(IAR-Noticias) 26-Sept-05
Agencias
Una
multitud, estimada por los organizadores en 300.000 personas, se manifestó
el sábado en Washington en protesta por la ocupación militar norteamericana en
Irak y por la globalización económica, y pidiendo al presidente
estadounidense, George W. Bush, el inmediato regreso de las tropas.
Los manifestantes
coreaban su oposición a la ocupación de Irak y su furia contra el presidente
norteamericano, en la que los medios norteamericanos caracterizaron como
mayor movilización de repudio contra George Bush desde
que asumió en enero de 2001.
Veteranos de guerra, parientes de soldados, sindicalistas,
estudiantes, maestros, abuelas de soldados, activistas de
solidaridad de diversos países, altermundistas, anarquistas, pacifistas,
monjas, cuáqueros, líderes comunitarios, representantes de agrupaciones árabe-estadounidenses,
afroestadunidenses, latinos, conformaron una expresión diversa y masiva contra
la ocupación militar de Irak por EEUU.
"Necesitamos la acción de la gente
para finalizar esta guerra", dijo Cindy Sheehan, una de las manifestantes
cuyo hijo murió en combate en Irak.
Un público conformado mayoritariamente por mujeres de todos los rincones de
EE.UU. coreaban consignas muy críticas como "Bush miente, miles mueren", "Fin a
la ocupación" o "¿Cuál es la causa noble?"
"Se puede ser patriótico y pacifista aunque este gobierno quiera convencerte de
lo contrario", aseguró a la agencia Reuters el veterano de la primera Guerra del Golfo, Dave Bills,
de 34 años y estudiante de enfermería en Austin (Texas).
"Bush no nos deja ni ver los ataúdes. Se los
trae por la noche y en secreto",
comentó a la misma agencia otro manifestante y agrego: "Yo si fuera iraquí sería una insurgente".

Una de las oradoras fue Cindy Sheehan, que
lidera un importante movimiento antibélico y que se hizo conocida en agosto
pasado cuando acampó frente a la hacienda de Bush en Crawford para reclamar una
entrevista con el presidente, quien se negó a recibirla.
Cindy marchó al lado del reverendo Jesse Jackson y del líder
popular Jim Hightower.
Entre otros, se expresaron el ex procurador general Ramsey Clark, la cantante Joan
Báez, el reverendo Al Sharpton y Etan Thomas, estrella de básquetbol profesional
de los Wizards de Washington.
"El pueblo de Estados Unidos comienza a rebelarse. La fuerza de un
huracán no será nada comparada con la tormenta de protesta que se dirige
directamente hacia la Casa Blanca", señaló Hightower durante el festival que se realizó al concluir la
marcha.
También estaba María
Isabel Permuy, la madre del periodista español José Couso, muerto en abril de
2003 en Bagdad cuando un tanque estadounidense disparó contra el Hotel Palestina
en el cual se hallaban cientos de periodistas.
Una interminable soga de donde colgaban los retratos de cada soldado
estadounidense muerto en Irak, con nombre y lugar de
nacimiento, se extendía por la marcha.
Hubo también importantes marchas antibélicas en Londres, Los Angeles, San
Francisco, Seattle, Florencia, Roma, París y Madrid.
La concentración pasó frente a la Casa Blanca y siguió hasta el
centro de la capital para terminar en el monumento a Washington, donde decenas de miles
celebraron hasta esta madrugada un festival y concierto, bautizado Operación
Cese del Fuego.
Steve Earle, cantautor, evocó la historia de un joven pobre, con el estribillo
de "sólo otro joven pobre para luchar en una guerra de los hombres ricos".
The Coup, grupo hip hop, Joan Báez, quien como cantante joven se convirtió en
una de las voces mas conocidas en el movimiento contra la guerra en Vietnam, y
varios artistas más continuaron protestando contra el silencio la Casa Blanca.
En Los Angeles, unas 15.000 personas
se manifestaron pacíficamente, mientras miles más marchaban en San Francisco y
Londres pidiendo el fin de las acciones militares en Irak casi 30 meses después
de una invasión que derrocó al presidente Sadam Husein.
Las concentraciones aumentaron en
Washington durante el día, y por la tarde los organizadores de la
manifestación contra la guerra dijeron que se habían dado cita unas 300.000
personas, excediendo la cifra anterior que habían dado de 100.000.
La policía de Washington no quiso
hacer comentarios sobre la asistencia.
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