(IAR-Noticias)
01-Dic-05 Agencias
La
organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) hizo
pública este miércoles una lista de al menos 26 "prisioneros fantasma" de la
guerra contra el terrorismo que Estados Unidos tiene en custodia en lugares
desconocidos fuera de sus fronteras.
Ninguno de los 26
nombres de la lista, posiblemente en custodia de la CIA (Agencia Central de
Inteligencia), ha sido formalmente acusado y HRW teme que hayan sido
torturados o maltratados, según se desprendería del testimonio de fuentes
gubernamentales que pidieron el anonimato.
Entre los detenidos hay sospechosos de haber participado en los atentados del
11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas, los de 1998 contra las
embajadas estadounidenses en Tanzania y Kenia, contra clubes de Bali (Indonesia)
en 2002 y contra el barco de guerra "USS Cole" en Yemen en 2000.
"El presidente (George W.) Bush habla de llevar a los terroristas ante la
justicia, pero ninguno de estos prisioneros ha comparecido ante la justicia",
dijo John Sifton, que investiga temas de terrorismo para esta organización con
sede en Nueva York.
Sólo uno de los hombres de la lista, Ahmed Jalfan Ghailani, fue formalmente
acusado por la justicia estadounidense por su participación en los atentados
contra las embajadas estadounidenses en 1998, aunque, como los otros, HRW afirma
que se encuentra en algún lugar del extranjero sin revelar.
Hace dos semanas
The Washinton Post reveló que la
agencia de inteligencia estadounidense esconde e interroga a
destacados presuntos miembros de Al Qaeda en una "instalaciones
secretas" en Europa del Este
La CIA esconde e
interroga a destacados presuntos miembros de Al Qaeda en una
"instalaciónes secretas" en Europa del Este, como parte de un
"sistema encubierto de prisiones", afirma el Post.

El diario, que cita a funcionarios estadounidenses y de otros países
conocedores del este asunto, indica que el "sistema encubierto de
prisiones" fue establecido por la CIA hace cerca de cuatro años.
En varias ocasiones, el sistema contó con lugares de reclusión en
ocho países, incluidos Tailandia, Afganistán y algunas
"democracias del este de Europa", así como un pequeño centro en
la prisión de Guantánamo, en Cuba.
HRW define a estos prisioneros como "fantasmas" porque no se
les han concedido derechos legales o acceso a un abogado y no se ha
informado de su situación al Comité Internacional de la Cruz Roja.
La
red secreta de centros de detención "es un elemento central en la
guerra no convencional de la CIA contra el terrorismo", añade el
Post señalando que estas operaciones dependen de la cooperación de
los servicios de
inteligencia extranjeros y de mantener el su existencia en
secreto.
En la lista de Human Rights Watch figuran el yemení
Ramzi bin al-Shibh, presunto miembro de Al Qaeda que compartió
habitación con uno de los ejecutores de los atentados del 11 de
septiembre; Jalid Sheij Mohamed, una alta figura de la misma
organización que presuntamente ayudó a financiar esos atentados y a
llevar a cabo el asesinato del periodista Daniel Pearl y el ataque
al "USS Cole".
La detención de Sheij Mohamed en Pakistán en 2003 se presentó como
uno de los mayores golpes a la organización de Osama Bin Laden.
Otro destacado es Abú Zubaydah, un palestino nacido en Arabia
Saudita detenido en marzo de 2002 en Pakistán, y que presuntamente
ocupaba un alto rango en Al Qaida.
Las
nacionalidades de los presos fantasma van desde las mencionadas a la
argelina de Adil al Jaziri, presunto asistente de Bin Laden en
Afganistán, la indonesia de Hambali, supuestamente involucrado en
los atentados de Bali, la británica de Tariq Mahmud, o la libia de
Abú Faraj al Libi.
"La administración Bush ha puesto seriamente en riesgo las
posibilidades de encausar a los sospechosos por terrorismo al
detenerlos ilegalmente, y supuestamente someter a algunos de ellos a
tortura y otros maltratos", agregó Sifton.
HRW recuerda que bajo la ley internacional un detenido se considera
desaparecido cuando las autoridades rechazan revelar su paradero o
incluso admitir que está bajo custodia, lo que coloca a estos
individuos al margen de la ley.
Algunos acuerdos y leyes internacionales suscritas por Estados
Unidos prohiben incomunicar indefinidamente a presos en paraderos
secretos.
En febrero último la agencia Associated Press
difundió documentos donde se denunciaba que un prisionero en
Abu Ghraib murió
torturado cuando era interrogado.
El prisionero era uno de los
"detenidos secretos" de la CIA en esa prisión, de cuya existencia no
había constancia oficial, según el informe.
El caso
reavivó la cuestión de los "presos fantasmas" de la CIA que -según varias
organizaciones internacionales- estarían alojados y sometidos a programas de
tortura en distintas bases secretas de la Agencia, además de
Guantánamo e Irak.
Las técnicas de tortura con
prisioneros secretos -señalaba el documento- fueron aprobadas por el más
alto nivel del Pentágono y del Departamento de Justicia, argumentando que
Bush tenía la autoridad de violar los tratados de la Convencion de Ginebra
en su "guerra
contra el terrorismo".
La central de espionaje americano,
que es sometida a una pesquisa del Congreso estadounidense en torno al arresto y
la interrogación de sospechosos de "terrorismo" en la prisión de Bagdad y
otros puntos, declinó hacer comentarios al respecto, al igual que el
Departamento de Justicia.
Los desaparecidos son un
símbolo del abuso de las dictaduras militares latinoamericanas en su "guerra
sucia" contra la llamada subversión", dijo el consejero especial de HRW,
Reed Brody.
"Ahora se han convertido en una
táctica de Estados Unidos en su enfrentamiento con Al Qaeda", agregó Brody.
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