Contrariando
el esfuerzo de la Casa Blanca y el presidente George W. Bush para
convencer a la ciudadanía norteamericana de que hay una estrategia diseñada para
la victoria en Irak, el 55 por ciento de los estadounidenses cree que el
gobierno no tiene un plan para alcanzar el triunfo, contra un 41 por ciento
que cree que sí.
No obstante creer que no hay plan de salida,
seis de cada 10 estadounidenses creen que las tropas norteamericanas deben
seguir allí hasta que se logren ciertos objetivos y sólo el 35 % cree necesario
un cronograma para el repliegue.
El resultado del sondeo, según los encuestadores, no puede considerarse
una respuesta al discurso de ayer de Bush, ya que solo el 10 por ciento de los
encuestados lo conocía y dos tercios no sólo no lo habían escuchado sino que no
tenían ningún conocimiento de los dichos de Bush sobre su política en Irak.
Según los autores del sondeo, esto
demuestra que los esfuerzos del mandatario por revertir la imagen negativa
en torno a la guerra en Irak se dirigen a un público cada vez más escéptico
respecto de las promesas de la administración republicana.
Pese a que la mayoría cree que no existe un plan para lograr una victoria en
Irak, seis de cada diez entrevistados se manifestaron convencidos de que deben
alcanzarse ciertos objetivos antes de que comience el repliegue de
tropas, y apenas el 35 por ciento dijo estar a favor de un cronograma definido
para la retirada.
Ante la pregunta de cómo está manejando Bush la situación en Irak, el 54 por
ciento opinó que “pobremente” y el 44 por ciento que está haciendo una
buena labor.
Sin embargo, el 48 por ciento consideró que en el
largo plazo la guerra habrá hecho a Estados Unidos más seguro frente a la
amenaza contra el terrorismo, frente a un 43 por ciento que se manifestó en
desacuerdo.
Bush, optimista
En su discurso pronunciado en
Maryland, EEUU, el miércoles, Bush aseguró que "a medida que las fuerzas
iraquíes sean más capaces, asumirán más la vanguardia en la lucha contra los
terroristas".
Nuestra meta es entrenar a
suficientes fuerzas iraquíes para que se puedan encargar de la lucha contra los
terroristas", añadió.
Para los analistas estadounidenses el discurso de Bush no ofreció nada
nuevo.
Solo sirvió para justificar los
argumentos del gobierno para lanzar la invasión y mantener su presencia
militar en Irak. Horas antes la Casa Blanca había difundido un informe titulado
"Estrategia nacional para lograr la victoria en Irak".
"Los estadounidenses deben tener una idea clara de esta estrategia", dijo Bush,
aclarando que el documento era una versión pública de la estrategia de su
administración en Irak.