertido político
Roberto Jefferson, que acusó sin pruebas al gobernante
Partido de los Trabajadores (PT) de hacer esos supuestos
pagos, hoy fueron invitados a deponer 40 personas
mencionadas por aquel.
La decisión fue tomada por la Comisión creada por la
Corregidoría de la Cámara, ante la cual debía declarar hoy
el diputado Jefferson, presidente del Partido Trabalhista
Brasileiro (PTB), pero alegó estar cansado y estresado por
la sesión de ayer.
Entre los convocados, a los que se quiere oír a partir de
mañana para terminar en una semana, están los ministros de
la Casa Civil, José Dirceu, y de Coordinación Política,
Aldo Rebelo, y 14 diputados citados por Jefferson ayer o
en entrevistas periodísticas anteriores.
También fue citada Fernanda Ramos, ex secretaria del
publicista Marcos Valerio de Souza, señalado por Jefferson,
también sin pruebas, como intermediario entre el PT y
diputados de los partidos Liberal y Progresista a los que
se hacían los supuestos pagos.
Fernanda, que enfrenta un proceso por extorsión a su ex
jefe, fue convertida en protagonista al publicar hoy la
revista Istoé Dinheiro una entrevista en la que afirma
haber visto moverse grandes sumas de dinero en la oficina
de Souza y que este mantenía buenas relaciones con
dirigentes del PT.
Llamó la atención que la revista adelantara en dos días su
salida y que anoche colocó la entrevista en internet,
mientras versiones de esta se divulgaron mientras
Jefferson declaraba.
Igualmente es sintomático que pese a insistirse en la
sinuosa trauyectoria política de éste y destacarse que no
ha presentado prueba alguna de sus acusaciones, se les
presta una atención como si fuera ciertas.
En medio de esta situación, hoy los medios periodísticos
insisten en que el presidente Luiz Inacio Lula da Silva
realizará una amplia reestructuración ministerial como
otro paso para enfrentar la crisis.
Las versiones dan prácticamente por segura la salida del
ministro Dirceu, rumores de cuya renuncia fueron
desmentidos ayer por la Casa Civil de la Presidencia.
Un resultado positivo de este caso, amplificado por la
oposición en lo que se denunció como un proyecto
desestabilizador, fue la prioridad otorgada a la votación
de la reforma política, que se aspira ponga fin a
prácticas clientelistas y de corrupción que están siempre
detrás de estas crisis en Brasil.
El presidente de la Cámara de Diputados, Severino
Cavalcanti, dijo hoy que en 10 días debe someterse a
votación este proyecto.
El anuncio lo hizo después de una reunión sobre el tema en
que participó junto al presidente del Senado, Renán
Calheiros, y líderes parlamentarios de los partidos
políticos.
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